sábado, 30 de octubre de 2010

UN TEMA TABÚ

La negación es uno de los principales mecanismos de defensa usados, no sólo por el adicto, sino también por los familiares. Nos convencemos que nuestros seres queridos no encajan en la figura del adicto, porque no beben todos los días, no roban, o no se andan arrastrando por las cunetas. Nada más insensato. No todos los adictos tienen ese patrón [...] La realidad es que una persona bajo la influencia de drogas se convierte en un peligro social, y que los afectados son en primer plano los miembros de su misma familia.

EL TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar (*)
Especialista en Adicciones y Licenciada Consejera de Alcohol y Drogas.

El problema de las drogas es en República Dominicana, un tema tabú.

Se habla mucho de narcotráfico, pero muy poco de consumo.

Cuando de adicción se trata, miramos para otro lado, con la intención de dejar bien claro que ese flagelo no tiene nada que ver con el círculo en que nos movemos, y que las adicciones son consecuencias de malos manejos de conducta que sólo afectan a individuos de bajo estrato social.

Los adictos se convierten en seres inaceptables, de los cuales no nos gustaría estar cerca… hasta que no nos tocan directamente.

Y es que desgraciadamente, cada día hay más jóvenes consumiendo sustancias prohibidas, ante la mirada indiferente con la que queremos convencernos de que nada pasa. Se entiende que no todo el que consume drogas es adicto, porque existe el uso, el abuso y la dependencia, sin embargo el uso y el abuso pueden fácilmente llevar a la adicción.

Aunque los comienzos en el uso se dan por diferentes causas como curiosidad, presión de compañero, hogares disfuncionales, baja autoestima, depresión, etc., el producto final, que es el adicto, se convierte en un enfermo, porque la adicción es una enfermedad biopsicosocial.

La diferencia es que ésta es una enfermedad que a muchas personas avergüenza, porque los cuadros que se proyectan en noticias, películas y shows de televisión no son halagadores, y han creado en nosotros un panorama de los dependientes, como inmorales, sinvergüenzas y fracasados. Por eso los hogares de rehabilitación del país, reubican sus residentes a lugares diferentes de su procedencia, para evitar la confrontación directa con su entorno, lo que tiene sus ventajas en términos de tratamiento. Por ejemplo los adictos de Mao, son internos en La Vega, por decir algún lugar, y así sucesivamente.

El adicto vive atrapado en un círculo donde uno de los variantes más desgastantes es la desesperanza. Los mismos afectados se clasifican con el fin de auto engañarse al insinuar que “mi problema es menor que el del otro.” En los programas de rehabilitación se ve con frecuencia que los participantes minimizan sus dependencias, como una forma de lidiar con el problema: “Yo soy alcohólico, nunca he usado drogas.”, o “Yo sólo huelo, nunca me he inyectado.”
La negación es uno de los principales mecanismos de defensa usados, no sólo por el adicto, sino también por los familiares. Nos convencemos que nuestros seres queridos no encajan en la figura del adicto, porque no beben todos los días, no roban, o no se andan arrastrando por las cunetas. Nada más insensato. No todos los adictos tienen ese patrón.

La realidad es que una persona bajo la influencia de drogas se convierte en un peligro social, y que los afectados son en primer plano los miembros de su misma familia.

Así que, hablemos del tema con nuestros hijos y nietos, seamos amigos de sus amigos y de los padres de sus amigos, conversemos con sus maestros y mentores, enterémonos dónde van y qué hacen, pero especialmente no dejemos pasar desapercibidos cambios de conducta notables, porque de lo contrario, podemos llevarnos una sorpresa el día menos pensado…

(*) La autora tiene una Licenciatura en Psicología y un Master en Ciencias de la Salud, trabajó durante 16 años en Comunidad Unida para la Rehabilitación del Adicto (CURA) en Newark, NJ, EEUU. Fue también Directora del Programa Residencial de Adultos.  

3 comentarios:

  1. ¡Excelente artículo! Ojalá que no nos toque vivir una experiencia similar. Pero, además, aquí tenemos una buena guía de cómo actuar y prevenir posibles casos en nuestras familias: dialogar con y conocer a nuestros hijos y sus amigos.

    Gracias Lavinia.

    Fernan Ferreira.

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  2. Este articulo debería ser impreso y repartido en las escuelas entre los alumnos y profesores y también enviados a los padres de familia.

    César

    cesarbrea@hotmail.com

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  3. Profe: Después de leerlo varias veces solo puedo decirle: Excelente....Excelente....digno de una lección para todos los que de una forma u otra están tocados por las problemáticas de las droga y el alcohol.Considero este articulo como un manual que debemos tener los padres.
    Enhorabuena mi querida profe.
    Abrazos.....

    Juan Colon

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