viernes, 28 de junio de 2013
LA MINA DE JOCHY
SOLUCIÓN: ERRADICAR LA CAUSA DEL PROBLEMA
Por Jochy Reyes
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres ". Pitágoras
Siguiendo a través de los medios las últimas noticias acontecidas en nuestro país, me he encontrado que ahora el problema que tiene a todo el mundo hablando y opinando es la reforma a la Ley 136-03, o Código del Menor. La cual está siendo revisada en el congreso con el objetivo de aumentarles las penas de castigo.
Esto ha armado un alboroto de tal magnitud, y enfrentamiento entre los diferentes sectores de opinión de la judicatura nacional, y también de los que no tienen ni un ápice de conocimientos de leyes -como es el caso de nuestro flamante Cardenal - (quien se mete en todo menos en lo que debe), que me recuerda con cierta ironía la época estudiada del imperio romano ¡pan y circo!, con la diferencia de que a nosotros nos están dando ¡mucho circo y poco pan!
Uno de los jurisconsultos más grande que ha dado la humanidad el Italiano y también economista Cesare Beccaria, cuyo texto "DE LOS DELITOS Y LAS PENAS", libro, que todo el que haya hecho aunque sea un semestre de derecho debe haber leído, resalta cual debe ser el valor verdadero de las penas.
Citamos: El fin de las penas no es ni atormentar ni afligir, sino impedir al reo causar nuevos daños y retraer a los demás de la comisión de otros iguales. No es la crueldad de las penas uno de los más grandes frenos a los delitos, sino la infalibilidad de ellos. Las penas deben ser las mismas para el primero que para el último de los ciudadanos, para los nobles que para los vasallos. Fin de la cita.
Está altamente demostrado a través de estudios realizados por organismos que trabajan con los diferentes sectores sociales que la pobreza, el hacinamiento, la pobre educación, y la falta de oportunidades, son los factores principales que generan la delincuencia en una sociedad.
Si a esto le agregamos las desigualdades que existen en nuestro país a nivel de aplicación de justicia, donde grandes ladrones del erario, amparados solo en el control que tienen del poder judicial se burlan cada día de todo el mundo, entendemos que es poco lo que nos está pasando hoy día.
Da risa ver cómo juristas de la suprema y del ministerio público, se enfrentan hoy, unos de acuerdo y otros no, de ampliar las penas de castigo a los menores que delinquen. Son estos mismos señores que hace poco se pronunciaron diciendo que en nuestro país no existen leyes para castigar la corrupción del Estado, solo con el propósito de salvar del castigo a su líder político, acusado y sometido a la justicia con abundantes pruebas que lo incriminan en la comisión de los hechos imputados . Y yo me pregunto: ¿por qué no gastar esas mismas energías tratando de hacer un proyecto de ley que castigue fuertemente este maldito flagelo que está desangrando nuestra economía? Como dijo Beccaria: La ley debe ser igual para todos.
La ley 136-03, o Código del Menor, es bastante explícita en cuanto a sus objetivos. Los artículos del uno al quinto establecen las oportunidades, que es obligación del Estado brindar a los menores. Derecho a la Educación, la Salud, el Deporte, la Cultura, etc., etc., etc. Y por si fuera poco, la propia Constitución en su art. 64 y sus diferentes numerales también lo establecen.
¿Han cumplido los diferentes gobiernos que hemos tenido con estos preceptos, fundamentales para la sana convivencia de los pueblos? ¡Claro que no! Pero para todos estos irresponsables, ladrones y charlatanes que nos han gobernado, es más fácil y más cómodo castigar que invertir en un verdadero plan de desarrollo educativo y cultural, el cual sería la única vía efectiva y segura para combatir la delincuencia. Lo penoso es que bajo esas circunstancias, crear leyes más estrictas es cargar el dado contra los niños que nacen en la pobreza, quienes resultan siempre ser las principales presas de la delincuencia que resulta de las faltas de oportunidades.
Desde pequeño hemos oído la frase en boca de nuestros abuelos: "La fiebre no está en la sábana", refiriéndose al hecho de que las soluciones a los grandes problemas no se dan tomando medidas superficiales, sino aplicando remedios profundos y sabios, revestidos de altas dosis de humanidad. Es por esto que planteo: Solo erradicando todas estas deficiencias que tenemos como Estado, como país, y abocándonos a un programa firme y decidido, educativo y cultural, a favor de las grandes mayorías, para que de esa manera tengan mejores oportunidades en la vida, entonces y solo entonces, erradicaremos también la delincuencia. No es en el aumento de las penas a los sectores más pobres y desposeídos donde está la solución.
Por Jochy Reyes
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres ". Pitágoras
Siguiendo a través de los medios las últimas noticias acontecidas en nuestro país, me he encontrado que ahora el problema que tiene a todo el mundo hablando y opinando es la reforma a la Ley 136-03, o Código del Menor. La cual está siendo revisada en el congreso con el objetivo de aumentarles las penas de castigo.
Esto ha armado un alboroto de tal magnitud, y enfrentamiento entre los diferentes sectores de opinión de la judicatura nacional, y también de los que no tienen ni un ápice de conocimientos de leyes -como es el caso de nuestro flamante Cardenal - (quien se mete en todo menos en lo que debe), que me recuerda con cierta ironía la época estudiada del imperio romano ¡pan y circo!, con la diferencia de que a nosotros nos están dando ¡mucho circo y poco pan!
Uno de los jurisconsultos más grande que ha dado la humanidad el Italiano y también economista Cesare Beccaria, cuyo texto "DE LOS DELITOS Y LAS PENAS", libro, que todo el que haya hecho aunque sea un semestre de derecho debe haber leído, resalta cual debe ser el valor verdadero de las penas.
Citamos: El fin de las penas no es ni atormentar ni afligir, sino impedir al reo causar nuevos daños y retraer a los demás de la comisión de otros iguales. No es la crueldad de las penas uno de los más grandes frenos a los delitos, sino la infalibilidad de ellos. Las penas deben ser las mismas para el primero que para el último de los ciudadanos, para los nobles que para los vasallos. Fin de la cita.
Está altamente demostrado a través de estudios realizados por organismos que trabajan con los diferentes sectores sociales que la pobreza, el hacinamiento, la pobre educación, y la falta de oportunidades, son los factores principales que generan la delincuencia en una sociedad.
Si a esto le agregamos las desigualdades que existen en nuestro país a nivel de aplicación de justicia, donde grandes ladrones del erario, amparados solo en el control que tienen del poder judicial se burlan cada día de todo el mundo, entendemos que es poco lo que nos está pasando hoy día.
Da risa ver cómo juristas de la suprema y del ministerio público, se enfrentan hoy, unos de acuerdo y otros no, de ampliar las penas de castigo a los menores que delinquen. Son estos mismos señores que hace poco se pronunciaron diciendo que en nuestro país no existen leyes para castigar la corrupción del Estado, solo con el propósito de salvar del castigo a su líder político, acusado y sometido a la justicia con abundantes pruebas que lo incriminan en la comisión de los hechos imputados . Y yo me pregunto: ¿por qué no gastar esas mismas energías tratando de hacer un proyecto de ley que castigue fuertemente este maldito flagelo que está desangrando nuestra economía? Como dijo Beccaria: La ley debe ser igual para todos.
La ley 136-03, o Código del Menor, es bastante explícita en cuanto a sus objetivos. Los artículos del uno al quinto establecen las oportunidades, que es obligación del Estado brindar a los menores. Derecho a la Educación, la Salud, el Deporte, la Cultura, etc., etc., etc. Y por si fuera poco, la propia Constitución en su art. 64 y sus diferentes numerales también lo establecen.
¿Han cumplido los diferentes gobiernos que hemos tenido con estos preceptos, fundamentales para la sana convivencia de los pueblos? ¡Claro que no! Pero para todos estos irresponsables, ladrones y charlatanes que nos han gobernado, es más fácil y más cómodo castigar que invertir en un verdadero plan de desarrollo educativo y cultural, el cual sería la única vía efectiva y segura para combatir la delincuencia. Lo penoso es que bajo esas circunstancias, crear leyes más estrictas es cargar el dado contra los niños que nacen en la pobreza, quienes resultan siempre ser las principales presas de la delincuencia que resulta de las faltas de oportunidades.
Desde pequeño hemos oído la frase en boca de nuestros abuelos: "La fiebre no está en la sábana", refiriéndose al hecho de que las soluciones a los grandes problemas no se dan tomando medidas superficiales, sino aplicando remedios profundos y sabios, revestidos de altas dosis de humanidad. Es por esto que planteo: Solo erradicando todas estas deficiencias que tenemos como Estado, como país, y abocándonos a un programa firme y decidido, educativo y cultural, a favor de las grandes mayorías, para que de esa manera tengan mejores oportunidades en la vida, entonces y solo entonces, erradicaremos también la delincuencia. No es en el aumento de las penas a los sectores más pobres y desposeídos donde está la solución.
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¡Usted ha dado en el blanco, Jochymín! Esto es lo que se llama un artículo de antología: conciso y circunscrito al tema, tan agudo y enfocado como un láser.
ResponderBorrarNo hay dudas que el aumento de las penas y juzgar a ciertos niños como adultos solo "allantan", son una pantalla de humo para hacer creer que se enfrenta el problema de la delincuencia juvenil cuando en realidad ello profundiza más la desigualdad y se condena de antemano a los jóvenes pobres que son los más proclives a caer en problemas con la justicia.
El que quiera ver esa dinámica en juego, que estudie el sistema de justicia estadounidense, el país con mayor número de presos en sus cárceles del mundo, con una cantidad desproporcional de pobres.
Veamos estas cápsulas:
En octubre de 2012 había alrededor de 2.2 millones de personas tras las rejas en EE.UU., “equivalente a la población de una ciudad del tamaño de Houston", señaló Bloomberg News. En los EE.UU. hay 4,575 cárceles en funcionamiento, más de cuatro veces el número del país en segundo lugar, Rusia, que tiene 1029.
En 2009, la tasa de encarcelamiento (número de presos por cada 100,000 habitantes) entre los hombres afroamericanos fue casi 7 veces mayor que entre los hombres blancos (4,749 afroamericanos vs. 708 blancos), y la tasa entre los hombres hispanos fue más de 2.5 veces mayor (1,822 hispanos) que entre los hombres blancos. La tasa entre las mujeres afroamericanas fue más de 3.5 veces la tasa de las mujeres blancas (333 afroamericanas contra 91 blancas), y la tasa para las mujeres hispanas fue 1.5 veces mayor (142 hispanas) que para las mujeres blancas.
Aunque afroamericanos e hispanos son en general los mas pobres dentro de la población, la realidad es que solo los mas pobres, incluyendo a los blancos, terminan yendo a la cárcel.
Felicidades y gracias.
Isaías
Ramón,si sigue dando palo por los 411 te voy a poner en la barra de defensa del Dr.Guillermo Moreno para que le hagamos entender a ladrones y allántosos que no es menta lo que "maca la burra". Hay que seguir denunciando todos estos mamotretos .¡Adelante ,cuñado !Abrazos .Evelio Martínez
ResponderBorrarCaraaaajo, que artículo tan punzante y urticante para aquellos que se creen dueños de la justicia. Amigo Jochy, tus escritos son muy sabios, reales y enjundiosos. Por favor,síguenos ilustrando con tus sabias y bien dirigidas orientaciones. Que palo Jochy!! Así se hace patria. Papa Dios me lo bendiga por siempre.
ResponderBorrarAfecto y cariño para Usted y Familia.
Diómedes Rodríguez.
Mi hermanazo Jochy, yo le escribo en chercha, y me responde con algo tan serio y que respeto tanto; con usted parece que no se puede usar el sentido del humor para votar el golpe.......y le repito, que yo prefiero asistir a una fiesta en la que ustedes toquen bailables....porque a la otra no puedo asistir, porque soy alérgico al olor de la pólvora.
ResponderBorrarRolando
Tremendo Jochi, ese es el problema de nuestro país, recuerdo que cuando jóvenes tratabamos de prepararnos para tener oportunidades en la vida; pero ahora tu te encuentras con muchos con un título pero sin oportunidades, por eso muchos pierden el interes en la educación. Prefieren lo político u otros medios no muy saludables.
ResponderBorrarPapito Mármol
Hermano Jochi, has dado en la mera diana con estas expresivas exégesis que retratan nuestro acontecer de manera contundente y realista.
ResponderBorrarCónsono con tu genuino sentir, me sumo a tus bien ponderadas denuncias, aseveraciones y reclamos, procurando con ello equidad y justicia en bienestar del amplio conglomerado social altamente desprotegido y en reiteradas ocasiones con inaudita desfachatez, irrespeto y malsana desconsideración.
Considero pertinente revalorizar y corregir con renovadas energías, los factores que mantienen esta preocupante situación, permitiendo realizar los correctivos correspondientes en toda su magnitud y significado, sin importar quien caiga.
Algún día ahorcarán los verdaderos ladrones, empedernidos esquilmadores de nuestros recursos, honras, valores y posibilidades.
Acojo con beneplácito tus consecuentes prosas en defensoría de nuestros Patrimonios,... saludos cordiales,... Cuqui Rodríguez Martínez.