viernes, 17 de mayo de 2013
MEDICINA ALTERNATIVA
EL ESTRÉS Y LAS ENFERMEDADES
Por Nelson Rodríguez Martínez (Cuqui)
El autor es Ing. Agrónomo, profesor universitario y presidente fundador de N.R. Bienestar, S.R.L., compañía dedicada a la producción y venta de productos medicinales naturales.
El estrés es un estado de tensión psíquica o física que se produce por causas tanto internas como externas. Puede manifestarse con mayor o menor intensidad y su duración es variable. Muchos son los factores que pueden causar estrés, desde simples sucesos cotidianos como un examen o conducir en horas pico, hasta experiencias más traumáticas, como la muerte de un ser querido o una enfermedad grave.
El estrés puede estar involucrado en el origen de enfermedades, puesto que, como han demostrado algunas investigaciones, interfiere en la homeostasis, es decir, el equilibrio orgánico, lo que provoca un debilitamiento del sistema inmunológico. Asimismo, el estrés crónico puede ser causa de enfermedades graves.
Las personas que han vivido situaciones traumáticas extremas, como los soldados en el campo de batalla, pueden padecer el denominado trastorno por estrés postraumático. Este se describió con el nombre de “neurosis de guerra” durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y “agotamiento de combate” durante la Segunda Guerra Mundial (1930-1945).
Los síntomas del trastorno por estrés postraumático son depresiones, pesadillas, sentimientos de culpabilidad por haber sobrevivido y evocaciones retrospectivas de los acontecimientos traumáticos. Las personas afectadas suelen ser muy sensibles a los ruidos y pueden incluso volverse violentas.
Hasta finales del siglo XX estaba científicamente aceptada la creencia de que el hombre y los animales reaccionaban al estrés de la misma manera: preparándose para luchar o huir, situación denominada síndrome de “lucha o huida”.
En el año 2000, un grupo de investigadores publicó un artículo en el que se señalaba que las hembras (tanto animales como humanas) reaccionan a menudo de manera diferente ante el estrés. En lugar de agredir o escapar, su reacción es cuidar y buscar el apoyo de otras personas. Probablemente esta respuesta, denominada “de protección y amistad“ es el resultado tanto de diferencias hormonales entre ambos sexos como del aprendizaje y condicionamiento cultural experimentado a lo largo de nuestra historia evolutiva.
Cuando el ser humano estaba en los albores de su evolución, la respuesta de protección y amistad debió de reducir en gran medida los riesgos de las hembras y su descendencia frente a los depredadores, desastres naturales y otras amenazas.
Enfermedades y trastornos
Algunos de los signos físicos del estrés son sequedad de la boca y garganta, rigidez muscular en el cuello, los hombros y la espalda, problemas crónicos de cuello, y espalda, dolores de cabeza, mala digestión, temblores, tics musculares, insomnio y fatiga. Los signos emocionales son tensión, ansiedad, depresión y fatiga emocional.
En una crisis de estrés los latidos cardíacos se aceleran, la presión arterial aumenta y el cuerpo libera adrenalina, una hormona que acelera el metabolismo corporal. Si este estado se mantiene durante un tiempo y el organismo no puede recuperar su estado de equilibrio normal, el sistema inmunológico empieza a debilitarse.
Las investigaciones médicas han revelado que el estrés crónico provoca la acumulación de grasas, almidón, calcio y otras sustancias en la pared de los vasos sanguíneos, lo cual puede originar arteriosclerosis, proceso caracterizado por la obstrucción del flujo sanguíneo a causa del endurecimiento de las arterias, que puede originar enfermedades cardíacas.
Otras dolencias asociadas con el estrés
Las más comunes son la diabetes del adulto, las úlceras, la hipertensión arterial, el asma, la migraña, el cáncer y resfriado común. Aunque ambos sexos pueden sufrir el estrés por igual, al parecer los varones padecen más enfermedades relacionadas con el estrés, como hipertensión y abuso de drogas y alcohol.
Tratamientos para reducir el estrés
Algunos psiquiatras y terapeutas prescriben ansiolíticos o antidepresivos como tratamiento, mientras que otros enseñan a sus pacientes a desarrollar estrategias para reducir o eliminar el estrés de su vida. En cualquier caso, se recomienda realizar cambios en el estilo de vida, como proponerse una dieta saludable, dejar de fumar, aumentar la actividad física, fomentar las técnicas de relajación (como la respiración profunda o la meditación) e integrarse en un grupo de apoyo. Identificar las causas del estrés y hablar de ellas son dos factores esenciales para reducir o eliminar el estrés.
FUENTE
Libro: Hierbas y Nutrición en la Edad Madura.
Autor: Ing. Agron. Nelson Rodríguez Martínez
Maestría en Fitoterapia.
Por Nelson Rodríguez Martínez (Cuqui)
El autor es Ing. Agrónomo, profesor universitario y presidente fundador de N.R. Bienestar, S.R.L., compañía dedicada a la producción y venta de productos medicinales naturales.
El estrés es un estado de tensión psíquica o física que se produce por causas tanto internas como externas. Puede manifestarse con mayor o menor intensidad y su duración es variable. Muchos son los factores que pueden causar estrés, desde simples sucesos cotidianos como un examen o conducir en horas pico, hasta experiencias más traumáticas, como la muerte de un ser querido o una enfermedad grave.
El estrés puede estar involucrado en el origen de enfermedades, puesto que, como han demostrado algunas investigaciones, interfiere en la homeostasis, es decir, el equilibrio orgánico, lo que provoca un debilitamiento del sistema inmunológico. Asimismo, el estrés crónico puede ser causa de enfermedades graves.
Las personas que han vivido situaciones traumáticas extremas, como los soldados en el campo de batalla, pueden padecer el denominado trastorno por estrés postraumático. Este se describió con el nombre de “neurosis de guerra” durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y “agotamiento de combate” durante la Segunda Guerra Mundial (1930-1945).
Los síntomas del trastorno por estrés postraumático son depresiones, pesadillas, sentimientos de culpabilidad por haber sobrevivido y evocaciones retrospectivas de los acontecimientos traumáticos. Las personas afectadas suelen ser muy sensibles a los ruidos y pueden incluso volverse violentas.
Hasta finales del siglo XX estaba científicamente aceptada la creencia de que el hombre y los animales reaccionaban al estrés de la misma manera: preparándose para luchar o huir, situación denominada síndrome de “lucha o huida”.
En el año 2000, un grupo de investigadores publicó un artículo en el que se señalaba que las hembras (tanto animales como humanas) reaccionan a menudo de manera diferente ante el estrés. En lugar de agredir o escapar, su reacción es cuidar y buscar el apoyo de otras personas. Probablemente esta respuesta, denominada “de protección y amistad“ es el resultado tanto de diferencias hormonales entre ambos sexos como del aprendizaje y condicionamiento cultural experimentado a lo largo de nuestra historia evolutiva.
Cuando el ser humano estaba en los albores de su evolución, la respuesta de protección y amistad debió de reducir en gran medida los riesgos de las hembras y su descendencia frente a los depredadores, desastres naturales y otras amenazas.
Enfermedades y trastornos
Algunos de los signos físicos del estrés son sequedad de la boca y garganta, rigidez muscular en el cuello, los hombros y la espalda, problemas crónicos de cuello, y espalda, dolores de cabeza, mala digestión, temblores, tics musculares, insomnio y fatiga. Los signos emocionales son tensión, ansiedad, depresión y fatiga emocional.
En una crisis de estrés los latidos cardíacos se aceleran, la presión arterial aumenta y el cuerpo libera adrenalina, una hormona que acelera el metabolismo corporal. Si este estado se mantiene durante un tiempo y el organismo no puede recuperar su estado de equilibrio normal, el sistema inmunológico empieza a debilitarse.
Las investigaciones médicas han revelado que el estrés crónico provoca la acumulación de grasas, almidón, calcio y otras sustancias en la pared de los vasos sanguíneos, lo cual puede originar arteriosclerosis, proceso caracterizado por la obstrucción del flujo sanguíneo a causa del endurecimiento de las arterias, que puede originar enfermedades cardíacas.
Otras dolencias asociadas con el estrés
Las más comunes son la diabetes del adulto, las úlceras, la hipertensión arterial, el asma, la migraña, el cáncer y resfriado común. Aunque ambos sexos pueden sufrir el estrés por igual, al parecer los varones padecen más enfermedades relacionadas con el estrés, como hipertensión y abuso de drogas y alcohol.
Tratamientos para reducir el estrés
Algunos psiquiatras y terapeutas prescriben ansiolíticos o antidepresivos como tratamiento, mientras que otros enseñan a sus pacientes a desarrollar estrategias para reducir o eliminar el estrés de su vida. En cualquier caso, se recomienda realizar cambios en el estilo de vida, como proponerse una dieta saludable, dejar de fumar, aumentar la actividad física, fomentar las técnicas de relajación (como la respiración profunda o la meditación) e integrarse en un grupo de apoyo. Identificar las causas del estrés y hablar de ellas son dos factores esenciales para reducir o eliminar el estrés.
FUENTE
Libro: Hierbas y Nutrición en la Edad Madura.
Autor: Ing. Agron. Nelson Rodríguez Martínez
Maestría en Fitoterapia.
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Excelente artículo, estimado Cuqui. Gracias por compartir sus conocimientos de manera desinteresada con los MEECianos.
ResponderBorrarIsaías
Muy buen artículo, esas con de las cosas que debería tomar en cuenta para tener una vida con menos preocupaciones.
ResponderBorrarGracias Cuqui
Cuando comentan, por favor pongan su nombre de manera que el autor sepa y pueda agradecer a quien hace el comentario.
ResponderBorrarEl administrador
Cuqui,que buen articulo,te digo lo mismo que a la ilustre maestra Lavinia del Villar,sobre un comentario que hice a un articulo suyo publicado en MEEC. ADECUADO A ESTOS TIEMPOS. Este es un articulo terapéutico,y gratis.Gracias. Jochy Reyes.
ResponderBorrarEstoy seguro que muy pocos medios, ofrecen una conferencia médica, y de adiestramiento, con tanta profesionalidad como lo hace el amigo Cuqui a través de MEEC......
ResponderBorrarEl señor administrador debe estar muy satisfecho, por la labor que está llevando a cabo su prestigioso medio.
Rolando Espinal
Cuchara,
ResponderBorrarEstamos extremadamente satisfechos de todos nuestros colaboradores por su inteligencia, su sentido de hacer bien sin esperar recompensa material, por su altruismo y su humanismo sin límites... cosa que el lector acucioso como usted no deja de reconocer, y se lo deja saber al autor con comentarios como el que ha hecho que son como un bálsamo y una expresión de agradecimiento a nuestros colaboradores, lo que los impulsa a seguir escudriñando y a seguir plasmando sus ideas, hallazgos y conocimientos en nuestro medio, para bien de todos.
Mao es dichoso al tener tantos profesionales dispuestos a cooperar para engrandecerlo. MEEC es único debido a esa variedad de hijos talentosos dispuestos a poner su talento a trabajar en favor del pueblo y sus compueblanos. Viva Mao.
Gracias.
Isaias Ferreira
Administrador de MEEC
En el segundo comentario olvide poner mi nombre, me excusan Isaias y Cuqui.
ResponderBorrarPapito Marmol
Nelson....Excelente....excelente... una gran realidad y muy bien ilutstrada sobre todo las diferentes alternativas que podemos usar. Gracias por tan preciado articulo.
ResponderBorrarAbrazos mi querido Cuqui,
Abrazos del alma,
Juan Colon
Estoy muy agradecido de quienes disponen de su valioso tiempo para leer y comentar con toda sinceridad sus genuinos pareceres sobre los trabajos que acostumbro plasmar periódicamente en MEEC, con la gentil anuencia de su eficiente Administrador y Distinguido Amigo Isaías.
ResponderBorrarComo podrán percatarse, trato de suministrarles informaciones, datos y experiencias amparados por la Ciencia, referentes a nuestra inestimada salud, aprovechando con eficiencia y seguridad recursos naturales propiciantes de bienestar general, acompañados de los correspondientes llamados de advertencia y observancias cuando sea necesario adoptarlos.
En fin, amigos lectores, me place sobremanera continuar en esta digna e ingente labor permisiva de nuestra fluida y productiva comunicación, como a su vez reconozco los espléndidos y acogedores estímulos que me prodigan, al esmerarse con las excelentes contribuciones de sus expeditas exégesis para conmigo.
Con la mayor de las deferencias, me suscribo a sus gratas consideraciones,... abrazos, muchos y sinceros,... Cuqui Rodríguez Martínez.