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martes, 9 de noviembre de 2010

LIBRE EXPRESIÓN

Las autoridades locales y nacionales deben reconsiderar la cancelación del Dr. Juan Darío Peña y realizar una investigación más profunda, más exhaustiva, no vaya a ser que estén cometiendo una injusticia contra un profesional de reconocida vocación de servicio, que sin lugar a dudas, lo último que hubiese querido era la muerte de esa señora, sea de la nacionalidad que sea.

CUIDADO CON UNA INJUSTICIA
Por Ignacio Márquez

La vida es lo más sagrado que Dios le concede al ser humano. Es por eso que todas las instituciones y legislaciones del mundo, salvo limitadas excepciones, priorizan el respeto al derecho de vivir desde la concepción hasta la muerte natural.

El derecho a la vida no tiene raza, clase social, condición económica, religión, partidarismo político… ninguna preferencia en particular.

Es una verdad indiscutible de la que está consciente todo el mundo, muy particularmente los profesionales de la salud, a quienes les corresponde el difícil, pero meritorio trabajo de salvar vidas.

A ningún médico, por muy alto que tenga sus conocimientos y logros personales, le agrada que se le muera un paciente, algo lamentable, pero normal en el mundo de la medicina, sobre todo en determinados casos, circunstancias y lugares.

Recientemente, en el hospital Luís L. Bogaert de Mao murió una parturienta de nacionalidad haitiana mientras recibía atenciones médicas. ¡Triste acontecimiento!

Uno de esos hechos lamentables que ningún profesional de la salud quisiera encontrar en el camino de sus labores, primero porque se trata de un ser humano y segundo, por lo amargo que resulta una experiencia de esa naturaleza.

Era una de tantas haitianas que sólo llegan a un hospital a parir, sin ningún chequeo prenatal, lo que, lógicamente constituye un peligro no generado por el médico que está obligado a servirle.

Como consecuencia de la muerte de esa extranjera, el Ministerio de Salud Pública decidió cancelar al Doctor Juan Darío Peña, ginecólogo que participó en el caso.

Se dice que una comisión integrada por varias personas de Santo Domingo vino a esta ciudad de Mao, indagó lo ocurrido, se percató de la muerte de la haitiana y su veredicto fue recomendar la cancelación del médico que la atendió.

Diría Juan Pablo Duarte: “Sed Justo lo primero, si queréis ser felices”.
Habría que ver si la decisión de cancelar a ese profesional de la salud está revestida de justicia, porque aquí todo el mundo sabe lo que pasa con las mujeres haitianas que vienen a dar a luz.

No es justificar una muerte materna de lo que se trata, sino de ver que en verdad el hecho haya ocurrido por ineptitud o negligencia médica, lo que sería entonces una falta grave en el ejercicio profesional y cuya comprobación, no sólo ameritaría cancelación, sino una sanción más drástica y hasta objeto de demanda judicial.

Si una mujer embarazada, haitiana, dominicana, americana o de cualquier nacionalidad, llega a un centro de salud, simplemente a dar a luz, sin los obligatorios chequeos prenatales, el médico actúa a la suerte, como cualquier comadrona, “a la buena de Dios”, como se dice en buen dominicano.

Es preciso destacar que hasta el mes de mayo pasado, en sólo dos centros de salud de Santo Domingo, habían muerto 22 parturientas, mayoría de nacionalidad haitiana que iban a dar a luz sin nunca antes haberse realizado los chequeos prenatales de rigor.

O sea, estamos hablando de una situación con haitianas que vienen al país a dar a luz, a veces hasta patrocinadas por redes de traficantes humanos, que no puede obviarse y que las autoridades deben tomar en cuenta, antes de proceder a cancelar a un profesional dominicano, entregado cien por ciento a su trabajo y a salvar vidas.

Son situaciones ajenas a la voluntad de los médicos y que lamentablemente, muchas veces terminan en tragedias como la ocurrida a esa haitiana que murió en el hospital de Mao.

Las autoridades locales y nacionales deben reconsiderar la cancelación del Dr. Peña y realizar una investigación más profunda, más exhaustiva, no vaya a ser que estén cometiendo una injusticia contra un profesional de reconocida vocación de servicio, que sin lugar a dudas, lo último que hubiese querido era la muerte de esa señora, sea de la nacionalidad que sea.
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lunes, 2 de agosto de 2010

LIBRE EXPRESIÓN

Una sugerencia que podrían tomar en cuenta las autoridades del municipio, sería convertir dos de las cuatro calles que circundan el parque Amado Franco Bidó en zona peatonal, sólo los sábados y domingos al final de las tardes y durante las noches.

ZONA PEATONAL
Por Ignacio Márquez

El recién inaugurado parque Amado Franco Bidó es visitado los fines de semanas por centenares de personas de todas las edades, incluyendo niños y hasta ancianos.

La mayoría viene al parque a recrearse, a compartir con amigos y familiares, a disfrutar un espacio creado especialmente para el sano esparcimiento.

A pesar de que la voluntad general es conservar la prudencia, el respeto y el sano comportamiento, siempre aparecen personas que actúan contrario a esas normas de sana convivencia.

Recientemente, por ejemplo: un grupo de motociclistas y pasoleros convirtieron las calles circundantes del parque en pistas de velocidad, sin pensar en el riesgo que esta práctica implica en una zona de tanto tránsito.

Esos jóvenes, en evidente abuso de la libertad que tienen para desplazarse por las calles, no sólo ponen en riesgo sus propias vidas, sino que ponen en peligro las vidas de los demás, incluyendo a niños inocentes.

Es verdad, no es encima del parque donde corren, pero las personas que van al principal centro de esparcimiento de Mao, se ven en la necesidad de cruzar las calles Duarte, Hermanas Mirabal, Sáchez y 27 de Febrero, que son las mismas por donde pasan las motocicletas, a veces a velocidades exorbitantes.

Al parecer, los llamados a la conciencia o el reclamo de intervención de las autoridades, no hará posible que esos “deportistas” detengan esa odiosa práctica, sino que hace falta alguna medida más específica, más contundente.

Una sugerencia que podrían tomar en cuenta las autoridades del municipio, sería convertir dos de las cuatro calles que circundan el parque Amado Franco Bidó en zona peatonal, sólo los sábados y domingos al final de las tardes y durante las noches.

Puede ser a partir de las 4:00 ó las 5:00 de la tarde. Que esos dos días no circulen vehículos ni motocicletas por dos calles, que podrían ser la Sánchez y la 27 de Febrero, sólo en lo que respecta al área del parque.

De esa forma, además de impedir las carreras de velocidad de motoristas y pasoleros, también disminuirían los ruidos y haría posible más seguridad, y hasta permitiría la práctica de nuevas actividades socio-culturales y recreativas en esas calles peatonales.

Es una sana sugerencia para fines de ponderación y posible puesta en práctica, de manera que el parque cumpla su rol de ser el lugar ideal para compartir en familia y amigos los fines de semana, sin el riesgo de un accidente provocado por algún motorista o pasolero imprudente.
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domingo, 11 de abril de 2010

Libre Expresión

ROBERTO ROSARIO
Por Ignacio Márquez

El periodista Roberto Rosario, con más de 30 años de trabajo en los medios de comunicación, hoy pasa por una difícil situación y requiere de la mano solidaria de sus amigos y de las autoridades.

Hace varios años que este comunicador sufre los efectos nocivos de una terrible diabetes, cuyas consecuencias, entre otras cosas, en los últimos tiempos le ha privado del sentido de la vista.

Hace más de 15 días que está internado en un centro de salud privado de esta ciudad, luego que un clavo atravesara uno de sus pies en el patio de su casa, lo que obligó a que fuera intervenido quirúrgicamente, con todo lo que eso implica para una persona diabética.

Hasta hace poco Roberto Rosario fue uno de los más activos periodistas al servicio del Departamento de Información y Prensa de la Presidencia de la República, por lo que en sus días de actividades, recibía frecuentes felicitaciones y elogios hasta del mismo Palacio Nacional.

No hay un periodista actualizado en el noroeste a cuyo correo electrónico o a través de notas de prensa, que Rosario no le hiciera llegar de manera oportuna y persistente las noticias de lo que el gobierno hace en la provincia, en la región y en el país.

Sin embargo, hoy que su fuerza de trabajo involuntariamente ha decaído; hoy que sus condiciones económicas no le han permitido una intervención quirúrgica para recobrar la visión; hoy esos elogios al periodista diligente y trabajador, al parecer fueron de aire y están en el aire.

El pasado cinco de abril, Día del Periodista, 35 comunicadores sociales de todo el país recibieron una pensión del gobierno, pero Roberto Rosario, quien ha servido al oficialismo afanosamente y con pasión excesiva, lamentablemente no fue tomado en cuenta.

Sus amigos en el poder, sus canchanchanes en el Palacio Nacional a lo mejor ni siquiera le dijeron al presidente Leonel Fernández, que el Roberto Rosario que él muy bien conoce está ciego, enfermo y con urgentes necesidades económicas.

A Mao han venido varios funcionarios gubernamentales que manejan grandes cantidades de recursos en programas sociales, pero ninguno se ha dignado en ver la necesidad que padece este periodista que le ha sido fiel a su gobierno, a pesar de las cartas y solicitudes de ayuda que le ha enviado.

Ahí está, postrado en una cama, ciego y sin recursos para costear los gastos que requieren las enfermedades que le agobian.

El llamado es a la sensibilidad de quienes hoy disfrutan de las mieles del poder, para que, al menos a uno de los suyos les tiendan las manos, y procuren que los sufrimientos que padece este periodista, sean atendidos con la dignidad que merece un ser humano.
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jueves, 18 de marzo de 2010

Libre Expresión

DOBLE CRIMEN
Por Ignacio Márquez

Director del periódico El Universal

“Llegarían los tiempos en que no habría padres para hijos ni hijos para padres”. Así reza una antigua frase de uso popular en referencia a lo que pasaría en los días de esta llamada modernidad.

Al parecer ya vivimos esos tiempos, y para muestra un botón. He aquí el lead o entrada de una noticia procesada en el departamento de prensa de noticias unitv, de Universal Cable, relacionada con un doble crimen ocurrido recientemente.

“Un hijo de crianza habría sido quien planificó y llevó a cabo, junto a otras dos personas, el crimen de una pareja de esposos en el municipio de Esperanza, a quienes sus ejecutores ultimaron a palos y machetazos la semana pasada”.

Decimos “habría sido” porque si en verdad él fue el ideólogo y ejecutor de tan horrendo crimen, será en los tribunales donde se determinará su culpabilidad. Hasta entonces, debemos respetar el principio de la presunción de inocencia.

Sin embargo, El Juzgado de Atención Permanente del Distrito Judicial de Valverde, al parecer encontró elementos contundentes que comprometen su responsabilidad en ese caso, porque le impuso una medida de coerción de un año de prisión preventiva.

Se trata de Rafael Ramos Toribio, mejor conocido como El Ñé, a quien los hoy occisos Roselia Ramos (Roquita) y Narciso Toribio, le dieron crianza e incluso lo reconocieron como su hijo.

Hasta ahora él es el principal imputado de haber ultimado a palos y machetazos a sus propios padres adoptivos, de una manera brutal e inhumana.

Otro imputado, también inocente hasta que no se le demuestre lo contrario, es el nombrado Samuel Parra, a quien igualmente le fue impuesta una medida de coerción de un año de prisión preventiva.

Un tercer detenido relacionado con el caso es Manuel Alfonso Rodríguez, mejor conocido como Lechuza, pero éste no fue sometido a la justicia como implicado en el doble crimen, sino como portador de un chagón, por lo que le fue impuesta una medida de tres meses de prisión preventiva.

Este último será usado por el Ministerio Público como testigo en el caso de la pareja asesinada, porque al parecer no tuvo una participación activa en tan espantoso doble crimen.

Sea profecía o sea degradación moral, lo que pasa en el mundo es terrible y a la vez preocupante.

Las condiciones en que los asesinos dejaron los cuerpos de esa indefensa pareja de esposos eran deprimentes, escalofriantes.

Nada devolverá la vida a esos ciudadanos, pero el pueblo pide justicia. Quiera Dios que así sea y que la defensoría pública procure que a los imputados se les respeten sus derechos, pero que aporte a que si en verdad son culpables, caiga sobre ellos todo el peso de las leyes.

Lo que se espera es que haya un proceso judicial apegado a las normas constitucionales y el buen derecho, para que la luz de la justicia resplandezca y no quede nadie oculto tras las oscuras cortinas de la impunidad.
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jueves, 4 de marzo de 2010

Libre Expresión

DESAMPARO DE AUTORIDAD
Por Ignacio Márquez

El empresario del sector agropecuario, Alejandro Espinal, denunció que su negocio “Alimentos Balanceados Mao”, fue asaltado por individuos hasta el momento desconocidos, la madrugada del pasado domingo.

Cinco delincuentes amordazaron al vigilante del establecimiento y se robaron un camión en el que cargaron mercancías valoradas en alrededor de un millón de pesos. Se llevaron todo como si fueran sus dueños.

Se robaron el camión y la mercancía, incluyendo una computadora, una máquina de coser sacos, seis gomas nuevas para camión y 10 mil pesos en efectivo, entre otros bienes.

Podría interpretarse como un robo más de esos que se cometen con frecuencia en esta zona, y de hecho así fue; un asalto con evidente planificación previa.

Lo que llama poderosamente la atención es la apatía mostrada por las autoridades, sobre todo de la Policía Nacional, según las declaraciones del empresario que fue víctima del robo.

Momentos después de haberse perpetrado el hecho, Espinal dijo que denunció el caso ante la institución del orden y pidió ayuda para montar un operativo rápido, de manera que pudieran atrapar a los asaltantes.

Resulta que la respuesta que recibió el denunciante fue que los agentes no podían hacer nada hasta que no amaneciera.

Le habrían dicho los uniformados, que debían esperar a que llegara la claridad del día para entonces visitar el negocio e iniciar un proceso de investigación.

Ante las desalentadoras palabras de quienes tienen la potestad para perseguir y tratar de poner un stop al crimen, el joven empresario tomó la decisión de salir en busca de los malhechores, corriendo todos los riesgos de encontrarlos y enfrentarse a ellos.

De hecho así fue, en la carretera Santiago-La Vega, el valiente empresario alcanzó a ver su camión que iba en dirección norte-sur, ya sin mercancías, pero era el vehículo que le habían robado sólo unas horas antes.

Inició una persecución, arriesgando su vida y la un amigo que le acompañaba, hasta lograr que los individuos dejaran abandonado el camión y escaparan en un carro.

Si la persecución la hubiese hecho la Policía, al menos esa banda de facinerosos habría sido desarticulada y ese y otros múltiples casos similares habrían quedado resueltos, pero lamentablemente no fue así.

Ni siquiera cuando llegó la claridad del domingo fueron los agentes al local asaltado, según declaró el empresario.

Pasó el día lunes, pasó el día martes y todavía el miércoles al caer la tarde, no había ido ni siquiera un agente policial a indagar sobre el asalto.

Hay que decir que éste no es el único caso de robos que se producen en esta zona con las mismas características, por lo que las autoridades, tanto policiales como del Ministerio Público, debieran poner un poquito más de empeño en atender las denuncias de situaciones de esta naturaleza.

Recientemente al empresario Jamin Cortés le fue robado un camión cargado de arroz, a otro empresario de la comunidad Los Quemados le robaron otro camión cargado de productos para fabricar alimentos balanceados y en Villa González también ocurrió lo mismo.

Los robos han existido todo el tiempo, existen y existirán siempre, y más si los ladrones ven que las autoridades actúan con apatía en la persecución de los actos delictivos.

Los comandantes de la Policía y del Ejército Nacional en la región noroeste, cuyas sedes están aquí, en Mao, debieran mostrar un poco más de interés en sus labores de salvaguardas del orden y la seguridad pública.

Deben, asimismo, emplearse a fondo para perseguir a esos individuos que han hecho del delito un modo de vida y no dejar que sus crímenes queden impunes, en perjuicio de hombres serios y trabajadores y de la sociedad en sentido general.

Ojala que este caso del empresario Alejandro Espinal, cuya denuncia de robo habría sido ignorada en la Policía, solo sea un caso aislado o un error involuntario de algún uniformado, porque de no ser así, como decimos en buen dominicano, “nos jodimos”.
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miércoles, 3 de marzo de 2010

Libre Expresión

ESTAFAS EN LA VENTA DE GAS

Por Ignacio Márquez
Director del periódico El Universal, de Mao

Las autoridades de la Procuraduría General de la República y el instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Proconsumidor), incrementarán las medidas para combatir las estafas que se producen en las estaciones de expendio de gas licuado de petróleo (GLP).

Al menos eso fue lo que anunciaron recientemente los ejecutivos de ambas instituciones durante un encuentro con los representantes del Ministerio Público del país, a quienes les fueron dadas las instrucciones para que persigan ese delito.

Esta decisión ha sido tomada después que varias plantas de ventas de gas fueran clausuradas en Santo Domingo, tras descubrirse que estafaban a sus clientes, la mayoría personas de clases humildes.

Uno de los negocios clausurados llegaba al extremo de robarle dos galones de gas por cada 10 que le vendía a un cliente.

O sea, le cobraban 10 galones, pero sólo despachaban ocho.

Esa sólo era una de las múltiples modalidades de robo puestas en práctica por las estaciones de gas en contra de pobres amas de casas, humildes padres de familias y choferes que se ganan la vida en el transporte público de pasajeros.

Estos delitos ocurren con más frecuencia de lo que uno se imagina, pero muy poca gente se ocupa de indagar y darle seguimiento, sea por resignación, falta de tiempo o simplemente porque no le damos la importancia que merece esta situación.

El anuncio que hacen las autoridades del Ministerio Público y Proconsumidor de combatir las estafas de las envasadoras de gas, no debe quedarse en teoría, no sólo deben ser notas de prensa, discursos en televisión o mensajes electrónicos.

Los fiscales y técnicos calificados deben recorrer una por una las estaciones de GLP, sin avisos ni llamadas previas, para comprobar si en verdad sus dueños venden a sus clientes la cantidad que dicen venderles.

Esos operativos también deben ser realizados en las estaciones de gasolina y gasoil, donde además de la cantidad, debe indagarse sobre la calidad de los carburantes, porque hay quejas de adulteraciones que, en adición a los daños económicos, le suman costosos daños mecánicos.

Ojala y que estas indagaciones se hagan sin exclusiones ni prejuicios politiqueros, sin intenciones de hacer daño y con la profesionalidad y la logística necesaria que garanticen prudentes decisiones a favor de las mayorías.
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miércoles, 24 de febrero de 2010

Libre Expresión


AUTO DEFENSA CONTRA LA DELINCUENCIA
Por Ignacio Márquez

El autor es director del periódico El Universal, de Mao

Todos los días la delincuencia pone en práctica nuevos trucos, nuevos métodos para sorprender y despojar a la gente de su dinero, de sus prendas preciosas, de sus celulares y hasta de sus artículos del hogar.

Hay quienes han formado grupos en los que participan mujeres, incluyendo algunas en estado de embarazo, y hasta niños a los que entrenan para persuadir a sus víctimas.

Esos grupos a veces son integrados por gente de aquí, de Mao, pero otras veces vienen desde otros pueblos, invitados por delincuentes locales.

Su trabajo es como cualquier otro, sólo que sus herramientas son la estafa, las armas de todas clases, la maldad y las habilidades para el engaño.

Una coartada rutinaria: un grupo de tres personas, dos mujeres y un hombre, llega a una tienda, a un colmado o a cualquier negocio. Una de las mujeres pide permiso par ir al baño y en lo que el dependiente presta atención a uno de ellos, el otro le roba el celular, la cartera o algún artículo de valor.

Salen del lugar sin haber comprado nada, dando las gracias por las atenciones; con sonrisas en sus labios dejan la impresión de que son buenas personas, pero después de varios minutos, el personal del negocio empieza a notar que falta esto o que falta aquello.

Esto es aun más frecuente en las viviendas. A veces son unos supuestos vendedores o personas que piden ayuda. Con sus expresiones de víctimas convencen a cualquier incauto para que le abra las puertas de su casa, y ya dentro, les da sed, hambre, necesidad de ir al baño y hablan como si fueran viejos amigos.

El asunto es que al final, cuando todavía el rostro del anfitrión no ha empezado a borrar el gesto de alegría por creer que ha hecho un bien, llega la sorpresa.
…No aparece el celular, la cadena de oro que había en una gaveta parece que se la tragó la tierra y hasta el dinerito guardado bajo el mantel para pagar la luz desaparece como por arte de magia.

¡Y qué decir de los robos a plena luz del día, en pleno centro de la ciudad!

El otro día, a las 11.00 de la mañana, frente al club Quisqueya en la 27 de Febrero, una dama fue asaltada a punta de pistola; en esos mismos días se supo de tres mujeres a quienes les fueron arrebatadas sus cadenas de oro de sus cuellos.

Esta modalidad de robo sorpresa la ejercen unos jovencitos que, luego de cometer el hecho, suben rápidamente a una motocicleta conducida por un compañero que le espera y huyen sin que sea posible darles alcance.

Pero, oigan ésta: el otro día una joven señora que estaba sentada en un banco de la catedral Santa Cruz, rezando, de repente vio sentarse a dos haitianos, uno a su izquierda y otro a su derecha. Sin ruido alguno, como en secreto, los extranjeros obligaron a la dama a entregarles dos anillos de oro que portaba, incluyendo el de su graduación. ¡Un asalto en la iglesia, Dios santo!

Así de frágil está la seguridad ciudadana. Así de sencillo a cualquiera le roban hasta el alma, y ni hablar de los delincuentes que, poseídos por un demonio que se llama droga, asaltan hasta a los mendigos a punta de chagones (armas de fuego de fabricación casera), malogran a gente inocente con armas blancas, de las que denominan “saca hígado”, violan niñas y cometen toda clase de atropellos.

No es que hagamos justicia por nuestras propias manos, pero cada quien, como decimos en buen dominicano, “debe andar chivo”, evitar roces físicos con extraños en las calles, no confiar en nadie, no abrir nuestras puertas a desconocidos, evitar caer en las trampas de la maldad, estar despiertos ante una delincuencia que no duerme, y aunque duela decir esto, pero para que la cruz vaya a mi casa, que vaya a la ajena.
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