martes, 23 de abril de 2013

EXPRESIÓN EN MÁRMOL

EL DOMINICANO EN LOS ESTADOS UNIDOS
Ramón “Papito” Mármol


El dominicano hace de todo para llegar a los Estados Unidos. Vende su casa, su tierra, toma un préstamo, viaja de paseo y se queda sin documentación; viaja en yola y a través de las fronteras; paga $10,000; $20,000 y hasta $30,000 dólares o más con tal de llegar a los Estados Unidos.

Cuando llega es recibido por familiares y amigos que lo hacen sentir como un rey; le regalan de todo, ropas, zapatos, dinero, paseos, lo llevan a los mejores restaurantes, lo invitan a juegos de beisbol, a los conciertos artísticos, lo pasean por la ciudad mostrándole los lugares interesantes de ella, algunas familias lo invitan a comer y los conocidos lo menos que hacen es llamarlo. Es decir que se está ocupado (busy) por dos o tres semanas, sin tiempo para poder cumplir con todas las invitaciones.

A su llegada todo es color de rosa, llama diariamente a sus familiares contándole las experiencias de sus primeros días en USA. Les envía dinero, producto de los regalos económicos recibidos, cajas de ropas y regalos. Piensa que los 4 o 5 años que piensa pasar en USA serán de maravilla.

Su preocupación comienza cuando ya sus familiares y amigos no le pueden dedicar el tiempo que le dedicaron al principio; los llama pero estos tienen otras obligaciones que atender que le impiden complacerlo.

Sus pesares comienzan cuando el ocupante del espacio que le facilitaron lo reclama ya que había pasado a dormir en el sofá de la sala y ahora le toca al nuevo inquilino ese lugar, piensa que ya no es bienvenido, que lo están invitando a tomar otro rumbo trayendo esto su primer disgusto.

Como ya las cosas no andan como esperaba y como no tiene otras alternativas comienza a buscar un BUEN trabajo; habla con sus familiares y amigos y le aclara el tipo de trabajo que busca, que sea en su área de estudio (si es que lo tiene) o en algo relacionado, pero estos les dicen que no conocen a nadie que trabaje en esa área pero que si le pueden conseguir algo en una factoría o en una bodega. Algunos logran que algún familiar o amigo ya le tenga algún trabajo cuando llegan y en la mayoría de los casos es aceptado por estos.

Como el trabajo que desea no aparece comienza a trabajar en lo que sea con tal de producir dinero y así tomar la de villa Diego lo más pronto posible. Trabaja en factorías, en bodegas, haciendo entrega o delivery, como taxista, en limpiezas, etc., y algunos optan por otras vías. Como ya tiene trabajo comienzan los viajes a su país, dos o tres veces al año, se compra un carro, ropas nuevas y prendas.

Ya con productividad comienza a sentirse incómodo en el lugar donde vive y se busca un nuevo alojamiento, creando un disgusto entre sus familiares, pero al poco tiempo se da cuenta que ya no tiene quien le cocine, quien le lave, quien le planche y ni con quien hablar.

Como lo que gana sólo le alcanza para alojamiento, comidas, transporte, viajes y envíos se busca un segundo trabajo, pero todo sigue igual; para hacer la carga menos pesada y compartir las responsabilidades se busca una pareja, si no la tiene y hasta si la tiene en su país, en poco tiempo procrea familia duplicando los compromisos; los viajes comienzan a disminuir y los envíos también.

Los 4 o 5 años que pensó, en un principio, se convierten en 10, 20, 30 años o más; después de ahí, sólo se piensa en el retiro que como van las cosas hasta en nuestro país se le están cerrando las puertas para el regreso.

Al dominicano que emigró solamente le queda vivir sus nostalgias, en USA deja una familia y en su país su vida y sus recuerdos, siente que ya no sabe ni de donde es ni donde vivir, en uno ya no cabe y en el otro ya no se puede ni vivir porque la delincuencia, los robos, los asesinatos, el alto costo de la canasta familiar, el costo de la medicina y los malos gobiernos se han encargado de impedir su regreso.

Lo lamentable es que TODOS quisiéramos volver a la patria que nos vio nacer. Hoy día muchos lo piensan pero muy pocos toman la decisión ya que una gran mayoría de los que lo han hecho han tenido que regresar.

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3 comentarios:

  1. Papito,mi hermano .Cualquier parecido con algunos de nosotros es pura coincidencia .Se qué no tuviste que entrevistar a nadie,porque a tu alrededor llueven los casos . Que lástima que esta realidad sociológica nos arrope de una manera brutal.Como diría "Macachiclet,no hay más na,compay."Abrazos Evelio Martínez.

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  2. Viejo Papo: es una cruel y triste realidad lo que expone en tu escrito. Lamentablemente, dada la realidad nuestra, son muchos los dominicanos que quieren y aún sueñan con "viajar a los países".

    Aprecio y cariño para Usted y Familia.

    Diómedes Rodríguez

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  3. Apreciado Papo, has retratado fielmente el cuadro enternecedor y realista de lo que sucede con los dominicanos visitantes o permanentes en territorio norteamericano.

    Todo ésto converge, cuando nos vemos en la imperiosa necesidad de acompañarlo de las vicisitudes y peripecias a que nos vemos obligados para poder entender y subsistir con la idiosincracia del comportamiento de los paisanos allí residentes y con quienes hemos tenido la oportunidad de convivir en alguna ocasión.

    Te exhorto con tu venia, en continuar ilustrándonos con tus acertados y bien traídos artículos que acontecen en nuestro profuso y pintorezco folclor,...con las mejores de las intenciones y aprecios para contigo y familia,...Cuqui Rodríguez Martínez.




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