sábado, 17 de noviembre de 2018

HISTORIADOR RAFAEL DARÍO HERRERA RODRÍGUEZ GANA PREMIO ANUAL DE HISTORIA 2018


El Ministerio de Cultura hizo el anuncio este jueves en rueda de prensa encabezada por Ruth Herrera, directora general de la Feria del Libro

En rueda de prensa se dio a conocer este jueves el ganador del Premio Anual de Historia José Gabriel García, correspondiente a la convocatoria 2018, con la obra “El gobierno del Triunvirato, 1963-1965”, de la autoría del destacado historiador y miembro de la Academia Dominicana de la Historia, Rafael Darío Herrera.

El anuncio fue hecho por la directora general de la Feria del Libro, Ruth Herrera, quien leyó el veredicto del jurado en presencia de un notario público. El ganador recibirá la suma de 500 mil pesos. El acto tuvo lugar en la Sala de la Tertulia de la Biblioteca Nacional.

El jurado del premio estuvo integrado por los escritores Héctor Luis Martínez, Juan Daniel Balcácer y Carmen Durán. En el acto estuvieron presentes los viceministros de Cultura, Carlos Santos, Juan Morales y Oscar Holguín Veras, y César Zapata, director de Gestión Literaria.

Además, habló Héctor Luis Martínez, en representación del jurado, quien manifestó que: “La calidad de las catorce obras presentadas a concurso son el resultado de la labor de la Academia de la Historia, la Escuela de Historia de la UASD, el Archivo General de la Nación y otras entidades que han puesto su esfuerzo en la investigación historiográfica nacional”.

Desde el año 2017, los premios de historia han sido separados, por decreto presidencial, de los Premios Anuales de Literatura, con lo cual se le otorga la relevancia y pertinencia a la disciplina de investigación historiográfica. Además, se incrementó la dotación del premio que otorga un certificado de reconocimiento y la suma de medio millón de pesos.

SOBRE EL GANADOR

Nació en Mao, República Dominicana, en 1955. Recibió la licenciatura en Filosofía pura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en 1983, centro donde también obtuvo el grado de maestría en Ciencias Sociales en 1988.

Es hijo de Darío Antonio Herrera, nativo de Mao, y de María Aminta Rodríguez, oriunda de Santiago Rodríguez. Realizó sus estudios primarios en el colegio salesiano Sagrado Corazón de Jesús de Hatico, los secundarios en el desaparecido liceo Manuel de Js. Galván.

Está casado con Betania Bonilla con quien procreó tres hijos: Darío José (ingeniero en sistemas residente en Madrid), Cinthya Betania (contadora) y Carmen Nathalia (comunicación social), quienes cursaron sus estudios en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Sus nietos son Daniel Herrera, Elián Mejía y Amanda Herrera.

Es profesor del Centro Universitario Regional del Noroeste de esa universidad (CURNO), donde alcanzó la condición de director. De igual manera, ha sido profesor en la sede de Santiago de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Es miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia. Ha realizado pioneros estudios de historia regional de la Línea Noroeste.

Entre sus libros se encuentran los siguientes: Población, Agricultura y Política en Mao, 1880-1960 (2000), Revueltas y Caudillismo. Desiderio Arias frente a Trujillo (2002 y 2010), Montecristi. Entre campeches y bananos (2006, Academia Dominicana de la Historia), Américo Lugo en Patria (2006), Buenaventura Báez. Documentos presidenciales, (Presidencia de la República, 2007), Historia de la provincia de Santiago Rodríguez (2012), Historia de la educación en Santiago, 1844-1960 (2012), Biografía Doroteo Tapia Calderón (2012, Comisión Permanente de Efemérides Patrias), Significado histórico de la acción de la Barranquita (2016, Comisión Permanente de Efemérides Patrias). Es autor de los prólogos a los tomos XXIV y XXV de las Obras completas de Juan Bosch.

También escribió "Américo Lugo, el historiador erudito" prólogo al libro Escritos históricos de Américo Lugo (2009), publicado por BanReservas y el Archivo General de la Nación (AGN) y "Emiliano Tejera. Paradigma de patriotismo e integridad moral", prólogo al libro Escritos diversos (2010) de Emiliano Tejera, publicado por BanReservas y el AGN.

Además es autor del texto “La matanza de haitianos de 1937” (2014), capítulo 6 del tomo V de la Historia del pueblo dominicano, publicado por la Academia Dominicana de la Historia. Es coautor del libro Ciudades del Cibao. Procesos de urbanización y movimientos sociales (2014), publicado por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia.

Ha publicado artículos en la revista Clío, órgano de la Academia Dominicana de la Historia y en la revista El País Cultural del ministerio de Cultura. Colaboró en la Enciclopedia de Historia y Cultura del Caribe (EnCaribe) en la cual escribió 22 biografías de personajes de la historia dominicana.

De igual modo, ha participado como conferencista en el Corredor Cultural del ministerio de Cultura y de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, lo cual le ha permitido conocer la casi totalidad de los pueblos del país. Mantiene el blog Historia y Educación en el cual ha publicado más de 150 artículos sobre temas de historia local, regional, nacional y genealógicos.

Tomado en parte de Diario Libre y de Mao en la Historia
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MI PRIMERA EXPERIENCIA EN EL TERRENO DE JUEGO DEL ESTADIO CIBAO

Por Ley Simé

Pasándole revista a la memoria, recuerdo que una de las ilusiones de un jovencito, de mi tiempo, que jugaba beisbol, era algún día jugar pelota en el Estadio Cibao de Santiago. Con esa ilusión soñaba. Aun no se presentaba esa oportunidad. Ya en el año 1973 ingresamos a la Universidad Madre y Maestra de Santiago, año precisamente cuando el Comandante Caamaño desembarcó con un grupo de guerrilleros por Playas Caracoles, Azua. Semanas después, cuando los guerrilleros eran asediados por los militares, se originó, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo un movimiento pidiendo se respetaran las vidas y la integridad de los guerrilleros, dado su reducido número.

La Universidad Madre y Maestra decidió apoyar los reclamos de la UASD y entró, por primera vez, en movilizaciones estudiantiles. Un día los estudiantes revoltosos querían bloquear la autopista Duarte que conecta a Santiago con la Capital. Fue entonces cuando intervinieron las autoridades policiales y hubo enfrentamiento entre policías y estudiante del hasta ese momento pacífico centro de estudios. Un tarde tensa. La policía bloqueaba las dos únicas entradas al campus universitario hasta llegada la noche que negociaron para que los estudiantes pudieran salir pacíficamente. Nosotros desesperados, abordamos el primer autobús que se preparaba para salir. ¡Oh sorpresa! Cuando la guagua puso sus llantas fuera del campus un jeep de militares franqueaba la guagua y otro venía en la retaguardia. Los estudiantes comenzaron a vociferarles ¡asesinos! ¡asesinos! al tiempo que lanzaban objetos por las ventanas de la guagua. Esa guagua fue conducida repleta de estudiantes directa al Estadio Cibao entrando por un portón lateral y colocada en el centro del estadio y a seguidas rodeada de militares antes de ordenar la salida de la misma a los estudiantes en grupos de cinco. Nos ordenaron sentarnos en pequeños pelotones. Y para ironía de la vida, a mí me tocó sentarme cerca del "pitching box". Pero estaba preso y no había fanáticos en las graderías. Solo militares apostados en la verja interior. Así veía frustradas todas aquellas ilusiones de algún día entrar al Estadio Cibao como pelotero y arrancarle al público algunos aplausos, como acostumbraba a oír, con algunas buenas jugadas de agrado de la fanaticada. En tiempos posteriores jugué muchísimas veces en el Estadio Cibao, y nunca pude borrar de mi mente el fantasma de aquel día de prisionero.
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