lunes, 11 de octubre de 2010
CONDENADO SIN DERECHO A JUICIO
BUSCANDO NIVEL
Por Fernando Rodríguez Céspedes
“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, enunciado fascista del jefe de propaganda de Adolfo Hitler que los desalmados han puesto en práctica con bastante éxito a través de la historia no sólo en el campo político sino en las distintas actividades del quehacer humano a lo largo de los años.
Sin embargo, cuando el todopoderoso ministro nazi Joseph Goebbels diseñó la estrategia propagandística del funesto régimen hitleriano, estaba consciente de que este tipo de concepto no era aplicable a los grupos pensantes sino a las masas a quienes les atribuía mucha emotividad, poca memoria y ningún razonamiento.
Este preámbulo es válido para entender situaciones de la actualidad que afectan de manera cruel la honra, la vida y la tranquilidad de personas que, como en el caso del profesor universitario e historiador maeño Manuel Rodríguez Bonilla, son víctimas de condenas públicas, sin juicio previo, por actos que no cometieron.
No existe un solo elemento incriminatorio válido y consistente a los ojos de las autoridades policiales y judiciales que lo señalen como autor físico o intelectual del horrendo asesinato de que fue víctima su esposa Yasmίn Valdez de Rodríguez el azaroso 25 de mayo pasado alrededor de las 9:30 de la mañana en Mao.
De ser así, nadie dudaría, en su sano juicio, que la respetable fiscal de Santiago, a cargo de las investigaciones, Jenny Berenice Reynoso, hace tiempo hubiera dictado medida de coerción en su contra como lo ha hecho, sin temblarle el pulso, incluso contra hijos de influyentes funcionarios del gobierno del partido en el poder.
El mismo fiscal adjunto, licenciado Nelson Rodríguez, quien cometió la torpeza de juzgar a priori, en el escenario del crimen al atribulado esposo, tuvo que desistir del expediente acusatorio cuando comprobó la existencia de dos llamadas hechas por Yasmίn después de la salida del mismo a llevar el niño de ambos al colegio.
Las llamadas fueron hechas a las 9:02 y a las 9:03 de la mañana. El licenciado Rodríguez Bonilla, había salido a las 8:20 y luego de dejar al infante en el centro educativo, realizó varias diligencias, incluyendo visitas al banco, a la ferretería, al supermercado y por último, de camino a su hogar, a la hermana de la occisa.
Estas diligencias fueron todas verificadas incluso con facturas y videos de los establecimientos visitados en ese corto periodo. La visita a la hermana fue poco antes de las 10:00 A.M., hora aproximada en que llegó a su hogar encontrándose con el terrible espectáculo de su esposa asesinada y degollada.
En aporte al esclarecimiento de la verdad de los hechos, el médico legista, escribió en su informe que a las 10:00 de la mañana recibió una llamada en torno al crimen y se dirigió al lugar donde después del experticio correspondiente, siendo las 12:00 del mediodía, procedió al levantamiento del cadáver.
En su informe consigna, atendiendo a la rigidez del cuerpo y el estado de coagulación de la sangre, que el mismo tenía de dos a tres horas de fallecido, tiempo que coincide con las últimas evidencias de vida de Yasmίn quien hizo las indicadas llamadas poco después de las 9:00 de la mañana a destinatarios comprobados por el fiscal.
Como es lógico suponer, el fiscal Nelson Rodríguez, pese a sus comentarios en voz alta, frente al público y periodistas que se apersonaron a la residencia escenario de crimen en torno a que todo parecía un crimen pasional porque supuestamente no hubo robo, tuvo que cambiar de rumbo al conocer de las llamadas realizadas por Yasmίn.
No obstante la semilla de la maldad, el morbo y la maledicencia ya estaban sembrados con sus imprudentes expresiones que dieron pie a que personas con motivaciones ocultas, posibles complicidades con el crimen, celos personales y profesionales, dieran inicio a una campaña acusatoria de odio y desinformación contra el esposo.
Esta sucia campaña, se basa en los gastados clichés populistas del “origen humilde de la víctima, la impunidad, la complicidad de la iglesia, el poder del dinero”, y otras manipulaciones y mentiras que alimentan el morbo colectivo, sobre todo en las masas ignorantes de la sociedad maeña a cuya emotividad, y no razón, se apela.
Esta campaña de acoso, aparentemente auspiciada en algunos casos, ha logrado indisponer a los adoloridos padres y familiares de la occisa contra el profesor Rodríguez Bonilla al punto que han expresado públicamente su disposición de tomarse la justicia en sus manos si las autoridades no lo apresan y someten a la justicia.
Mientras tanto, el esposo sufre la ausencia de su compañera, el dolor de las injustas y falaces acusaciones diarias a través de medios electrónicos de su pueblo, al que con tanto amor le sirvió, y enfrenta la responsabilidad de criar y educar solo a dos criaturas víctimas, al igual que él, de la ausencia de su amorosa madre.
En lo que la justicia encuentra a los asesinos, los detractores siguen alegremente su campaña a la que se suman gentes que sin conocer al licenciado Rodríguez Bonilla, se prestan a condenarlo, basados en fábulas, invenciones y mentiras que repetidas mil veces, llegan a ser aceptadas como verdades… por los ignorantes, morbosos y fanáticos.
12 de octubre del 2010.-
Por Fernando Rodríguez Céspedes
“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, enunciado fascista del jefe de propaganda de Adolfo Hitler que los desalmados han puesto en práctica con bastante éxito a través de la historia no sólo en el campo político sino en las distintas actividades del quehacer humano a lo largo de los años.
Sin embargo, cuando el todopoderoso ministro nazi Joseph Goebbels diseñó la estrategia propagandística del funesto régimen hitleriano, estaba consciente de que este tipo de concepto no era aplicable a los grupos pensantes sino a las masas a quienes les atribuía mucha emotividad, poca memoria y ningún razonamiento.
Este preámbulo es válido para entender situaciones de la actualidad que afectan de manera cruel la honra, la vida y la tranquilidad de personas que, como en el caso del profesor universitario e historiador maeño Manuel Rodríguez Bonilla, son víctimas de condenas públicas, sin juicio previo, por actos que no cometieron.
No existe un solo elemento incriminatorio válido y consistente a los ojos de las autoridades policiales y judiciales que lo señalen como autor físico o intelectual del horrendo asesinato de que fue víctima su esposa Yasmίn Valdez de Rodríguez el azaroso 25 de mayo pasado alrededor de las 9:30 de la mañana en Mao.
De ser así, nadie dudaría, en su sano juicio, que la respetable fiscal de Santiago, a cargo de las investigaciones, Jenny Berenice Reynoso, hace tiempo hubiera dictado medida de coerción en su contra como lo ha hecho, sin temblarle el pulso, incluso contra hijos de influyentes funcionarios del gobierno del partido en el poder.
El mismo fiscal adjunto, licenciado Nelson Rodríguez, quien cometió la torpeza de juzgar a priori, en el escenario del crimen al atribulado esposo, tuvo que desistir del expediente acusatorio cuando comprobó la existencia de dos llamadas hechas por Yasmίn después de la salida del mismo a llevar el niño de ambos al colegio.
Las llamadas fueron hechas a las 9:02 y a las 9:03 de la mañana. El licenciado Rodríguez Bonilla, había salido a las 8:20 y luego de dejar al infante en el centro educativo, realizó varias diligencias, incluyendo visitas al banco, a la ferretería, al supermercado y por último, de camino a su hogar, a la hermana de la occisa.
Estas diligencias fueron todas verificadas incluso con facturas y videos de los establecimientos visitados en ese corto periodo. La visita a la hermana fue poco antes de las 10:00 A.M., hora aproximada en que llegó a su hogar encontrándose con el terrible espectáculo de su esposa asesinada y degollada.
En aporte al esclarecimiento de la verdad de los hechos, el médico legista, escribió en su informe que a las 10:00 de la mañana recibió una llamada en torno al crimen y se dirigió al lugar donde después del experticio correspondiente, siendo las 12:00 del mediodía, procedió al levantamiento del cadáver.
En su informe consigna, atendiendo a la rigidez del cuerpo y el estado de coagulación de la sangre, que el mismo tenía de dos a tres horas de fallecido, tiempo que coincide con las últimas evidencias de vida de Yasmίn quien hizo las indicadas llamadas poco después de las 9:00 de la mañana a destinatarios comprobados por el fiscal.
Como es lógico suponer, el fiscal Nelson Rodríguez, pese a sus comentarios en voz alta, frente al público y periodistas que se apersonaron a la residencia escenario de crimen en torno a que todo parecía un crimen pasional porque supuestamente no hubo robo, tuvo que cambiar de rumbo al conocer de las llamadas realizadas por Yasmίn.
No obstante la semilla de la maldad, el morbo y la maledicencia ya estaban sembrados con sus imprudentes expresiones que dieron pie a que personas con motivaciones ocultas, posibles complicidades con el crimen, celos personales y profesionales, dieran inicio a una campaña acusatoria de odio y desinformación contra el esposo.
Esta sucia campaña, se basa en los gastados clichés populistas del “origen humilde de la víctima, la impunidad, la complicidad de la iglesia, el poder del dinero”, y otras manipulaciones y mentiras que alimentan el morbo colectivo, sobre todo en las masas ignorantes de la sociedad maeña a cuya emotividad, y no razón, se apela.
Esta campaña de acoso, aparentemente auspiciada en algunos casos, ha logrado indisponer a los adoloridos padres y familiares de la occisa contra el profesor Rodríguez Bonilla al punto que han expresado públicamente su disposición de tomarse la justicia en sus manos si las autoridades no lo apresan y someten a la justicia.
Mientras tanto, el esposo sufre la ausencia de su compañera, el dolor de las injustas y falaces acusaciones diarias a través de medios electrónicos de su pueblo, al que con tanto amor le sirvió, y enfrenta la responsabilidad de criar y educar solo a dos criaturas víctimas, al igual que él, de la ausencia de su amorosa madre.
En lo que la justicia encuentra a los asesinos, los detractores siguen alegremente su campaña a la que se suman gentes que sin conocer al licenciado Rodríguez Bonilla, se prestan a condenarlo, basados en fábulas, invenciones y mentiras que repetidas mil veces, llegan a ser aceptadas como verdades… por los ignorantes, morbosos y fanáticos.
12 de octubre del 2010.-
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