lunes, 29 de junio de 2015

PALABRAS DE DESPEDIDA A MANITO SANTANA

Por Fernando Ferreira Azcona

Mi gran amigo y hermano Lilí Santana me ha pedido que, a nombre de la familia Santana, de su esposa Leonor y de los hijos de Manito, diga unas palabras de despedida a nuestro querido Ramón Expedito (Manito) Santana. Así que con el permiso de Leonor y de los hijos de Manito, voy a intentar satisfacer la petición de su hermano mayor.

A Manito lo conocí “de carambola”, pues llegué a la casa de Doña Niní, a consecuencia de la gran amistad que siempre me ha unido a Lilí. Hace tanto tiempo de este acontecimiento, que honestamente, no recuerdo el momento exacto. Pero, sí estoy seguro de que ambos éramos niños pequeños. Quizás yo tenía 9 – 10 años, y Manito, aún no había mudado sus dientes de leche, ya que yo le llevaba 4 ó 5 años de edad, que en esa etapa, eran un montón de años.

Confieso que nunca conocí a Ramón Expedito. A quien conocí de niño fue a Manito, y con el transcurrir del tiempo, cuando aquella diferencia abismal de edad entre nosotros se fue haciendo cada vez más pequeña, hasta no ser tomada en cuenta, me convertí en íntimo amigo de Mi Querido Cabezón, como siempre nos llamábamos.

Es decir, que después de una amistad de más de seis décadas, me siento en capacidad de hablar acerca de Manito Santana, de Mi Querido Cabezón. Sin embargo, es casi seguro que en esta ocasión, no exprese nada que ustedes desconozcan acerca del ser humano extraordinario que hoy despedimos físicamente, ya que su recuerdo vivirá eternamente entre quienes le conocimos y tratamos de cerca.

Se podrá decir que Manito tenía un temperamento fuerte, difícil, como lo calificamos con frecuencia, ya que defendía sus puntos de vista con vehemencia, quizás con obstinación. Pero, nadie podrá decir que actuaba con malicia. Yo me atrevo a aseverar que él nunca conoció esta palabra, pues siempre actuó de cara al sol, con absoluta transparencia.

O sea, que estamos hablando de un ser humano intrínsecamente bueno, servicial, desprendido de los bienes materiales y con profundas motivaciones sociales. Con un optimismo contagioso y con un amplio sentido del humor. Siempre presto a contar o a celebrar el último chiste con una gran carcajada. ¿Quién de nosotros no llegó a disfrutar alguna de sus geniales ocurrencias?

Amigos y amigas, estamos despidiendo a un gran dominicano, a quien las circunstancias le obligaron a emigrar de su lar nativo, pero que nunca soltó las amarras que lo ataban al mismo. Manito nunca se olvidó de sus raíces. Siempre pregonó con orgullo su dominicanidad y se vanagloriaba en destacar que vino al mundo en esta “Ciudad de los Bellos Atardeceres”, donde viajaba todos los años a pasar sus vacaciones, y donde planeaba regresar, cuando se retirara definitivamente.

Hace un par de años, a Manito se le ocurrió la brillante idea de construir un Parque-Monumento dedicado a los mártires y héroes de la Provincia Valverde que ofrendaron o expusieron sus vidas en aras de la libertad y la democracia dominicanas desde la Epopeya Gloriosa de La Barranquita, la oprobiosa Era de Trujillo, la Revolución de Abril, aquellos fatídicos doce años, y hasta nuestros días.

A esta tarea se dedicó con ahínco, en cuerpo y alma, en nuestra Patria y allende los mares, con el propósito de honrar la memoria de tantos “soldados desconocidos” que dieron lo más preciado de sí mismos, a cambio de nada, para que nuestras generaciones puedan disfrutar la imperfecta democracia que vivimos.

Manito Santana quería dejar esta obra imperecedera como muestra inequívoca de agradecimiento eterno a estos valientes hombres, muchos de los cuales se marcharon de este mundo ante la mirada indiferente de nosotros, sus conciudadanos.

Ahora, los Directivos de la fundación creada por él para estos fines y sus amigos tenemos el compromiso de no permitir que este gran sueño de Manito quede inconcluso. ¡Tenemos el compromiso de terminar este Monumento tal y como él lo soñó!

Al terminar, Mi Querido Cabezón, quiero decirte tres cosas:

1. Gracias por tu amistad. Tú sabes que te quise como a un hermano menor, y como tal te protegí en tus años mozos, te traté y te defendí toda la vida.

2. Esta despedida… “no es más que un hasta luego”. Estoy seguro, que el Señor nos dará la oportunidad de encontrarnos de nuevo y de abrazarnos jubilosos, con la alegría que nunca termina.

3. Y por último, Mi Querido Cabezón, ¡El Monumento Va!
Siga leyendo...

sábado, 27 de junio de 2015

PROGRAMA A REGIR SEPELIO DE CENIZAS DE MANITO SANTANA


PAZ AL ALMA DE MANITO SANTANA
Siga leyendo...

AL DESPEDIR A MANITO SANTANA

La muerte de Ramón Expedito Santana nos ha afectado a todos sus amigos de manera profunda e indescriptible; por lo singular que era Manito, su apodo de toda la vida.

Tenía él una de esas personalidades que no pasaba desapercibida en ninguna parte. Donde estaba Manito, había siempre una conversación amena, a veces una discusión animada —hasta el punto de que quien no conociera a los involucrados creyera que se estaban matando—; o un relajo, pues tenía nuestro amigo un sentido del humor como pocos. En la compañía de Manito no había aburrimiento. Hablaba alto; se reía gustoso, a carcajadas sin control, intercalando una o dos palabras jocosas mientras reía; le gustaba la música, romántica sobre todo; era bailarín (quizás el mejor que haya dado Mao) y era un amante (o mejor dicho, fanático) de los deportes como pocas personas. Sabía mucho de pelota, le gustaba discutir, y era apasionado en sus puntos de vista.

Yo, que en ocasiones llegué a hablar hasta 5 veces en un día por teléfono con Manito, voy a extrañar el "dígame usted, Cabezón" con que respondía mis llamadas, las conversaciones sin fin, el entusiasmo que siempre exhibía y hasta las discusiones que sosteníamos cuando no coincidíamos. Manito no era hombre de quedarse callado si no estaba de acuerdo con alguien, fuera quien fuera. Expresaba las cosas sin ambages. Y si descubría que él no tenía la razón; tenía el coraje de dejártelo saber y hasta pedirte perdón si creía haberte ofendido.

Nuestro amigo era único y deja un vacío difícil de llenar en nuestros corazones. Pero creo que la mejor forma de honrarlo es continuando su obra maestra, la del Monumento a los Héroes y Mártires Maeños y de la provincia Valverde. No hay dudas de que en eso todos estamos de acuerdo. ¡Y EL MONUMENTO VA!

En su despedida, quiero recordarlo con los artistas que siempre le gustaron, Roberto Ledesma y Tito Rodríguez. O dando un pasito a lo Johnny Ventura, como tan bien él sabía darlo. O con una salsita de El Gran Combo. Me resisto a llorar. Nunca lo vi triste.

Nuestro amigo fue un caudal de sinceridad y valores humanos. En su cumpleaños, en el 2011, escribí esto que retrata el valor humano de Manito. Decía yo: "Hace unos meses, después de una larga espera, nuestro amigo recibió noticia de la aprobación para ocupar unos apartamentos reservados a personas que han alcanzado cierta edad (no viejos, eh), pero él la rechazó. ¿La razón? No aceptaban niños y Manito tiene consigo a su nieta y no la iba a sacar de su vida. O sea, él pudo muy bien regresarla a su madre, pero prefirió sacrificar parte de su comodidad futura por el futuro de la criaturita que lo necesita hoy, ahora. ¡Eso es integridad!".

Hasta luego, Mella.

Mella era su otro apodo, uno que él disfrutaba en grande, derivado de la dichosa circunstancia de que su fecha de nacimiento (25 de febrero) coincidía con la de uno de nuestros próceres, Ramón Matías Mella.

Siempre te recordaremos Manito-Mella, pero con la alegría, el entusiasmo y el optimismo que te caracterizaron en vida.

Hasta que nos volvamos a topar, "dígame usted, Cabezón".

Isaías Ferreira Medina

TITO RODRÍGUEZ - Popurrí de éxitos


Roberto Ledesma - Mira que eres linda

Siga leyendo...

jueves, 25 de junio de 2015

MISA EN HONOR A MANITO SANTANA



ITINERARIO
Viernes 26 de junio, llegan las cenizas de Manito Santana.

Domingo 28 de junio, misa oficiada en la catedral a las 10:30 am.

Después de terminada la misa, partida hacia el cementerio, pero antes se hará una parada en el Monumento a los Héroes y Mártires de Mao y la provincia Valverde, ubicado en la Av. Benito Monción, donde se le hará un homenaje póstumo. Concluido el mismo, partida hacia el cementerio viejo, donde serán depositadas sus cenizas.

PAZ A SU ALMA
Siga leyendo...

martes, 23 de junio de 2015

EL GRUPO LITERARIO DEL CIBAO

Por Manuel Mora Serrano

Es difícil ahora precisar cuándo y cómo se fue formando lo que luego sería conocido como El grupo literario del Cibao porque no había un núcleo central ni un asiento fijo en algún lugar, sino que eran encuentros de escritores libres que nunca censuramos a nadie por su ideología o sus preferencias.

Si algo distinguió aquel movimiento cuasi espontáneo, fue la tolerancia y la libertad absoluta de los creadores, algo de lo que soy adicto defensor, de ahí que todos fuéramos diferentes y que nadie tratara de imitar a otros o seguir sus corrientes. Éramos un grupo, pero bien abierto y a nuestros actos concurría un pueblo ávido entonces de novedades y poroso para recibir el verso. Todavía la palabra poeta tenía resplandores en este país, de modo que aun había algo que se ha perdido totalmente en estos tiempos, que era el "ambiente" social y las ansias de saber y conocer que tenía nuestra gente: Todos los periódicos tenían suplementos culturales y algunos decididamente literarios; podíamos seguir la evolución de nuestra literatura en diarios, semanarios y revistas. No había el boom de publicaciones, aunque las ediciones eran baratas, pero no teníamos dinero y muchos no considerábamos que teníamos obras dignas de ser publicadas. Nos movía el entusiasmo y el deseo de llenar las lagunas y el amor a la página en blanco para llenarlas de algo que agradara a los demás o lo consideraran valioso.

Sin embargo, nadie podrá negar que de aquellos encuentros que parecían bohemios (comíamos y bebíamos mientras hablábamos de literatura), se fue gestando en las provincias del país por el eco en los periódicos la espléndida realidad que vivimos años después.

En cuanto a su gestación y desarrollo, algunos aventuran que todo surgió luego del Primer Coloquio de Literatura Dominicana celebrado en 1969 en la entonces Universidad Madre y Maestra de Santiago (UCMM); coincidencialmente el mismo día que se dio apertura al evento al que asistieron las personalidades más connotadas y los jóvenes de postguerra que luego se han distinguido en nuestras letras, apareció mi primer artículo de Turismo Literario en el cual narraba un viaje con el poeta Chery Jimenes Rivera por la Línea Noroeste. Sin olvidar que desde antes estaba empeñado en una lucha contra la apatía capitaleña frente a lo que hacíamos en provincias y mi campaña para que se reconocieran algunos talentos preteridos como Juan de Jesús Reyes el gran poeta maeño, y para que los suplementos, entonces muy abiertos a la poesía y el ensayo, publicaran los textos de los jóvenes.

No me doy por ello el bombo de haber nucleado ese fervor que hubo en toda la región por la literatura; eso no podía ser obra de uno solo, sino que era algo que estaba en el ambiente; de ahí que hable de que fue cuasi espontáneo y es que un intelectual que decide formarse literariamente, no se improvisa de momento sino que es el fruto de muchas lecturas, aspiraciones y fracasos antes de mostrar sus primeros pininos a la atención general.

Y como las aspiraciones de los escritores noveles es que lo lean y yo tenía facilidades entonces en varios periódicos para presentarlos y hablar de ellos, reconozco mi papel de agitador cultural, además, me movía viajando por los diversos pueblos y contactando valores, tanto en Santiago, como en La Vega, Moca, Salcedo, San Francisco de Macorís, Bonao y dando a conocerlos a través de las facilidades que mis artículos me abrían, sobre todo en los turismos literarios.

Sin embargo, debo admitir que los verdaderos impulsos para ese renacer cultural en la región, que ahora abarca toda su geografía, tuvo dos mentores: Uno que apenas se nombra, fue Héctor Incháustegui Cabral, cuya gestión en Santiago, centro de la zona, no solo con la organización de aquel evento pionero que puso en hora los relojes literarios del país, sino por el remozamiento cultural que él significó, personalmente y a través de las publicaciones y del rescate de valores jóvenes que se hizo. La hoy PUCMM, por el solo hecho de existir, de sus exigencias académicas, por la formación que hizo de profesores que se especializaron fuera del país en humanidades y sobre todo por la publicación de la obra de Alberto Baeza Flores que generosamente mencionaba a muchos de esos jóvenes que surgían comentando sus textos, sin duda alguna, aquel centro de estudios vino a llenar una necesidad cultural que siempre hubo y hasta entonces no se tuvo, quedando en la historia señero y airoso como el Monumento cultural y educativo de Santiago.

Otro elemento importante para el auge y la importancia que tuvo el grupo, fue la presencia física y el apoyo de prominentes figuras de la Poesía Sorprendida como Aída Cartagena Portalatín y Freddy Gatón Arce y la inclusión entusiasta de Juan Alberto Peña Lebrón, uno de los más importantes poetas de la Generación del 48, que era la cabeza cultural más relevante que residía en la zona.

De modo que tuvimos de primera mano y con anécdotas y textos a estos dos movimientos importantes. Freddy nos mostró la colección que conservaba de La Poesía Sorprendida y Peña Lebrón nos hablaba de sus compañeros.

En el caso de Aída fue su presencia en Moca adonde íbamos a la casona paterna o en sus frecuentes viajes a Pimentel donde hicimos las lecturas y conocimos secretos.

En el de Freddy Gatón Arce, tuvimos la suerte de que el padre de doña Luz, su esposa, viviera en Pimentel y continuamente viajara a visitarlo y se quedara por el fin de semana que aprovechábamos para leer poemas, especialmente sus últimos libros.

En Pimentel había entonces un fervor por la literatura en diversos grupos que desde 1961 se compactaron en la Sociedad Literaria Amidverza (Amigos de la verdad y la belleza, que habíamos fundado Francisco Nolasco Cordero, Elpidio Guillén Peña y yo en febrero de 1961) y en la revista del mismo nombre, que desapareció después de la muerte de Trujillo; entre otros, recordamos a jóvenes entusiastas que llenaban los bares y las plazas de comentarios y lecturas literarias, entre ellos a Freddy Ortiz Landrón, Osvaldo Cepeda y Cepeda, Pedro Grullón Antigua, Mendy López Sr., Héctor Polanco Pérez, José Joaquín Burgos, Rafael Mejía Amparo y Benigno Taveras Castro. Luego residiría en nuestro pueblo Héctor Amarante y desde su llegada formó parte integral del grupo, y con él recorrimos todos los pueblos y participamos de los coloquios.

Además, debemos señalar que la presencia de Juan José Ayuso y Eulogio Santaella animó tanto en Santiago como en Pimentel diversos encuentros. Sin olvidar las tertulias con Chery Jimenes Rivera y bien aparte con Tomás Morel, que culminaron con el encuentro en Santiago en la casa de Zaidy Zouain donde respaldamos el pluralismo de Manuel Rueda.

Los del grupo nos reuníamos con cierta regularidad en diversos escenarios. Ofrecíamos recitales, misas líricas, conferencias.

Gestión y formación del Grupo Literario del Cibao

El primer encuentro, que podríamos llamar "fundador," ocurrió en Arenoso, Villa Riva, patrocinado por Manuel Porfirio Córdova a las veras del río Yuna; allí hubo presencias de Moca, La Vega, San Francisco de Macorís y Pimentel; más tarde hicimos encuentros en Bonao con Héctor Bueno, Pedro Pablo Fernández, Fausto del Rosal, Diómedes Núñez Polanco, Emilio Muñoz Marte y varios más; en Salcedo donde estaban Emelda Ramos y Pedro Camilo Camilo y una vez asistimos a una presentación de Pedro Mir, donde declaró que desertaba de la poesía y se pasaba a la novela, por su reciente Cuando amaban las tierras comuneras, que había publicado Siglo XXI en México, aunque aceptara poco tiempo después la declaración de Poeta Nacional con la cual lo designó la Cámara de Diputados (que no fue ley por la oposición de Jacobo Majluta, presidente del Senado entonces), que fue iniciativa de Joaquín Balaguer; por Pimentel a cada rato nos visitaba un escritor y eso era motivo de una tertulia en el Ateneo Popular; presentamos libros como La tierra más hermosa de Alberto Baeza Flores y tuvimos intercambios en El Rancho Amalia de La Joya en San Francisco de Macorís en el paraíso de doña Violeta Martínez de Ortega; en La Vega, además de Julio César de Peña que estuvo en Arenoso, con Mario Concepción entre otros intelectuales, en el hogar de Gonzalo Córdova y Ana María Gassó. En Moca había una actividad febril. Moca era un bastión cultural desde hacía mucho tiempo, no solo con la presencia de Juan Alberto Peña Lebrón, sino por la de Julio Jaime Julia, que aunque tenía tienda aparte, había sido un creador de entusiasmos y formador de intelectuales y porque allá, sobre todo en el Club de Amigos de la Duarte (lo de la, que tanto chocó a Antonio Zaglul, era por la Carretera Duarte), con la presencia entusiasta de Bruno Rosario Candelier, Adriano Miguel Tejada, Sally Rodríguez, Darío Bencosme y Báez, Pedro Pompeyo Rosario, José Enrique García, Rafael Castillo y a veces José Rafael Vargas, entre otros jóvenes entusiastas de entonces, hicimos encuentros inolvidables con Antonio Zaglul, con Héctor Incháustegui, con Antonio Fernández Spencer, respaldados por Juan Alberto, Aída y Freddy. En Pimentel le hicimos una misa lírica a Juan Sánchez Lamouth, otra a Franklin Mieses Burgos con presencia de Federico Henríquez y Grateraux, que nos ofreció el panegírico que había pronunciado en su tumba, y tres sorprendidos: Freddy Gatón Arce, Antonio Fernández Spencer y J. M. Glass Mejía; además, Ramón Francisco, Chery Jimenes Rivera y los jóvenes de Moca y San Francisco de Macorís y J. M. Glass Mejía; un responso lírico a Rubén Darío en 1967 en ocasión del centenario de su nacimiento y otro a René del Risco y Bermúdez al mes de su deceso, al que asistieron Abel Fernández Mejía y Ricardo Rojas Espejo, donde escanciamos vino y miel. Nos dieron conferencias Mateo Morrison, Ramón Francisco, a la que asistió Marcio Veloz Maggiolo. Declaramos a Alberto Baeza Flores en el Ayuntamiento local, como Hijo de Pimentel y le hicimos un agasajo a Manuel del Cabral y un día nos visitó Luis Manuel Despradel y una noche el postumista José Bretón leyó poemas y realizó un acto bajo fuego en el Ateneo Popular.

Nos había visitado varias veces Juan Sánchez Lamouth, a quien rendimos homenaje cuando ganó el Premio Nacional de Poesía con el Pueblo y la Sangre. Luis Alfredo Torres fue otro de los miembros importantes de la Generación del 48 que fue a visitarnos.

Le hicimos el último homenaje a Domingo Moreno Jimenes en el interior del país en 1971, llevándolo a Pimentel a un acto público que contó con la presencia de Efraim Castillo y Abel Fernández Mejía, y una masiva presencia de los demás miembros del grupo.

En El Rancho Amalia de la Joya en San Francisco de Macorís tuvimos la visita de Freddy Prestol Castillo, Franklin Mieses Burgos y Rubén Suro. En sus jardines hay una tarja recordando esa visita que dice que el poeta Mieses Burgos dijo sus versos allí y otra en memoria de Freddy Gatón Arce con uno de sus poemas.

A la Joya fueron huéspedes, en diversas oportunidades Manuel Rueda, Aída Cartagena Portalatín, Antonio Zaglul y su familia; Federico Henríquez y Gratereaux y su familia y durante mucho tiempo la ocupábamos con Freddy Gatón Arce y Cayo Claudio Espinal; allí escribimos poesía, novelas y corregimos libros.

También nos desplazamos por Puerto Plata donde estaban Félix Castillo Plácido y Rafael Brugal; fuimos a Altamira donde el doctor Joaquín Manuel Mendoza, Vicking, que era un formidable entusiasta y un lector maravilloso de poesía; una vez nos hospedamos en el Hotel Río San Juan y tuvimos jornadas inolvidables, pero la más memorable de todas fue el viaje a Samaná.

Precisamente en un libro de reciente aparición Sobremesa de Anadel Comentarios a la novela de Julio Vega Batlle (Editora Nacional abril 2012), aparece la invitación que hicimos en El Caribe en enero de 1977 para una peregrinación a Anadel. La misma se realizó años más tarde y fue un éxito. Participamos Cayo Claudio Espinal, Freddy Gatón Arce, Juan Alberto Peña Lebrón y otros, y dictó una conferencia Antonio Zaglul en la Logia samanesa.

Dormimos en la ciudad y al otro día nos ofrecieron un agasajo en la playa de Las Galeras donde procedimos a apadrinar todos al echado de agua al niño Francisco Alberto, hijo de nuestro anfitrión, el doctor Porfirio Moratín, oficiando Hugo Pérez Caputo. Entre los que estuvimos en ese peregrinaje, que entre otras cosas me dio motivos para escoger a Las Galeras como utopía cultural para mi novela Goeíza, además de los citados, estuvieron esposas e hijos de los peregrinos, y entre otros el Benjamín de los sorprendidos J. M. Glass Mejía, Cayo Claudio Espinal, Pedro Pompeyo Rosario, Bruno Rosario Candelier, Félix Castillo Plácido, Orlando Morel.

De esos años hay ecos en los periódicos y en las revistas tanto de la ciudad Capital como de Santiago y algunos de los citados publicaron por primera vez. Muchos recuerdan mi polémica en el periódico El Sol versus Andrés L. Mateo, que defendía lo indefendible; defendiendo el derecho a los espacios que teníamos los de provincias en los medios capitaleños, requiriendo que se nos prestara atención; ciertamente fuimos preteridos, pero a la larga aquella empresa no ha sido vana y la prueba está en los nombres que han surgido de aquel grupo, que luego se escindió cuando Bruno Rosario Candelier montó tienda aparte con el Interiorismo y Cayo Claudio Espinal con el Contextualismo, y la proliferación de talleres por toda la geografía nacional, concursos regionales como los de Higüey y La Vega patrocinados por entidades religiosas; los encuentros en diversos lugares como en Miches, Jarabacoa, Sosúa, etc. y la existencia de la magnífica eme-eme dirigida por Frank Moya Pons; y en la actualidad, la única revista literaria que ha soportado todas las contingencias, con sede también en Santiago: Mythos, dirigida por la escritora Rosa Julia Vargas y la proliferación de talentos, cuya producción de libros duplica o triplica la que se hubiera publicado en el interior del país durante toda nuestra historia anterior a 1970, y bastaría ver quiénes han dirigido la cultura desde posiciones oficiales, dirigen periódicos importantes y son referencia actual obligatoria de la literatura nacional para darnos cuenta de que aquello no fue en vano.

En resumen, había algo importante: Nosotros nos juntábamos, pero nadie obligaba ni exigía a otros que escribieran de esta o de la otra manera. Discutíamos, hablábamos de literatura, hacíamos lecturas y criticábamos en absoluta libertad.
Siga leyendo...

sábado, 20 de junio de 2015

PALABRAS DE DESPEDIDA A MANITO SANTANA

Palabras pronunciadas por el Sr. Evelio Martínez ante el féretro del recordado amigo Ramón Expedito Santana (Manito), el jueves 18 de junio del 2015.

Foto: Momento en que los miembros de la Fundación Héroes y Mártires de Mao y la Provincia Valverde (FUNDHEMAVA), encargada de concluir el monumento a los héroes y mártires maeños, tomaban juramento en agosto de 2013.

Buenas noches, compueblanos y amigos de Manito.

Para hablar de Manito Santana tendríamos que pedirle permiso a la solidaridad y la entrega, porque eso fue Manito, un dechado de ambas virtudes y las practicaba en demasía con sus conciudadanos.

Su último acto de solidaridad y entrega le llevó a Mao, su pueblo que tanto amó y quiso, empeñado en levantar un monumento a los héroes maeños que dieron y entregaron sus vidas por el lar nativo. Seguido llegó a Mao convocó una reunión con los miembros de un comité que se había formado y al que yo pertenezco junto a Fernando Ferreira, la profesora Lavinia del Villar y Augusto Sarita. Era un sábado del mes de marzo y temprano en la mañana yo le llamé para decirle que ya Fernan estaba en Mao y que yo no pude ir; me interrumpió y me dijo: "Comandante, yo no he podido ver a Fernan, tengo un terrible dolor de cabeza que me está partiendo la frente; me tomé unos calmantes y espero verle ahorita, ya nos comunicamos". En la tarde supe que fue llevado a Santiago y allí perdió el conocimiento y le diagnosticaron un tumor. Su diligente esposa Leonor fue a buscarlo y lo trasladó a esta ciudad de Nueva York donde no recobró el conocimiento y el Señor lo llamó a su morada eterna. Un acto de solidaridad y entrega permanente le trajo a este trance de muerte. Ese ser humano entregado a los suyos fue Manito Santana.

Yo puedo dar testimonio de las fibras patrióticas que adornaban a Manito, cuando en uno de sus últimos viajes me llamó y me dijo: "Comandante; yo quiero ir con usted a la zona donde ustedes pelearon y ver dónde estaba el comando de Mao".

Claro que iremos, le dije. Así, nuestra primera parada del periplo que iniciamos fue en la emblemática calle Padre Billini, casi esquina 19 de Marzo donde estuvo alojado el comando de Mao. Continuamos el recorrido patriótico, como Manito llamó al mismo para llegar al Edificio Copello, en la emblemática Calle El Conde, bandera de lucha constitucionalista y sede de la presidencia del inmenso Coronel Caamaño. La siguiente parada nos llevó a la zona que nosotros llamamos de los bancos, en la calle Isabel la Católica donde se libraron los fieros combates del 14 y 15 de junio contra el invasor gringo, mientras le contaba de aquellos combates y lucha, yo veía como Manito se erizaba y me dijo: "¡Carajo, comandante, yo hubiese querido estar aquí con ustedes!". Así era ese ser humano que descansa ahí y hoy despedimos con el alma transida de dolor.

Cierto día por una de esas calles de Mao nos encontramos con un luchador revolucionario en no muy buenas condiciones, me dijo Manito: "A ese tipo de hombre es que yo quiero que honremos con un monumento .¡Vamos a hacerlo, comandante!", me repitió.

En honor a esa petición, a ese sueño que llevó como un sino y que se va sin verlo terminado, pongámonos de pies para tributarle a Manito no sólo un aplauso de vida, sino un juramento con la mano en alto de que terminaremos el monumento a los héroes de Mao.

¡El monumento va!
Siga leyendo...

jueves, 18 de junio de 2015

HOY NO ES MI DÍA…

TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar


16 de junio del 2015

Definitivamente hoy no es mi día... He estado sentada frente a mi computadora por más de una hora, y todos los pensamientos sobre qué tema escribir se encaminan a la tristeza…, y nada me sale. Es que este fue el día en que un ser humano muy querido partió a la morada del Padre. Se nos ha ido Ramón Expedito Santana, mejor conocido como Manito.

Fue mi alumno en octavo grado, mi amigo, y un compañero en ideales patrios. Junto con un grupo de maeños comprometidos con la historia de nuestro pueblo, estábamos trabajando en el Parque Monumento a los Héroes y Mártires de la Provincia Valverde, cuando de momento un fuerte dolor de cabeza lo devolvió a Estados Unidos, donde fue operado de una masa en el cerebro, y jamás despertó. Todavía siento su energía y su entusiasmo por esa obra de la cual fue el ideólogo, y que quedó a medio terminar.

Hoy no es mi día… deseo lamentar su partida, y al mismo tiempo agradecer a Dios por haberme permitido disfrutar de su respeto, su cariño y su singular forma de proyectar positivismo y determinación. Alegre, bailador, jocoso, buen amigo y mejor ciudadano, son algunas de las tantas cosas con que podríamos describirlo, aunque resultaría mejor resumir sus atributos, simplemente diciendo: Fue un hombre pueblo, un hombre HOMBRE, un hombre Mao.

“Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío…” Te prometemos Manito que llenaremos ese vacío haciendo honor a la obra por la que con tanto ahínco luchaste, usando el slogan que hiciste tuyo: “El Monumento va…”

Lo verás desde allá arriba, y lo gozarás en compañía de la música de los ángeles.
Siga leyendo...

martes, 16 de junio de 2015

FALLECIÓ MANITO SANTANA

Paso por la pena de informarles que Manito Santana perdió su batalla por derrotar la enfermedad que lo venía minando desde hace unos meses; falleció hoy, martes, 16 de junio de 2015.

Su cuerpo sin vida será expuesto el jueves 18 de junio, de 2 a 9 pm, en el

Gerard J Neufeld Inc.
Funeral Home
8804 43rd Avenue
Elmhurst, NY 11373
(Ver mapa y foto adjuntos)
Tel.: (718) 424-4000


Fue su deseo que al morir su cuerpo fuera cremado; según Alejandro, su hijo, las cenizas serán entregadas a la familia el día 23; estas serán llevadas a Mao, aunque hasta ahora no se sabe el día. Los mantendremos informados.

Descanso eterno al alma de nuestro querido e inolvidable amigo.

HASTA LUEGO, CABEZÓN

Siga leyendo...

LOS 14 DE JUNIO

Por Fernando Rodríguez Céspedes

La memoria histórica del pueblo dominicano registra dos acontecimientos que están destinados a marcar hitos en la conciencia nacional por su contribución al proceso democrático del país. Estos hechos están íntimamente relacionados y constituyen un referente ético y revolucionario digno de enarbolarse, justo en estos momentos de carencias morales en el liderazgo político nacional.

Este domingo pasado se cumplieron 56 años del desembarco guerrillero de Constanza, Maimón y Estero Hondo, gesta que despertó la adormecida conciencia de un pueblo víctima de la dictadura trujillista. La incursión patriótica fracasó por las delaciones que se dieron provocando que los combatientes fueran recibidos, apresados, torturados y asesinados con saña.

La fundación, el año siguiente, del movimiento revolucionario 14 de Junio en la finca de Charles Bogaert, en las afueras de Mao, el 10 de enero del 1960, fue el mejor homenaje a los patriotas que el 14 de junio del 1959 arribaron al país dirigidos por el comandante Enríque Jiménez Moya buscando el derrocamiento de la tiranía más oprobiosa de América.

La juventud de la época, sedienta de libertad, se agrupó alrededor del carismático líder montecristeño Manolo Tavares Justo quien, junto a su compañera de vida e ideales, Minerva Mirabal y un grupo de valientes, fundaron la agrupación revolucionaria que libró una lucha clandestina que culminó con la persecución, asesinato, encarcelamiento y tortura de sus miembros.

Ambos acontecimientos, sirvieron para exacerbar los ánimos del pueblo, la iglesia Católica y la opinión pública internacional contra la dictadura que sintiéndose cada vez más acorralada dio zarpazos a ciegas, como el abominable asesinato de las hermanas Mirabal, hecho que marcó la caída de la dictadura más sanguinaria que ha padecido el país.

¡Loor a los héroes y mártires de la patria!
Siga leyendo...

jueves, 11 de junio de 2015

LOS ESCOMBROS

TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar


Cuando ocurren desastres naturales, o desgracias provocadas por nosotros mismos, nos queda la tarea de limpiar los escombros. Esa basura que se amontona nos molesta, y queremos deshacernos de ella lo más pronto posible, para volver a comenzar con una nueva perspectiva de reconstrucción.

Somos prestos con la labor de limpieza, porque es una forma de dejar atrás la destrucción y el desbarate.

Pero, ¡qué lentos somos a veces para deshacernos de los escombros sentimentales! Nos cargamos de problemas del pasado, disgustos personales, sentimientos de desesperanza, falsas creencias, desamores, desengaños, resentimientos, odios, duelos, y negocios sin resolver. Y como añadidura, en ocasiones alimentamos nuestras insatisfacciones, haciéndonos eco de los avatares de los demás. Tenemos dificultad en enfrentar los miedos, en perdonar y pedir perdón, en conversar con nuestras propias tinieblas, en esculcar la luz que nos redime, y que solo encontramos a través de la búsqueda de Dios. Y realmente, no somos responsables de que los escombros se produzcan, pero sí somos responsables de deshacernos de ellos.

Podemos, como seres humanos imperfectos, sentir todas las miserias posibles, pero no quiere decir que tengamos que dormir con ellas. Para limpiar esos escombros no hay mejor arma que la oración… pero la oración que es más que una letanía, la oración que es un hablar con el Padre.

Soltemos los escombros y aprendamos a “ Magnificar la oración” , concepto muy interesante que significa que el poder de la oración se magnifica cuando nos unimos en comunidad para ponernos en la presencia del Señor.
Siga leyendo...

martes, 9 de junio de 2015

LA REELECCIÓN EN LA R.D.

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Al margen de las definiciones académicas o románticas, en nuestro país, la política puede considerarse como el arte de lo conveniente, a la luz de las experiencias que se viven cada día y el legado que nos han dejado, a través de la historia, la mayoría de los presidentes que hemos tenido.
La ética, que debiera estar presente en todo el quehacer humano, y más en las personas que por determinadas condiciones están llamadas a servir de ejemplo a los demás miembros de la sociedad, brilla por su ausencia y vemos como posiciones, que en ocasiones lucen de principios, son variadas sin el menor pudor.

En esta situación han caído nuestros dirigentes y líderes desde los inicios de la República, pero no hay que ir tan lejos para encontrar ejemplos de estas conductas en los políticos que desde Trujillo, inclusive, han expresado posiciones públicas adversas a la reelección presidencial, la que cambian desde que llegan al poder.

Y no es que la reelección sea mala, per se, si no que desde el tirano, siguiendo con Balaguer, el intento fallido de Hipólito Mejía y las de Leonel Fernández, han conllevado el uso indebido de los fondos del estado en detrimento del pueblo y de la equidad, debido a la ausencia de una ley de partidos y a la falta de institucionalidad que padecemos.

Cada uno en su momento ha tenido y tendrá las explicaciones justificativas de esos cambios de actitudes o posiciones, pero en definitiva, no hacen bien a la democracia, sobre todo, si para lograr la reelección es necesario, además de usar los recursos públicos, avasallar a los demás, modificar la Constitución y repartir las candidaturas a cargos electivos en detrimento de las legítimas aspiraciones de los demás dirigentes políticos.
Siga leyendo...

jueves, 4 de junio de 2015

MANUEL RUEDA, MI MENTOR LITERARIO

Por HÈCTOR BREA TIÓ

Tres mentores llamados Manuel, he tenido prologando sendos libros de mi autoría: Manuel Rueda González, Manuel Mora Serrano y Manuel Núñez, aunque los tres son distinguidos escritores, de Rueda debo decir que se trata de un ser escogido por los dioses, ya que no solo fue periodista cultural, narrador, cuentista, novelista, poeta y dramaturgo iluminado, en fin, la figura más destacada culturalmente de toda la Línea Noroeste, y cuidado si quedo corto en esa expresión regionalista, sino además músico, posgraduado en Chile donde alternó con lo más granado de la cultura de ese gran país, tan extraordinario, que nunca se podrá escribir la historia de la literatura y de la música en estas tierras y en nuestro país, sin mencionarle como pianista formidable.

Cuando don Manuel publicó su novela Bienvenida y la Noche corría el 1994, y yo, que lo admiraba por haber sido un lector voraz de sus otros libros, sin embargo, este último me cautivó de tal forma, que no me conformé con haberlo leído y comentado a mis relacionados, sino que le compré diez ejemplares para regalarlos a esos parientes y amigos para que experimentaran el deleite y la fruición que yo sentí con esta joya de la narrativa dominicana. Todos fueron dedicados por él a sus destinatarios. Creo que el éxito de esta novela se debió, entre otras razones, a que su autor apeló a todos los recursos gramaticales, creativos y estéticos, que caracterizan este difícil pero enriquecedor género literario, quizás el más entretenido, dada la pasión incesante con que lo abordamos.

Le conocí leyéndolo y oyendo en mi pueblo natal de Mao, que su padre, llamado igual que él, Manuel Rueda por decreto del Poder Ejecutivo número 3146, del 1920 fue designado farmacéutico cuando el municipio se llamaba Valverde, nombre restituido por el Presidente Joaquín Balaguer el 12 de mayo de 1967 mediante Decreto número 148, siendo Mao, municipio cabecera de la Provincia Valverde. por lo que no es ocioso imaginar que bien pudo haber sido engendrado en la Villa de los bellos atardeceres, hecho que ignoro si realmente fue así, pero habiendo nacido un año después en Monte Cristi, es lógico que doña Marina, su madre, acompañara a su esposo en esta empresa. Mi citado pueblo, fue cuna del gran poeta Juan de Jesús Reyes, y mi madre que era maestra, me enseñó a admirar a todo aquel que hiciera buen uso de la palabra oral y escrita, lo que produjo en mí, con sus libros, una suerte de fascinación que solo había experimentado ante algunas y escogidas obras maestras.

Cuando en el 1996, daba las últimas pinceladas a mi libro Mao y su Gente, dado el respeto que siempre le profesé a él y su obra, se me ocurrió en la Feria del Libro de ese año, pedirle me lo prologara, a lo que contestó gustoso y afable, que sí.

Como es obvio, me puso a prueba, para cerciorarse de si dicho trabajo valía la pena o no, pues yo era un desconocido como escritor, de modo que me exigió un borrador del mismo, lo que acaté. Después de varios meses sin obtener respuesta alguna, le vi en un acto público y al inquirirle al respecto, me contestó que había que corregirle algunos detalles y enriquecerlo con más fotos. En dicho texto figura su tío materno, el presbítero, Manuel de Jesús González, párroco de Mao en varias ocasiones (1898-1902, etc.), autor de la música de los versos de doña Trina Moya de Vásquez, del Himno a las Madres. La suya, era una familia de músicos, pues dicho reverendo también era tío materno del prestigioso pianista y compositor Luis Rivera González, esposo de la Soberana Casandra Damirón, y demás hermanos.

Al volverse a demorar unos meses más, mientras me desesperaba como le ocurre a cualquier escritor con su ópera prima, por no hostigarlo, dejé que se tomara su tiempo y cuál fue mi mayor sorpresa el día en que llamó por teléfono a casa y mi madre, que estaba lúcida aún en lecho pre-mortem, al identificarse él, le respondió: ¿Qué usted es don Manuel Rueda? Yo lo conocí siendo maestra en mi pueblo, al acudir a una de las conferencias que dictó por todas las provincias en los años 60, contratado por la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos. Y luego ella, al él decirle que me comunicara que podía recoger el prólogo de mi libro, por su oficina de Isla Abierta, suplemento cultural del periódico HOY, le dio las más encarecidas gracias, en su nombre y el mío.

Pero ese gran hombre, no solo hizo eso, sino que en dicho suplemento literario dirigido por él, lo publicó intacto el domingo siguiente.

No suena bien que lo diga yo, pero mucha gente dijo que ese prólogo era una obra de arte que solo podía ser esculpida por un artista y esteta de su estirpe.

Es preciso aclarar, que la importancia de Manuel Rueda para mí, no radica en haberme hecho dicha presentación, sino que radica en el valioso legado que dejó en las letras, la música y las artes, no solo dominicanas sino para todo el continente, para todas las generaciones.

¡Así conocí a ese gigante de las letras dominicanas y latinoamericanas que fue don Manuel Rueda!.. ¡Loor a sus cenizas venerandas !

Posdata: A raíz de su muerte, el 20 de diciembre del 1999, en Isla Abierta se publicó el domingo 9 de enero del 2000, todo el suplemento dedicado a su memoria, con artículos de diferentes autores y en mi caso, luego de verter mi opinión sobre él, le dediqué tres versos del poema Elegía de Miguel Hernández, más hoy, le dedico otras pero de mi modesta autoría, con el mayor respeto.

Santo Domingo,1-marzo-2015

FULGORES NUEVOS
A Manuel Rueda, in memoriam
Héctor Brea Tió


Oh sirena de la noche
y pedestal del silencio
en qué cenit han cesado
todos mis sufrimientos.

Marchitas están las dalias
que he sembrado frente al templo
donde quimeras me acechan
guardando siempre silencio.

Por qué el ocaso pregunta
dónde está el alba muriendo
si las amapolas huelen
cuando florece febrero.

La fiesta de Epifanía
inadvertida pasó, es cierto
pero hoy que es Viernes Santo
debo mirar hacia el cielo.

Y consultar caracolas
que bajo su manto pétreo
desparramen en primores
tibios fulgores nuevos.

Aquí está mi alma sola
la ofrezco, ya no la quiero
por si alguien necesita
tomarla como consuelo.
Siga leyendo...