sábado, 12 de febrero de 2011
DE INTERÉS GENERAL
LOS PELIGROS DE LAS BEBIDAS ENERGÉTICAS
Jane E. Brody
The New York Times
Ante la alarma generalizada por las muertes vinculadas a bebidas comerciales que contienen alcohol y cafeína, como la afrutada bebida de malta Four Loko, es fácil pasar por alto problemas que pudieran estar vinculados a las mal llamadas bebidas energéticas que los generaron.
Sin embargo, diversos científicos están preocupados por bebidas de alto contenido de cafeína como el Red Bull, Rockstar, Monster y Full Throttle, que son populares entre adolescentes y adultos jóvenes.
Lo que a menudo es una combinación grotesca de ingredientes en estas bebidas impulsó a tres investigadores del Centro de Ciencia de la Salud de la Universidad de Texas, en Houston, y la Universidad de Queensland, en Australia, a estudiar lo que se conoce –y se desconoce– sobre el contenido de estas bebidas, que se venden junto a refrescos y bebidas deportivas en supermercados, farmacias y paradas de descanso en carreteras.
Su revisión de todos los estudios de la literatura científica en inglés, publicada en noviembre en Los Procedimientos de la Clínica Mayo, los llevó a poner en duda tanto la efectividad como la seguridad de bebidas energéticas.
No son claros los efectos a largo plazo
Los investigadores notaron que las bebidas contienen altos niveles de cafeína y advirtieron que algunas personas susceptibles corren el riesgo de sufrir efectos peligrosos, incluso que sean una amenaza para la vida, sobre la presión arterial, el ritmo cardiaco y la función cerebral.
Los autores notaron que se ha informado de “cuatro casos documentados de muerte asociada con cafeína, así como de cinco casos aparte de convulsiones asociadas con el consumo de bebidas vigorizantes/energéticas”. Otros informes incluyen a un hombre de 28 años de edad, por lo demás sano, que sufrió un paro cardiaco después de un día de competir en carreras de motocross; un hombre saludable de 18 años de edad, quien murió jugando baloncesto después de beber dos latas de Red Bull; y cuatro casos de manía experimentados por individuos que padecían desorden de bipolaridad.
Con una abreviatura para bebidas energéticas, el Dr. John P. Higgins y sus coautores escribieron en la publicación de la Clínica Mayo que debido a que “adolescentes y adultos jóvenes, tanto atletas como quienes no lo son, están consumiendo BE a un paso alarmante, necesitamos precisar si el uso de BE de este segmento en el largo plazo se traducirá en efectos adversos más adelante”.
Su coautor, Troy D. Tuttle, fisiólogo del ejercicio en la universidad de Houston, dijo en una entrevista: “Casi todos los estudios que se han hecho sobre bebidas energéticas han girado en torno a pequeñas muestras de individuos jóvenes y saludables, en los cuales es improbable que se vean efectos adversos en el corto plazo. ¿Pero, qué hay del largo plazo? ¿Qué pasa con el hígado y la enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y diabetes? Podríamos especular sobre muchos problemas potenciales pero, sencillamente no sabemos”.
“Exhorto a la Administración de Alimentos y Fármacos, la FDA, a que intervenga y regule este mercado’', que actualmente tiene muy pocas restricciones sobre los tipos y cantidades de ingredientes y las afirmaciones que se hacen sobre ellos. Los fabricantes han etiquetado las bebidas como “suplementos dietéticos”, lo cual los absuelve de las regulaciones federales que rigen a los refrescos y los jugos y permite que los productores hagan afirmaciones sobre “estructura y función”, como “Mejora el desempeño atlético” y “Aumenta la quema de calorías y la agudeza mental”.
Como Tuttle describió la estrategia de mercadeo para bebidas energéticas, “las empresas han tomado una taza de café – o dos o más tazas, agregado muchas cosas que suenan modernas y lo han comercializado con un vigoroso y moderno impulso, así como algo de moda entre los jóvenes que quieren verse en onda caminando por ahí con una lata de Red Bull.
“Cualquiera puede comprar estas bebidas, incluso niños de 11 y 12 años de edad”.
En una declaración enviada por correo electrónico, la Asociación Estadounidense de Bebidas dijo: “La mayoría de las marcas a la cabeza en bebidas energéticas ponen declaraciones voluntariamente en sus contenedores, incluidas listas sobre su uso entre personas susceptibles a la cafeína”. De manera similar, la organización informó que muchos de sus integrantes enumeran voluntariamente la cantidad de cafeína en las etiquetas de sus productos o han suministrado la información sobre el contenido de cafeína a través de sus sitios en Internet y líneas abiertas para el consumidor.
A Tuttle, quien trabaja con equipos deportivos, le preocupan los efectos de las bebidas energéticas sobre el desempeño atlético. “Muchos jóvenes están buscando bebidas energéticas en vez de bebidas deportivas, que a diferencia de las primeras son mayormente agua con una cantidad nominal de azúcar y electrolitos”, dijo. “Las bebidas energéticas contienen una variedad de ingredientes, que en su mayoría no han sido investigados, particularmente cuando se combinan”.
Mezcla potente
Para un atleta que se ejercita intensamente, las altas dosis de azúcar en las bebidas energéticas puede disminuir la absorción de fluidos y dar como resultado una deshidratación. Una lata de 16 onzas (355 ml) de una bebida energética puede contener 13 cucharaditas de azúcar y la cantidad de cafeína hallada en cuatro o más refrescos de cola. Tuttle notó que la cafeína, de la cual se sabe que mejora la acción muscular y el desempeño, particularmente en actividades de resistencia, está prohibida en muchas competencias deportivas. De aquí que el consumo de una bebida energética en días cercanos a un evento podría terminar con la descalificación de un atleta.
Otros ingredientes hallados en bebidas energéticas son taurina, glucuronolactona, vitaminas B, ginseng, guaraná, ginkgo biloba y cardo*. Tuttle dice que la guaraná es preocupante en particular, ya que actúa como un estimulante, como la cafeína.
“Se agregan vitaminas B, que son importantes enzimas para el aprovechamiento de la energía, para legitimar los altos niveles de azúcar”, notó. “Pero la dieta estadounidense, que es de muy alto contenido proteínico, ya tiene abundante vitamina B. Estas bebidas son algo similar a una sobrecarga sensorial para el cuerpo, con demasiadas sustancias llegando al mismo tiempo”.
Si a eso se suma alcohol, como ya estaban haciendo algunos consumidores antes de que llegaran bebidas como Four Loko, la situación puede terminar en desastre. Bajo la estimulación de bebidas energéticas, la gente pudiera creer que está sobria cuando no es así. Ese fue el destino de Donte’ Stallworth, ala abierto de los Cafés de Cleveland que mató a un peatón con su automóvil en marzo de 2009, después de haber bebido múltiples tragos de tequila y Red Bull. Stallworth dijo que, al momento del accidente, no sentía que estuviera intoxicado.
“La cafeína está siendo tratada como un agente saborizante, no como una droga”, dijo Clauson. “En promedio, es improbable que la persona saludable que consume una porción de alguna bebida energética encuentre dificultades”. Quienes más probabilidades tienen de meterse en problemas, destacó, son los “atletas tóxicos”, quienes se complacen excesivamente y las personas que sufren de una condición cardiaca de tipo subyacente.
Traducido por Isaías Ferreira (metransol@yahoo.com)
Jane E. Brody
The New York Times
Ante la alarma generalizada por las muertes vinculadas a bebidas comerciales que contienen alcohol y cafeína, como la afrutada bebida de malta Four Loko, es fácil pasar por alto problemas que pudieran estar vinculados a las mal llamadas bebidas energéticas que los generaron.
Sin embargo, diversos científicos están preocupados por bebidas de alto contenido de cafeína como el Red Bull, Rockstar, Monster y Full Throttle, que son populares entre adolescentes y adultos jóvenes.
Lo que a menudo es una combinación grotesca de ingredientes en estas bebidas impulsó a tres investigadores del Centro de Ciencia de la Salud de la Universidad de Texas, en Houston, y la Universidad de Queensland, en Australia, a estudiar lo que se conoce –y se desconoce– sobre el contenido de estas bebidas, que se venden junto a refrescos y bebidas deportivas en supermercados, farmacias y paradas de descanso en carreteras.
Su revisión de todos los estudios de la literatura científica en inglés, publicada en noviembre en Los Procedimientos de la Clínica Mayo, los llevó a poner en duda tanto la efectividad como la seguridad de bebidas energéticas.
No son claros los efectos a largo plazo
Los investigadores notaron que las bebidas contienen altos niveles de cafeína y advirtieron que algunas personas susceptibles corren el riesgo de sufrir efectos peligrosos, incluso que sean una amenaza para la vida, sobre la presión arterial, el ritmo cardiaco y la función cerebral.
Los autores notaron que se ha informado de “cuatro casos documentados de muerte asociada con cafeína, así como de cinco casos aparte de convulsiones asociadas con el consumo de bebidas vigorizantes/energéticas”. Otros informes incluyen a un hombre de 28 años de edad, por lo demás sano, que sufrió un paro cardiaco después de un día de competir en carreras de motocross; un hombre saludable de 18 años de edad, quien murió jugando baloncesto después de beber dos latas de Red Bull; y cuatro casos de manía experimentados por individuos que padecían desorden de bipolaridad.
Con una abreviatura para bebidas energéticas, el Dr. John P. Higgins y sus coautores escribieron en la publicación de la Clínica Mayo que debido a que “adolescentes y adultos jóvenes, tanto atletas como quienes no lo son, están consumiendo BE a un paso alarmante, necesitamos precisar si el uso de BE de este segmento en el largo plazo se traducirá en efectos adversos más adelante”.
Su coautor, Troy D. Tuttle, fisiólogo del ejercicio en la universidad de Houston, dijo en una entrevista: “Casi todos los estudios que se han hecho sobre bebidas energéticas han girado en torno a pequeñas muestras de individuos jóvenes y saludables, en los cuales es improbable que se vean efectos adversos en el corto plazo. ¿Pero, qué hay del largo plazo? ¿Qué pasa con el hígado y la enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y diabetes? Podríamos especular sobre muchos problemas potenciales pero, sencillamente no sabemos”.
“Exhorto a la Administración de Alimentos y Fármacos, la FDA, a que intervenga y regule este mercado’', que actualmente tiene muy pocas restricciones sobre los tipos y cantidades de ingredientes y las afirmaciones que se hacen sobre ellos. Los fabricantes han etiquetado las bebidas como “suplementos dietéticos”, lo cual los absuelve de las regulaciones federales que rigen a los refrescos y los jugos y permite que los productores hagan afirmaciones sobre “estructura y función”, como “Mejora el desempeño atlético” y “Aumenta la quema de calorías y la agudeza mental”.
Como Tuttle describió la estrategia de mercadeo para bebidas energéticas, “las empresas han tomado una taza de café – o dos o más tazas, agregado muchas cosas que suenan modernas y lo han comercializado con un vigoroso y moderno impulso, así como algo de moda entre los jóvenes que quieren verse en onda caminando por ahí con una lata de Red Bull.
“Cualquiera puede comprar estas bebidas, incluso niños de 11 y 12 años de edad”.
En una declaración enviada por correo electrónico, la Asociación Estadounidense de Bebidas dijo: “La mayoría de las marcas a la cabeza en bebidas energéticas ponen declaraciones voluntariamente en sus contenedores, incluidas listas sobre su uso entre personas susceptibles a la cafeína”. De manera similar, la organización informó que muchos de sus integrantes enumeran voluntariamente la cantidad de cafeína en las etiquetas de sus productos o han suministrado la información sobre el contenido de cafeína a través de sus sitios en Internet y líneas abiertas para el consumidor.
A Tuttle, quien trabaja con equipos deportivos, le preocupan los efectos de las bebidas energéticas sobre el desempeño atlético. “Muchos jóvenes están buscando bebidas energéticas en vez de bebidas deportivas, que a diferencia de las primeras son mayormente agua con una cantidad nominal de azúcar y electrolitos”, dijo. “Las bebidas energéticas contienen una variedad de ingredientes, que en su mayoría no han sido investigados, particularmente cuando se combinan”.
Mezcla potente
Para un atleta que se ejercita intensamente, las altas dosis de azúcar en las bebidas energéticas puede disminuir la absorción de fluidos y dar como resultado una deshidratación. Una lata de 16 onzas (355 ml) de una bebida energética puede contener 13 cucharaditas de azúcar y la cantidad de cafeína hallada en cuatro o más refrescos de cola. Tuttle notó que la cafeína, de la cual se sabe que mejora la acción muscular y el desempeño, particularmente en actividades de resistencia, está prohibida en muchas competencias deportivas. De aquí que el consumo de una bebida energética en días cercanos a un evento podría terminar con la descalificación de un atleta.
Otros ingredientes hallados en bebidas energéticas son taurina, glucuronolactona, vitaminas B, ginseng, guaraná, ginkgo biloba y cardo*. Tuttle dice que la guaraná es preocupante en particular, ya que actúa como un estimulante, como la cafeína.
“Se agregan vitaminas B, que son importantes enzimas para el aprovechamiento de la energía, para legitimar los altos niveles de azúcar”, notó. “Pero la dieta estadounidense, que es de muy alto contenido proteínico, ya tiene abundante vitamina B. Estas bebidas son algo similar a una sobrecarga sensorial para el cuerpo, con demasiadas sustancias llegando al mismo tiempo”.
Si a eso se suma alcohol, como ya estaban haciendo algunos consumidores antes de que llegaran bebidas como Four Loko, la situación puede terminar en desastre. Bajo la estimulación de bebidas energéticas, la gente pudiera creer que está sobria cuando no es así. Ese fue el destino de Donte’ Stallworth, ala abierto de los Cafés de Cleveland que mató a un peatón con su automóvil en marzo de 2009, después de haber bebido múltiples tragos de tequila y Red Bull. Stallworth dijo que, al momento del accidente, no sentía que estuviera intoxicado.
“La cafeína está siendo tratada como un agente saborizante, no como una droga”, dijo Clauson. “En promedio, es improbable que la persona saludable que consume una porción de alguna bebida energética encuentre dificultades”. Quienes más probabilidades tienen de meterse en problemas, destacó, son los “atletas tóxicos”, quienes se complacen excesivamente y las personas que sufren de una condición cardiaca de tipo subyacente.
Traducido por Isaías Ferreira (metransol@yahoo.com)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
INTERESANTE ARTÍCULO. MERECE ESTE ARTÍCULO SER REPLICADO POR OTROS MEDIOS ELECTRÓNICOS Y PERIÓDICOS.
ResponderBorrarNUESTROS JÓVENES ESTÁN ABUSANDO EN EL CONSUMO DE ESTAS BEBIDAS. NUESTRAS AUTORIDADES, LAS DE SALUD PÚBLICA POR EJEMPLO DEBIERAN INICIAR UNA CAMPANA A NIVEL NACIONAL SOBRE ESTOS PRODUCTOS.
HAGO EL LLAMADO TAMBIÉN SOBRE EL CIGARRILLO. EN OTROS PAÍSES, LA CAJETILLA DICE: EL FUMAR MATA. EN NUESTRA ALDEA, LA REPÚBLICA DOMINICANA DICE: FUMAR ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD. HASTA EL COMER MUCHO ES PERJUDICIAL TAMBIÉN.
Jorge Manuel Mustonen Morel.