Por Lavinia del Villar
Hay tres clases de participantes en cualquier tipo de grupo: El que no le importa lo que pase, el que viene a ver qué pasa, y el que viene a hacer que algo pase.
El primero está porque tiene que estar, o porque no tiene otro lugar donde estar, es el indiferente. Es negligente ante las necesidades de la mayoría, y asume una actitud de “no me importa”. Es prácticamente un número que no reclama ni contribuye.
El segundo está porque le interesa saber, quiere estar al tanto de lo que pasa y cuestionar a los demás participantes, es el espectador. Es complaciente, tiene sus reservas para involucrarse por temor a ser rechazado, por miedo a perder afectos o posesiones, o porque no quiere desagradar ni a unos ni a otros. Aunque no es elemento de apoyo, ni aporta al show, puede nutrirse de la experiencia de los demás, y motivarse para llegar a ser activo participante.
El tercero está porque se interesa por su propio bienestar, y también por el del grupo. Es el luchador, reconoce que el bien circula y que las buenas obras se alimentan de sí mismas. Pelea, argumenta, exige y clama justicia.
Se conduele del dolor de los demás, y no teme defender su punto de vista.
Nuestra sociedad también está compuesta de estos tres patrones de participantes: El que no le importa, el que le importa pero se aguanta, y el que le importa y lo expresa, lo cuestiona, lo denuncia, y lucha por una mejor y más justa convivencia.
Creo que la mayoría de nosotros cargamos en el saco de nuestra cotidianidad todos las cosas que nos perjudican y nos desalientan. Nos interesamos, sufrimos por los abusos, rumiamos las mismas penas, pero cómodamente nos declaramos impotentes, y optamos por la posición más conveniente: La del espectador.
Lo bueno de esta posición es que como dije antes, el espectador puede convertirse en luchador con sólo tomar conciencia de que su voz es parte importante del coro nacional, y de que el clamor del pueblo, de alguna forma es oído. Tenemos ejemplo con Los Haitises y con la lucha que se sigue por el 4 % para Educación.
La pregunta obligada es: ¿En cuál de los esquemas está usted?...
Se lo dejo de tarea. Yo también haré la mía.
Bien mi querida Profe,considero que en nuestra sociedad, de estos tres entes sociales o patrones el primero y el segundo carecen de forma premeditada de los conocimientos históricos de los cambios sociales,para de esta manera evitar crear conciencia. Si en nuestras escuelas a partir del alumno primario-intermedio conociera el sacrificio de nuestros hombres por alcanzar esta Democracia,comenzando desde Trujillo,pasando por Invasiones,guerras de guerrillas,Revolución,valorando esos pasos,creando conciencia de esas luchas. Creo que así los espectadores y los conservadores fueran menos y estuvieran resueltos los problemitas del 4% y Los Haitises.
ResponderBorrarSiendo sincero,hubieramos menos Camaleones en este ambiente.Sí,porque despues que el toro muere,aparecen muchos toreros.Aspiro a pertenecer al tercero.
Abrazos
Manito
Querida profe y prima: gracias por orientarnos y seguir creando consciencia a todos los seguidores de MEEC. Excelente punto de vista de Manito con respecto al articulo. Aprovecho el espacio para enviar abrazos de oso al Líder Isaías, al As Nino Almonte, a Angel Berto Almonte (AAA), a mi gran amigo Ley Simé y al siempre simpático y acucioso Manito Santana.
ResponderBorrarPara MEEC, Diomedes Rodriguez.