¿QUÉ ESTARÁ PASANDO CON LOS DEPORTES… O, MEJOR DICHO, CON LOS DEPORTISTAS?

COMO DEPORTISTA...
Por Rolando (Cuchara) Espinal

Como deportista y como maeño de pura cepa que soy, aun residiendo en Santo Domingo, visito varias veces al año ese pedacito de tierra al cual me unen tantos recuerdos y anécdotas. Quiero manifestar que en cada visita que hago, siempre me dedico a recorrer a pie todos los sectores en los cuales tenga algún “altar” para saludar y pasar ratos amenos, conversando con alguna persona amiga.

El motivo principal por el cual me entusiasmo a escribir este comentario, me viene dado por el hecho de pensar que no hace tanto tiempo, en la ciudad de los bellos atardeceres, no daban abasto los centros deportivos que existían, llámese canchas de voleibol, baloncesto, campos de béisbol, campo y pista, tenis de mesa, boxeo, lucha greco romana, etc.

Siempre se hacían tertulias de jóvenes comentando y discutiendo asuntos de deportes, ya fuera en el parque local, en diferentes esquinas de los barrios donde residían esos jóvenes, o en los mismos recintos antes mencionados.

Cuando terminé mi recorrido en una de mis visitas, me quedó una inquietud y una acentuada preocupación al ver que un domingo en la mañana, todos esos centros deportivos estaban totalmente en silencio; en silencio porque no había allí ni un solo joven poniendo en práctica la sabia frase de Pierre de Coubertin: “MENTE SANA EN CUERPO SANO”. O sea, que a diferencia de aquella época, donde existía un granero de niños y jóvenes que se dedicaban a esa actividad, hoy parece que no existen, aun existiendo. Parece que eso ya no interesa ni a los jóvenes ni a los padres para iniciarlos por esos caminos desinfectados de ideas enfermas que puedan anidarse en sus mentes.

Entonces, de aquella situación de soledad de los centros deportivos, que causó en mi tanta inquietud y preocupación, y hasta tristeza, si se quiere, quisiera hacer responsable a algún cambio sociológico o al bajo nivel de la educación básica, que es donde se enseñan los valores iniciales, para ir construyendo a través de la niñez, la adolescencia, y la juventud, al adulto maduro y responsable. Pero esa parte, quiero dejársela a esa gran analista y articulista de esta prestigiosa página, profesora Lavinia Del Villar, para que con su gran experiencia como educadora, y sus conocimientos sociológicos, me dé un poco de tranquilidad con respecto a lo expuesto por mí en este humilde comentario. ¿Qué ha pasado? ¿Nos estamos encaminando a una sociedad donde no florecerán las destrezas deportivas?

Además de Dña. Lavinia, invito a todo aquel que tenga idea del porqué de ese cambio, a que dé su Opinión. Ayúdenme a encontrar respuestas.