Por Manuel Rodríguez Bonilla
Hoy se cumplen 3 años de cuando mi inolvidable esposa Yasmín fuera horrendamente asesinada, cruelmente degollada. Tres años que, aún en medio de todas las limitaciones que dan las difamaciones a las que he sido sometido por verdaderos sicarios de la comunicación, no he dejado de dar cuantos pasos parezcan necesarios para que las autoridades den con los responsables y sean sometidos a la justicia terrenal. Hace unos 8 meses entregué al despacho del Sr. Procurador General de la República Dr. Domínguez Brito mi carta con las más de 50 comunicaciones que he dirigido y entregado a las autoridades del Ministerio Público y la Policía Nacional durante el trienio procurando que el crimen no quede en el olvido y se haga justicia; hace unos 3 meses me reuní con su Asistente y con el Inspector General de la Procuraduría en Santo Domingo; este jueves pasado sostuve una importante reunión en Santiago con uno de los Fiscales Adjunto que lleva la investigación del caso de la Fiscalía de esa jurisdicción.
Es lamentable que los difamadores, no interesados de que se localicen a los responsables de tan horrendo crimen y sean condenados sino sólo de asesinarme moralmente, contribuyan de manera tan decidida a encubrir a los verdaderos asesinos de Yasmín.
He sido privado, junto a nuestros dos pequeños niños, de hacer vida social, de conseguir trabajo, de viajar a mi pueblo, de visitar la tumba de con quien durante 10 años de vida matrimonial disfrutamos sólo de un ambiente de paz, amor, armonía, solidaridad, cariño por doquier y comprensión sin límites.
Por la consideración que se merece una gran mujer como Yasmín y la tranquilidad de mis hijos prometo continuar, aunque sea solo, luchando porque su caso no quede en la impunidad, que sus criminales aparezcan y sean condenados como se merecen, y que los valores morales hoy destruidos a su alrededor y al mío sean restituidos. Te lo prometo, amor mío....
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