viernes, 18 de febrero de 2011

SUGERENCIAS PARA AYUDAR A NIÑOS QUE HAN SIDO AQUEJADOS POR MUERTES DE AMIGOS Y/O FAMILIARES

DE INTERÉS GENERAL

•  Quite la palabra muerte de la lista tabú. Permita que se convierta en un concepto que pueda discutirse abiertamente en la familia, la iglesia o la sinagoga.

•  Entienda que el duelo y la tristeza son apropiados para personas de todas las edades. Los niños son personas. La aflicción camina con ellos. El entumecimiento, el enojo, la negación, el pánico y la enfermedad física son variaciones del tema del dolor. Estos son pasos normales, lentos y tortuosos de tristeza y pérdida.

•  Permita que los niños liberen sus emociones. Permita que llamen sus emociones por sus nombres correctos: enojo, tristeza, dolor. No es la expresión de las emociones lo que es peligroso; es su represión lo que hace daño.

•  Busque ayuda si es incapaz de poder calmar a su hijo o hija durante una crisis. Busque ayuda de un clérigo, una clínica de orientación infantil, o terapista. Pedir ayuda no es una admisión de debilidad, por el contrario es una afirmación de amor y apoyo.

•  No utilice historias o cuentos de hadas para explicar el misterio de la muerte. No cubra los hechos con interpretaciones ficticias o confusas que algún día vaya a tener que negar. No diga: “fulano se ha ido en un viaje largo” o “Dios se lo llevó porque necesitaba buenas personas”. Esas declaraciones confunden a los niños. Estos necesitan oír la verdad.

•  Deje a los niños saber que usted no tiene todas las respuestas. Deje lugar para las dudas, las preguntas y las diferencias de opiniones. Está bien decir: “yo no lo sé todo acerca de la muerte. Por eso es que necesitamos hablar en conjunto”.

•  Exprese sus propias emociones o dolor. Si usted reprime sus sentimientos, entonces su hijo o hija pueden esconder sus emociones. Ellos necesitan su permiso para expresar sus sentimientos y para llorar.

•  Continúe dando amor y seguridad a sus hijos. El mayor regalo que un padre o madre puede dar a su hijo o hija es él o ella misma. O sea, su persona, su tiempo, su atención y su comprensión. Su demostración de cuidado, esmero, atención y su preocupación por los próximos meses serán de valor inestimable en la ruta hacia la recuperación. Esté dispuesto a escuchar por minutos, horas y días.

De Talking About Death: A Dialogue Between Parent and child (Hablando de la muerte: un diálogo entre padres e hijos), por Earl A. Grollman. Traducido por Isaías Ferreira Medina (metransol@yahoo.com)

1 comentario:

  1. Excelentes sugerencias estimado Isaías: debemos encarar la realidad y darle su verdadero significado, en lugar de cuento de hadas. La Inteligencia Emocional nos enseña que en lugar de ocultar nuestras emociones lo que debemos hacer es liberarlas pero manteniéndolas bajo control. Démosle amor, seguridad y estabilidad emocional a nuestros hijos, sobre todo en este momento tan convulsionado y falto de apoyo a las buenas acciones.
    Muy acertada su elección del tema mi Líder.
    Con sentimiento de alta estima,
    Diómedes Rodríguez.

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