Un día como hoy (octubre 20) cumpliría años el ser humano más hermoso que jamás haya conocido, el ser humano que más amé en la vida, el ser humano que más admiré.
Lo dio todo por amor a sus nueve hijos los cuales amó con total desprendimiento, con igualdad, dándose a cada uno por igual.
Se fue un día conmemorativo para nuestro país, 24 de Abril; para nosotros una fecha con significado diferente.
Se nos fue un ser humano ejemplar de pies a cabeza, un ser humano que cada día al levantarme doy gracias al Altísimo por la madre que tuve.
Si la Vida me diera la oportunidad de volver a nacer y decidir por mis padres, no dudaría en elegir los mismos que tuve.
Fuente de abnegación, mujer parca en el hablar, no dada a ser conversadora, evitaba a toda costa las personas ruidosas, engañadoras, violentas, de hablar duro, y tenía su ternura especial para cada momento.
Cuidaba mucho su vocabulario, evitando pronunciar palabras vanas y sin sentido, palabras huecas, sucias, indecorosas, vivía con dignidad y decoro.
Si puedo señalar sus virtudes, me faltarían palabras para definir ese inmenso ser humano que Dios me dio como madre. Emplearé las más significativas:
Honrada a cabalidad, íntegra, sincera, leal, trabajadora incansable, son algunas de sus más hermosas cualidades.
Persona llena de amor, su más grande amor fue nuestro padre, hombre digno de tenerlo como tal, mi gran orgullo de hijo.
Dolores Emilia Rodríguez (La Doña), como la llamábamos sus hijos y sus personas cercanas.
La inmensidad del Creador y su interminable amor la llevaron a su seno donde descansa para siempre.
Ojalá pueda volver algún día a verla y abrazarla, solo para decirle: “Madre todavía vives en mí, eres eterna, te amo”.
Todos tus hijos te amaremos hasta el final de nuestros días.
Juan: Que bonito lo que escribes sobre tu mamá. Ya vemos que además de gran músico eres un excelente hijo y no es para menos porque tu familia es un orgullo para todo Mao. No solamente tu madre y Don Lucero sino todos ustedes son un modelo de ejemplo a seguir. Un saludo especial a mi compañera de escuela de siempre Sonia Colón. Abrazos.
ResponderBorrarCésar Brea
Bonito artículo. ¡Cuanta ternura y cuanto amor!
ResponderBorrarQue Dios te bendiga, Juan.
Un abrazo,
Fernan Ferreira
Más triste que la muerte es pasar por la vida sin ganarse el afecto de los suyos. Doña Dolores y su esposo Lucero fué una pareja que no solo se ganó el cariño de su familia, sino también el reconocimiento y gratitud de todo el que le trató. Hace bien Juan, en sentirse orgulloso de los padres que te eligió el destino.
ResponderBorrarAbrazos,
Humberto Perdomo.
Oh Dios,que triste es la vida,soñar con la vida ,en la soledad.Mujer ers el perfume que embriaga mi alma. Y tú mujer de mi alma,prefiero la muerte, no quiero perderte en la soledad.
ResponderBorrarJuan Colón, son algunas letras de aquella canción compuesta por tu recordado Padre me parece que inspirado en tu Señora Madre.
De tu madre,para todos los que la conocimos,me hago esta pregunta sobre ella ¿ qué otras más condiciones como madre y ser humano se necesita para estar en el cielo ? .
Dios la tiene allá,y está celebrando su cumpleaños.
Felicidades para sus frutos.
Abrazos
Manito
No tengo palabras para expresarle mi agradecimiento a ustedes. Solo puedo decirles, gracias por aceptar nuestros padres, por darnos ese gran apoyo en todos sus momentos dificiles y los hermosos tambien. Gracias a personas como ustedes me siento mucho mas comprometido con nuestro terruño. Esa canción Manito es SOLEDAD, escrita para la doña como la llamabamos tambien. Gracias a todos mis queridos hermanos.
ResponderBorrarAbrazos,
Juan Colon