TESTIMONIO
Por Manito Santana
No puedo quedarme callado, Ningue, porque sé que muchos compueblanos y amigos tuyos no saben o no conocen muchas cosas que te abren el camino a la eternidad. Tengo que hablar de aquel muchacho extrovertido que con apenas unos 14 ó 15 años mostraba una línea de cambios de gobierno cuando en esa época era un luto seguro si se llegaba a saber que era contra Trujillo.
En ese tiempo formaba parte de un equipo de beisbol juvenil, conformado por Fernan Ferreira, Diogenito Castellanos, Lilí Santana, Pedro Amaro, Ganeo Tavares, Rolando “Cuchara” Espinal, Achicha Ventura, Chichito y Francisco Santana, Humberto (el Patú)Santana, Héctor “el Barón” Herrera, y otros no recordados.
Recuerdo que muchas veces tú jugabas short stop y pícher; me sorprendía tu velocidad tan rápida con apenas unas 115-120 lbs., siempre mordiendo la lengua con tus labios al lanzar, al igual que mi hermano Lilí.
Ese equipito juvenil salía por la región a intercambiar con otros dizque de su categoría, pero muchas veces le guardaban equipos amateurs y había que jugar y le ganaban.
Durante tus estudios en el Liceo, luego de la muerte de Trujillo, por tu forma de decir las cosas, creando conciencia en el estudiantado hicieron de ti un líder viéndote obligado muchas veces a esconderte, durmiendo en distintas casas, inclusive abandonar el pueblo para así evitar el apresamiento o muerte.
Tu vida revolucionaria perduró contigo para siempre.
Recuerdo tu ida a España a cursar estudios y cuando regresaste como médico cardiólogo; mostrando la misma sencillez que te caracterizaba, te instalaste en la capital y viajabas a nuestro pueblo Mao, visitando todas tus gentes y dándoles consultas sin cobrar un chele.
En Santo Domingo demuestra de nuevo el valor que tiene el maeño para ti, donde reciben tus consultas tuvieran o no dinero.
Nunca olvidaré cuando te llevé a mi madre y me dijiste "hay que operarla". Recuerdo tu participación junto al Dr. Puello Herrera en la operación de 7 horas para salvarle la vida. Al momento del pago en el Centro Médico Nacional, te pregunté y me contestaste un poco enojado: "Coño Manito, esa es tu mamá y la mamá de mi hermano Lilí, no me ofendas”. Gracias Ningue.
Hice este breve recuento tuyo, a sabiendas que falta mucho que contar. Sé que como el mío, hay cientos de testimonios que destacan tu calidad humana, pero lo dejo a otro amigo o amiga sincera que quiera hacerlo.
Lo que sí squiero decirte, Ningue, es que "Cuando un amigo se va, deja un espacio vacío".
Dios está contigo.
Cabezón:
ResponderBorrarYo recuerdo perfectamente la operación de Doña Niní. Por las mismas razones que Ningue no te quiso cobrar, yo estuve al pie de su cama la mayor parte del tiempo que permaneció internada en el otrora Centro Médico Nacional, hoy UCE.
Un abrazo,
Fernan Ferreira.
arapf@codetel.net.do
Manito:
ResponderBorrarLos sentinientos, el agradecimiento y el valorar lo recibido engrandecen al hombre, máxime si estos favores tocaron a nuestros deudos.
Tu artículo sobre nuestro hermano Ningue me conmovió y creí al leerlo, que era yo que lo escribía. Se nos fue un ser excepcional, humilde, servicial, entregado y sobre todo abierto a cualquier manifestación.
Escribí estos versos: Si no vino tu cuerpo / sino tus cenizas / es porque regresarás como el alba / vestido de su luz y sus rayos / de su arcoiris de sueños rotos / de ideales imantados / con abril y junio / en el alado caballo / de Manolo y Caamaño.
Paz a tus restos inmenso Dr. Taveras.
Evelio Martínez.
Evelio : Gracias.
ResponderBorrarNuestro pueblo,está lleno de hombres de esa generación donde tu estas incluido,que tienen un valor histórico por su lucha revolucionaria que provocaron cambios que hoy disfrutamos como es la democracia. Tengo temor de que esta generación siga conociendo el valor de aquella juventud sólo cuando se nos van como nuestro querido NINGUE.
Debemos buscar la forma de que nuestro pueblo conozca y pueda decir "Ese es fulano,luchador por el pueblo" y que eso sirva de orgullo y compromiso para sus hijos y nietos.
Busquemos la forma de como podríamos hacerlo.
Abrazos
Manito
Fernan:
ResponderBorrarTu actitud demostrada al pié de la cama de mi Madre en su gravedad junto a nuestro hermano Ningue,es una muestra ejemplarizadora de lo que es una verdadera amistad, refutando así a los que dicen que no hay amigos.
Entonces,¿qué ejemplo es este?.
Por siempre
Manito