LA MINA DE JOCHY

LA JUSTICIA DE LOS PUEBLOS NUNCA FALLA
Por Jochy Reyes

“Un tonto inspira desdén; un hombre de talento admiración; un corazón corrompido odio; un corazón generoso cariño”. - Jose Selgas -

En los últimos días nuestro país ha vivido una serie de acontecimientos que ha exacerbado el ánimo de los dominicanos, y de alguna manera ha provocado en muchos, desencanto y desilusión, como quien dice, ¡esto se jodió!

Pero no es así mis apreciados conciudadanos, ahora más que nunca debemos mantenernos vigilantes, atentos a cualquier desmán de nuestras autoridades en contra de los intereses de nuestro querido país. Así como los malos dominicanos no duermen pensando cómo vendernos por espejitos a los intereses extranjeros a cambio de prebendas personales - es el caso del ministro de medio ambiente Bautista Rojas Gómez- quien no conforme con la decisión de la comisión de las Naciones Unidas sobre la no explotación de "Loma de Miranda", y la lucha de nuestro pueblo en defensa de la misma, acaba de decir que "en un futuro si la minera cambia la manera de explotación y protege el medio ambiente, podría concedérsele el permiso de explotación".

Es por este motivo que no podemos bajar la guardia, no desanimarnos con las decisiones judiciales favoreciendo a los corruptos. Es lo que quieren los enemigos de la Patria para de esa manera tener ellos el escenario solo y a su antojo, no les quepa la menor duda de que algún día, quizás “más temprano que tarde", la justicia llegará.

Como ejemplo para fortalecer nuestro espíritu de lucha les traigo este recuento histórico que tuvo por escenario varios países latinoamericano, como una muestra de que la justicia de los pueblos algunas veces tarda, pero nunca falla.

Raúl Videla y Augusto Pinochet, fueron dos generales, uno de Argentina y el otro de Chile, que detentaron el poder a través de golpes de estados en sus respectivos países en las décadas del setenta y ochenta; llegaron a tener un poder tan grande que se creyeron dueños de las vidas de los ciudadanos de ambos países. Idearon lo que se llegó a conocer como OPERACIÓN CONDOR. Que no fue más que la unión de todas las dictaduras del Cono Sur y sus servicios de inteligencia militar, para de esa manera perseguir dondequiera que fueran los ciudadanos de sus respectivos países que estuvieran en contra de sus desmanes, crímenes y robos, dejando en sus mandatos una secuela de muertos y desolación que todavía enluta a muchas familias de esos hermanos países.

¿Y qué pasó luego con estos dos súper poderosos que se creyeron intocables? Pues que el primero fue sentenciado -luego de derrotada la dictadura por el pueblo- a cadena perpetua en Argentina, muriendo después de varios años en la cárcel, viejo, solo y demacrado. Y el otro, que dentro de su locura de poder y durante el golpe de estado, apresó y torturó hasta provocarle la muerte al brigadier general de la fuerza aérea Alberto Bachelet, por el solo hecho de este oponerse al golpe de estado contra el presidente Salvador Allende, sin contar que su hija Michelle Bachelet sería años después la Presidenta de Chile, electa por el pueblo y quien lo persiguió a través de la justicia primero en Inglaterra donde se encontraba de visita, y luego extraditado a Chile donde llegó en silla de ruedas, pálido del miedo, provocándole esto un temor tan grande a este cobarde, que se hizo el enfermo muriendo asustado sin atreverse a salir de su guarida.

Otros casos fueron los de Raúl Salinas de Gortari, ex presidente de Méjico y quien creyéndose fuera del alcance de la justicia, después de saquear a Méjico, tuvo la osadía de mandar a matar al candidato a la presidencia de su propio partido, Luis Donaldo Colosio, ya que este había prometido que de llegar a la presidencia sometería a la justicia a los ladrones de su gobierno. Pues este rufián salió huyendo de Méjico, y hoy día no se sabe en qué cueva está metido. ¿De qué le valió todo lo que robó?

El otro, el Japonés Alberto Fujimori ex presidente del Perú, y quien junto al funesto ministro Montesinos se llegaron a creer que el Perú era una finca privada de ellos, desconocieron el congreso electo por el pueblo, y formaron uno a su medida (cualquier parecido a algo conocido es pura coincidencia), para de esta manera ¡hacer y deshacer a su antojo! Los robos fueron tan descarados que a Montesinos lo filmaron entregando un soborno a otro corrupto del régimen. ¿Y qué pasó años después? Fugitivo, perdón Fujimori (lo de fugitivo viene porque del susto salió huyendo al Japón, y dijo que él no era Peruano sino ciudadano Japonés, por lo que no se le podía extraditar aquel país) ¡qué bárbaro es este gato!

Pues bien, regresó al Perú después de varios años de exilio en Japón creyéndose que todo se había olvidado, ¡que error!, fue apresado juzgado, y hoy día cumplen estos dos ladrones una condena en las cárceles del Perú, pidiendo clemencia y haciéndose los enfermos para que les cojan pena.

José Efraim Ríos Montt, ex dictador guatemalteco es otro truhán de la manada mañosa a la que pertenecen los mencionados más arriba y muchos políticos de nuestro patio. Llegó al poder a través de un golpe de estado en 1982 y tres meses después disolvió la junta militar y se proclamó presidente de Guatemala, fue derrocado por otro golpe en el 1983 por su ministro de defensa. Después de un largo exilio regresa y se postula al congreso ganando un escaño, (una de las cosas extrañas que a veces suceden en nuestros países, tenemos que aprender de lo pasado), animado por ese triunfo se postuló en el 2003 a la presidencia donde fue derrotado quedando en un lejano tercer lugar. Este monstruo que se consideraba infalible, fue enjuiciado recientemente en Guatemala, acusado del genocidio de miles de indígenas Mayas ixiles durante su dictadura y condenado a 80 años de prisión.

Y para terminar solo les recuerdo que Trujillo, quien detentó todos los poderes habidos y por haber en este país, se creyó el hombre invencible, hasta que terminó en una cuneta lleno de sangre en nuestro malecón, y sus descendientes huyendo despavoridos, pidiendo favores y oportunidades que nunca les dieron a nuestro pueblo.

Como han podido ver, todos estos "súper hombres" están hoy pagando caro todo el daño que les hicieron a sus pueblos. Así tarde o temprano caerán algunos de aquí, quienes en su borrachera de poder no tienen tiempo de mirarse en el espejo de estos vulgares delincuentes que un día se llamaron Presidentes, y quienes seguro durante sus reinados mucha gente creyó que nunca caerían, pero -la justicia de los pueblos puede tardar, pero nunca falla-. Es la historia.