lunes, 10 de junio de 2013

PRESTE ATENCIÓN, ESTO ES SERIO...

PERO MAÑANA ME PIDES LO QUE QUIERAS
Por Melvin Mañón


¿Cómo llegamos a tanta desesperanza? El asunto aterrador es este: ¿qué clase de mundo, qué tipo de sociedad, cuál herencia y legado colectivo puede resultar de la actitud y la conducta que encarna “Pero mañana me pides lo que quieras?”.

Francamente no espero que mis lectores habituales conozcan, presuman o entiendan de qué va este título.

Debo aclararlo.

Es una canción, un video clip y una cátedra del nuevo mundo que vivimos.

¿Saben quién es Black Point? Es un reggaetonero y “pero mañana me pides lo que quieras” es el título de una de sus interpretaciones que invito a escuchar, leer y estudiar como ya he sugerido a mis propios hijos que hagan.

“Pero mañana me pides lo que quieras”, es un canto a la libertad y a la muerte. Puede que no sea mi noción o paradigma de la libertad, pero para Black Point salir de noche armado y con un resguardo, a hacer su “trabajo” y conseguir el dinero que afirma saber dónde está y hacerse de este sin preguntar a nadie; para él ese es el camino a la libertad, su libertad. La que le permite tomar a su novia de la casa de sus padres a punta de pistola y desafiando cualquier intento de adversarlo. La libertad de Black Point es, en sus propias palabras, “no vivir esclavo del reloj” porque no le interesa estudiar, hacer carrera, ni siquiera ser pelotero y menos aun invertir su tiempo en nada que no sea de realización y beneficio inmediato, porque la vida puede ser muy corta.

“Mami reza por mi
Tráeme el arma y el resguardo
Porque esta noche yo salgo
Y espérame despierta porque
Le traigo un regalito a tu cartera”.


El video clip muestra como Black Point secuestra la novia ante la mirada impotente del padre; como, más tarde, la novia ya embarazada, es apaleada y pierde la criatura; hecho que dará lugar a la venganza de Black Point y que al final será lo que provoque su propia muerte.

Hay varias escenas y líneas impresionantes en la canción. Los detalles son apenas importantes. “Pero mañana me pides lo que quieras” desborda desprecio por todos los convencionalismos por los cuales vive la mayoría de la gente. Pero no es solamente desprecio al trabajo, al ahorro, a la tenacidad y al esfuerzo. Es también desprecio a la muerte. Es un decir claro, no me interesa la vida que he tenido sino la que tengo ahora y si el precio es la muerte prefiero pagarlo antes que someterme a la pobreza, mediocridad y falta de esperanzas de mi vida anterior.

Debo consumir y gastar, es mi poder, mi autoridad y mi existencia. Es el modelo que represento y encarno. Como indiqué antes, ya ni siquiera me interesa ser pelotero. Son muchos los postulantes y muy pocos los elegidos.

Mucho trabajo y sacrificio. Mejor yo salgo esta noche, armado y con mi resguardo. Yo resuelvo lo que tengo que resolver y los idiotas que se pasen la vida, esclavos del reloj, del entrenamiento, del esfuerzo. Lo mío es mucho y ahora. No pido permiso ni lo doy. Yo soy yo y mi mundo, ese espacio definido por mi dentro de mi exclusión absoluta.

He preguntado e indagado. Jóvenes, adolescentes y no tan jóvenes, conocen la canción y todos han visto el video.

Ahora, de repente, conocida mi reputación de aburrido empedernido todos se asombran del interés que ha despertado en mi la canción, pero en verdad, no es eso lo que me impresiona, sino la actitud de los seguidores, la adhesión, el respeto y casi veneración que sienten por Black Point. Aunque no se atrevan a encarnar la propuesta de vida de la canción, les parece aceptable y buena, por no decir que envidiable.

El asunto aterrador es este: qué clase de mundo, qué tipo de sociedad, cuál herencia y legado colectivo puede resultar de la actitud y la conducta que encarna “Pero mañana me pides lo que quieras”.

Antes decíamos que los trabajadores no tenían nada que perder en el socialismo, excepto sus cadenas. Después vi a tantos tratando de hacer de sus vidas una réplica de la biografía de los ricos del pueblo, luego de los tipos de éxito, más delante de los peloteros y faranduleros y de última moda, los políticos. Pero nada de lo que había visto fue capaz de prepararme para el discurso de Black Point.

Léanlo, véanlo, báilenlo si quieren pero sepan que, ni siquiera apurando mi imaginación me atrevo a llegar a las profundidades de este canto a la libertad de hacer lo que le da la gana con absoluto desprecio a todo lo demás. Pero, por encima de todo, es la franqueza del discurso, el desenfado y la tremenda aceptación.

Deberíamos pensar sobre esto, pero la gente prefiere no pensar y muchos de los que a veces lo intentan no son capaces de dejar atrás lo manido, la estupidez, la hipocresía. No se trata de condenar la canción y al autor, sino tratar de entenderlo y entender que hemos hecho tan mal que hizo todo esto posible.

Mi madre hubiera dicho: ¡qué Dios nos coja confesados!

Nota: Obviamente, este no es un tema del que alguien se sienta orgulloso, pero representa la realidad y lo peor que podemos hacer es encuevar la cabeza como el avestruz. Lo puse en MEEC porque las consecuencias de realidades como estas no solo afectan a la chusma que sirven, sino que para muchos es una gracia y además, si no conocemos la bestia, ¿cómo la combatimos? Esta es una de las cabezas de la hidra que crecen mientras estamos ausentes.

2 comentarios:

  1. El día que estrenaron este video, no sé si por desgracia o para estar más alerta veía la televisión, me quede para observar que traía un tipo desaliñado con los fundillos de los pantalones por debajo de sus nalgas, salió esta basura a lo que ellos le llaman “Música” me quede boca abierta, y solo me dije Dios mío! .Como un productor de un programa que se respete un poquito puede divulgar algo asi ,para que nuestros hijos vean tal adefesio. Lo peor del caso que esa es la realidad de una gran parte de la población joven de nuestros barrios…Hago una sola interrogante ¿Dónde están las autoridades de la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía? Porque cuando inicie a trabajar el la radio un director de programación depuraba lo que se iba aponer cada día. ¡Ah! Verdad, olvide que en aquel entonces existía ese organismo regulador del material que salía al aire y la payola no era un gran negocio al menos en un pequeño pueblo hace 23 años.

    Doris R.

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  2. Esa es la realidad que vivimos. Esos seudo artistas tienen un arrastre espantoso dentro de la clase descerebrada. Mientras dormíamos, el cuarto se nos llenó de mierda y amenaza con ahogarnos.
    Isaias

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