jueves, 8 de julio de 2010

VIVENCIAS DE UNA AMISTAD

La amistad de Fernan Ferreira, Lilí Santana, Diogenito Castellanos, Ningue Taveras y Monchy Colón (en ese orden en la foto) define en todas sus dimensiones lo que primordialmente significa la palabra: lealtad, sinceridad, respeto, compasión, tolerancia, comprensión, entrega incondicional, mantener en jaque los impulsos del ego en su debilidad por la envidia, las murmuraciones, las reacciones hipersensibles a las espinas agudas del otro, etc. Del quinteto que ni el tiempo ni la distancia logró separar desde la adolescencia, hoy físicamente falta uno. Este es el testimonio sincero de uno del grupo en el que expresa su agradecimiento al amigo ido y el sentimiento de impotencia que le embarga al saber que no volverá a abrazarlo, que su ausencia no puede borrarse matando distancia con un viaje ligero.

TESTIMONIO
Por Fernando Ferreira Azcona

MAO, VALVERDE. Es de madrugada. A mi lado, mi querida esposa Nana duerme plácidamente. La familia también duerme. A juzgar por el silencio imperante, todo Mao duerme profundamente, excepto yo. Mis ojos están abiertos, llenos de lágrimas, mirando fijamente el techo de la vieja casona de madera que nos vio crecer, cruzar la adolescencia, y luego, abandonarla, con el propósito de cristalizar nuestros sueños de alcanzar una profesión académica, y para sólo regresar en ocasiones muy especiales para nuestra familia.

Mi mente bulle como un torbellino. Actúa como un viejo proyector de películas que sólo duran segundos; a lo sumo, un par de minutos. Y las proyecta sin un orden cronológico apropiado. A veces, una “película” reciente trae a la mente otra de finales de la década de los años 50 ó de los 60.

Son vivencias al lado del amigo entrañable que recién nos dejó para irse al lado del Padre, según mis convicciones cristianas.

La base de la primera película es aquella fatídica llamada telefónica que le hice desde un supermercado para informarle que a una gran amiga le habían detectado cáncer de mama. Antes de darle la noticia, lo noté muy desanimado, y le pregunté: “¿Qué te pasa?”. Su respuesta fue como un balde de agua fría: “Mi hermano, creo que tengo una enfermedad catastrófica”. Mi reacción fue de negación: “No jodas, ¿Cómo vas a tener una vaina de esas?” Me respondió: “en medicina, hay una teoría, que en lenguaje llano se podría traducir como “no toques esa tecla”, y creo que en el tratamiento de mi dengue hemorrágico, tocaron esa tecla…”
Así, vuelvo a vivir aquella tarde, sería en el año 1959 ó 1960, en el play de softbol cercano al viejo Cementerio Municipal. Nosotros tendríamos trece o catorce años y estábamos en plena dictadura trujillista (la noche que mataron a Trujillo, yo cumplí los quince años). Esa tarde, un sargento de la guardia le dio varias bofetadas a un ciudadano que no había hecho nada para merecerlas. Yo lleno de ira e impotencia exclamé: “Dios mío, hasta cuándo vamos soportar esta mierda”. Ningue, que estaba a mi lado, se vuelve hacia mí, y me pregunta: “Mi hermano, ¿usted también es antitrujillista?” y nos confundimos en un gran abrazo. ¡Ahh la temeridad de la juventud!

Repaso nuestra despedida por viajes de estudios, en el Samoa Bar, a finales de Diciembre de 1964. Ningue se marchaba a Valladolid, España, el 1° de Enero, a cursar la carrera de medicina. Diogenito y yo nos marchábamos el día 5, a El Zamorano, Honduras, a estudiar agronomía. Recuerdo nuestros compromisos de mantenernos en comunicación y de volver al terruño querido a dar lo mejor de nosotros… ¡y lo cumplimos! En mi mente veo aquella humilde maleta y los dos “long playing” de Rafael Colón y Felipe Pirela, testigos confidentes de nuestras noches de bohemia y de nuestros amoríos, que pusimos en la parte superior de la misma, antes de cerrarla.

Ahora veo la película de la última reunión del Grupo, en mi casa, a principios de marzo de 2009, con motivo del más reciente viaje de Lilí Santana a nuestro país. Estábamos tomando tragos, Monchy, Diogenito Lilí, Ningue y yo, disfrutando de una pierna de cerdo horneada, y en un momento inesperado, Ningue expresó: “Ustedes cuatro son responsables de que en mi funeral se interprete la canción “Cuando un Amigo se Va”, de Alberto Cortés”. La reacción de los cuatro amigos fue, nuevamente, de negación, a tal punto, que yo me olvidé del asunto.

Y entonces, vivo la llamada telefónica de Lilí, desde Orlando, Florida, la noche antes de los funerales: “Mi hermano, ¿Usted se acuerda de la responsabilidad del Grupo en el funeral de mañana? Yo lo estoy llamando para decirle que la responsabilidad de todos nosotros, ahora está sobre sus hombros. Usted es responsable de que a Ningue se le cante mañana “Cuando un Amigo se Va”. Y, con la anuencia de sus familiares, así se hizo.

La vivencia anterior trae a “mi proyector de películas” el diálogo, a través del Internet, con Manito Santana: “Cabezón, me dijo, el tiempo lo traicionó. Él quiso ir a España a despedirse de sus hijos y volver al país que tanto amó, a morir rodeado de sus amigos, pero el tiempo no le alcanzó”. Que lástima que el tiempo no le alcanzara y que una persona de tanta calidez humana haya pasado a la otra vida, prácticamente solo.

En el transcurso de este “festival de cine” veo la película de cuando mi hijo Fernando se accidentó. Nana y yo nos pasamos la noche buscándolo por clínicas privadas, hospitales públicos y cuarteles policiales. Lo encontramos en la madrugada, inconsciente, en uno de los “almacenes de enfermos” del Estado Dominicano. Con autorización médica, lo trasladamos al Centro Médico UCE, donde laboraba Ningue.

Una vez allí, les pedí a los médicos residentes de turno que me llamaran al Dr. Taveras Reyes. “Taveras es cardiólogo, y el paciente lo que necesita es un neurocirujano”, me dijo uno de los jóvenes médicos. “Taveras es mi hermano, y ese paciente, es su sobrino, y con él, se va a hacer, lo que decida mi hermano”, le dije con toda la autoridad de padre.

Llamé a Ningue por teléfono. “Mi hermano, disculpa que te despierte a esta hora”, le dije. “Coño Fernan, dime qué te pasa. Tú no me vas a llamar a esta hora si no tienes una emergencia”, me dijo cortante. “Fernandito se accidentó y está muy grave”, le dije con voz entrecortada. “Estamos en emergencia del Centro Médico UCE”.

“Voy en seguida. Diles a los médicos residentes que ese paciente es mío. Que nadie, que yo no autorice, le pone la mano. Es más, ponme uno al teléfono para yo decírselo”, me respondió. Al rato llegó a la clínica y se dedicó a su cuidado con tanto esmero, que para que Nana pudiese estar con Fernandito, le armó una sala de cuidados intensivos en la habitación que ocupaba nuestro hijo. Gracias al cuidado médico que recibió y a la intervención divina, Fernando salvó la vida.

9 comentarios:

  1. Querido hermano:

    Gracias por la introducción o pie de foto. En un sólo párrafo resumes magistralmente lo que ha sido una amistad de más de cinco décadas, y el sentimiento de impotencia que me embarga por la partida física de un miembro del Grupo.

    Un gran abrazo,

    Fernan.
    arapf@codetel.net.do

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  2. Querido Fernan: He leido con mucho respeto, cariño y admiración por cada uno de ustedes cinco, y ver como pudieron mantener una hermandad a traves de los años...Muy hermoso por todos....aunque no era parte del grupo los pude conocer y admirar a cada uno en especial por ser personas ejemplares y a al vez modelos para seguir en mi vida. Abrazos a todos y me uno a su dolor.
    Sinceramente,

    Juan Colón

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  3. Papi, Ningue fue sin duda un gran amigo y hermano, a quien todos llamábamos para consultar así fuera una gripe o cualquier malestar menor, porque confiábamos ciegamente en su calidad como ser humano y como médico. El supo ganar en la tierra su lugar en el cielo, y sin duda desde allí, se le habrán saltado las lágrimas al leer estas líneas que reflejan su cariño y admiración por él. Animo, el está ahora en un mejor lugar!

    Paula Ferreira
    paulaferreiran@hotmail.com

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  4. Apreciado Juan:

    Gracias por tu comentario y expresiones de afecto. Yo también te admiro mucho como profesional y como persona. Siempre trato de saber de tí, a través de tu hermana, mi amiga, Sonia.

    Un abrazo,

    Fernan.

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  5. Querida Pali:

    Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que respecta a Ningue. No sólo se nos fue el amigo, sino el médico de la familia, pues como señalas, sin importar la dolencia, era el primero que consultabamos.

    Como católico que practica su religión, también confío que el Señor habrá premiado su ejemplo de vida y de servicio a los demás.

    Un beso,

    Papi.

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  6. Asi es como siempre debemos vivir.

    Monchy.

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  7. Complemento lo expresado por mi consejero y amigo Fernan sobre la amistad o hermandad del grupito de los 5. Durante la etapa de mis 12 - 13 años,quería seguirles los pasos en la forma que se demostraban su amistad.
    Notaba que al ellos despedirse luego de compartir en cualquier actividad se estrechaban las manos,expresando así la alegría de estar juntos.
    Las fechas de sus cumpleaños,nunca eran olvidadas por ninguno de ellos, estuvieran donde estuvieran ,el telefono sonaba y la celebracion se produce en el primer encuentro de todos con un pote del ron a la moda,y una eterna sonrisa del grupo en su celebracion.

    ¡Que grupito,digno de imitar !

    Dios los bendiga.

    MANITO

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  8. Querido Cabezón:

    Gracias por tu testimonio. Como comprenderás, por razones de espacio en el Blog, era imposible incluir "todas las películas" que vi esa madrugada en el "festival de cine" a que hago alusión.

    Tú eres uno de mis hermanos menores.

    Te quiero mucho,

    Fernan.

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  9. Faltó una llamada-

    24 (dia de las Mercedes) de Septiembre,9:00 p.m. dia este del natalicio de mi hermano Rafael Santana (Lilí)miembro del grupito de los 5, acostumbro llamarlo para felicitarlo y cherchar sobre la edad o algun tema que siempre nos provoca risas,siempre referente a algun familiar,recordando alguna anecdota.Unos 30 minutos de puros relajos ya que para esa fecha suspendemos todo tipo de preocupaciones. Lo mismo sucede el día de Mella,que celebramos el mio.
    Yo acostumbro en su día hacerle 4 preguntas
    ¿te llamó Fernan ? " Claro Mella" (los 5 tambien me tienen ese mote)
    ¿Y Diogenito te rezó algo? "ahora mismo me llamó" me contesta. (Le pregunto que si rezó algo en forma jocosa ya que Diogenito siempre ha sido el mas Cristiano del Grupo,seguido por Fernan)
    ¿ Y Monchy Colón ? "Ese parece que no durmió,me llamó tempranito" me responde.

    Suspendo las preguntas,hacemos una páusa de unos 5 segundos,él siente mi profunda respiración al traves del teléfono,y me contesta " Sí Mella,faltó una llamada,que vamos hacer". Él notó que me tranqué y colgó.

    Vamos a ser sinceros,es duro tener que aceptar las cosas como son luego de haber existido una amistad llena de sinceridad,respeto y lealtad.
    He tenido la suerte que me he mantenido pegadito a este grupito y he podido seguir su linea que es como siempre debemos vivir.

    Lilí, Feliz cumpleaños en nombre de tu otro hermano Ningue Taveras.Acéptalo.

    Tu hermano

    Manito Santana

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