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lunes, 26 de mayo de 2014

CUATRO AÑOS DE IMPUNIDAD Y FALSOS RUMORES

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Se acaban de cumplir cuatro años de un crimen, aún impune, que estremeció a la sociedad de Mao por la crueldad con que se ejecutó, y la condición de joven madre de la víctima, esposa de un prestigioso profesional, agraviado doblemente, porque, además de perder a su esposa, fue injustamente acusado por un "rumor público" que pese a su saña e intensidad, nunca pudo presentar un solo elemento incriminatorio en su contra.

En consecuencia, ni el fiscal adjunto de Mao, Nelson Rodríguez, quien actuó, con marcado prejuicio acusador, ni la entonces fiscal de Santiago, Yeni Berenice Reynoso, a cuyas manos pasó el caso, pudieron someter a la justicia al profesor universitario Manuel Rodríguez Bonilla, esposo de la asesinada Yasmín Valdez de Rodríguez en su hogar, cuando este salió a llevar al colegio al mayor de los niños y a realizar diversas diligencias.

Cuando las autoridades investigaron exhaustivamente al esposo, y lo sometieron a los experticios de lugar llegando a la conclusión de que nada tuvo que ver con el horrendo crimen, cambió la campaña en el sentido de que si no participó físicamente en el mismo, fue su autor intelectual sin mostrar un solo motivo o beneficio que pudieran haberlo inducido al hecho.

Lejos de beneficiarse, el esposo es el más perjudicado porque se ve obligado a educar solo a sus hijos, lejos de Mao, para protegerlos de una campaña que puede traumatizarlos, y por las amenazas y persecución de los hermanos militares y el padre de la difunta, envenenados por la campaña de los sicarios morales encubridores de los verdaderos asesinos de Yasmín.

Y digo encubridores, porque quienes se han prestado, desde el principio del crimen, a acusar insistentemente a Rodríguez Bonilla, han mirado para otro lado cuando han aparecido evidencias comprometedoras contra personas como José Rubén Matías Infante y Marcos Andrés Almánzar (alias Jonathan) del barrio San Antonio, quienes son perseguidos por las autoridades en base a la orden 572 del 7 de septiembre del año antepasado para ser investigados por las autoridades a cargo de las investigaciones.

De estos individuos, el primero frecuentaba la casa vecina a donde fue cometido el crimen, y el segundo, había salido de la cárcel días antes de la tragedia, luego de cumplir sentencia por robo cometido en una vivienda ubicada al frente de donde vivía Yasmín. Este fue visto en los alrededores por el fiscal Nelson Rodríguez quien le advirtió que se mantuviera localizable para posible interrogatorio, y hasta la fecha, anda huyendo.

Tanto Jonathan como Matías Infante aparecían en el cruce de informaciones producto de investigaciones sobre el crimen, pero el elemento de mayor peso contra ellos, lo aportó el testigo Enyi García Rivera cuando confesó al coronel Acosta Castellano, encargado de Investigaciones Criminales de la P.N. de Mao, que estos individuos habían cometido el asesinato luego que él les avisó cuando el esposo salió de la casa.

Cualquiera se preguntaría, ante tales evidencias, y la insistencia del profesor Rodríguez Bonilla para que todo sea esclarecido, ¿por qué las autoridades no han resuelto el caso?, y yo respondería, primero por la negligencia de la Policía y el aparato judicial, y segundo porque la madre, el padre de Yasmín se han dejado envenenar la mente contra el esposo y lo han escogido como su "sospechoso favorito", obstaculizando la objetividad y progreso de las investigaciones.

Por último, porque hay sectores, debidamente identificados, que aprovecharon la coyuntura del asesinato de Yasmín para destruir moralmente al esposo, patrocinando una campaña de infundios que encontró campo fértil en la morbosidad del pueblo y ha servido, a su vez, de escudo a favor de los asesinos quienes, tarde o temprano, caerán en manos de la justicia para que paguen su terrible crimen.
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viernes, 25 de mayo de 2012

A LOS DOS AÑOS DEL ASESINATO DE YASMÍN VALDEZ DE RODRÍGUEZ

PROFESOR PIDE JUSTICIA POR CRIMEN DE SU ESPOSA
Por Fernando Rodríguez Céspedes

El profesor universitario Manuel Rodríguez Bonilla pidió públicamente al Ministerio Público y a la Policía Nacional el aceleramiento de las investigaciones del crimen de su esposa Yasmín Valdez de Rodríguez en ocasión de cumplirse el pasado viernes 25 el segundo aniversario de su asesinato en Mao, provincia Valverde.

En ese sentido, pidió a las autoridades que sean investigados los nombrados José Rubén Matías Infante (convicto por robo en el sector de la tragedia) y un tal Jonathan quienes han sido citados por dos fuentes distintas y distantes como los participantes directos en el crimen que consternó a la sociedad maeña.

También, al nombrado Enyi de Jesús García Rivera quien confesó ante varias personas y después en la Policía de Mao su participación en el hecho aunque después, frente a la fiscal de Santiago, negó su versión de que Matías Infante y Jonathan les habían pagado 10 mil pesos por avisarles cuando el esposo saliera a llevar su niño al colegio para ellos cometer el crimen.

La petición del profesional fue formulada en cartas entregadas recientemente a las referidas autoridades en las que pide citas con las mismas a fin de ofrecer otros elementos e informaciones que pudieran contribuir con el esclarecimiento de la tragedia que lo mantiene en un estado de angustia e incertidumbre junto a sus dos hijos menores procreados con la que fuera su esposa.

Aprovechó para reiterar su oferta de recompensa de RD$250,000.00 a cualquier persona que ofrezca datos e informaciones confidenciales al Ministerio Público de Santiago que puedan contribuir con el apresamiento y enjuiciamiento de los responsables del crimen a fin de que un hecho tan horrendo no quede, como otros muchos, en la impunidad.

Finalmente, dio un voto de confianza a la nueva Procuradora Fiscal de Santiago, licenciada Luisa Liranzo y a la comisión que investiga el caso considerando que el mismo no se ha resuelto por la actitud prejuiciada e incompetente del fiscal adjunto de Mao quien, por torpeza o mala fe, contaminó el proceso desde el mismo día del crimen de su esposa.
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