Afirmación: actuar como si fuéramos... La autoestima no es más que la forma en que pensamos de nosotros mismos... si queremos levantar ciudadanos sanos y productivos debemos enseñar a nuestros jóvenes que una afirmación no es solamente un deseo, sino una frase de verdad por medio de la cual reclamamos el bien que es nuestro.
Por Lavinia del Villar
Uno de los mensajes que tomé de pequeña fue que debemos ser modestos. Por lo tanto, entendía que aceptar mis cualidades o virtudes resultaba desagradable, ya que las personas “creídas”, “orgullosas” o “echonas”, eran simplemente “pesadas”.
De manera que si alguien me decía: “¡Que linda estás!”, respondía con un: “No hombre, si mi pelo está tan feo…, si este vestido es más viejo que el rascar…, si estoy gorda… lo dices porque me quieres mucho… es que me ves con los ojos del alma…”
Si oía: “¡Qué inteligente eres!”, replicaba diciendo algo como: “¡Qué va! Eso fue una pega…, fue que me maté estudiando…, cometí muchos errores…, fue que tuve suerte…”
Como resultado de estas negaciones continuas, me privé de reconocer mis atributos y valores, y de alguna forma esto afectó la opinión que tenía de mi misma.
Cuando aprendí sobre el proceso de Afirmación, que es una herramienta poderosa para levantar la autoestima, me pareció atrevido pero a la vez interesante, la experiencia de aceptarnos, gustarnos y querernos como somos. A través de este proceso reconocemos, aceptamos y proclamamos sin modestia, las cualidades que poseemos, y también las que nos gustaría tener.
La temática responde al concepto de “actuar como si fuéramos” para llegar a serlo, ya que la meta de crear y repetir afirmaciones es “reprogramar” la mente reemplazando pensamientos negativos por positivos. Cambiamos formas de pensar autodestructivas por ideas constructivas, para formar hábitos mentales saludables.
La autoestima no es más que la forma en que pensamos de nosotros mismos. Si creemos que valemos, nuestra estima estará alta, nos sentiremos bien, y por ende funcionaremos mejor. Sin embargo, cuán alta o baja, fuerte o lastimada esté, depende de nuestras conjeturas en las diferentes etapas de nuestro desarrollo, y de la evaluación que hacemos de nosotros en el presente.
Desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, encontraremos personas o situaciones que nos invalidan. Nuestros propios padres inconscientemente lo hicieron, -“Tú no sabes hacer eso, vete a jugar.” –“Te vas a lastimar, deja, yo lo hago.”, nos decían muchas veces cuando pretendíamos ayudar en alguna labor, y nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos. Los maestros también en ocasiones somos fuente de invalidación: - “Mira como fulano lo entendió, y tú no.” “¿Dónde tú estabas cuando yo expliqué eso?”Se ha comprobado que la baja autoestima es un factor constante en la delincuencia juvenil, uso de drogas, y abuso emocional, físico y/o sexual.
Por eso, enseñemos a nuestros jóvenes que una afirmación no es solamente un deseo, sino una frase de verdad por medio de la cual reclamamos el bien que es nuestro. Además, que es una forma de revisarnos constantemente para con valentía aceptar los regalos de Dios, y al mismo tiempo agradecer las cualidades innatas que poseemos, independientemente de dónde, y de quién hayamos nacido. Al afirmarnos reconocemos que nuestros atributos, encantos y talentos son exclusivos, y que debemos apreciarlos antes que otra persona lo haga.
Pensemos en grande acerca de nosotros mismos poniendo en práctica nuestras afirmaciones: Soy inteligente, soy bonito/a, soy creativo/a, soy sensual, soy capaz, soy importante, soy bondadoso/a… yo valgo… porque como dice una canción: “Serás del tamaño de tus pensamientos…”
Dña.
ResponderBorrarCada afirmación, cada palabra que decimos y pensamos, es una orden al subconsciente que es un labrador ciego y no puede distinguir entre una acción real y una vívidamente imaginada.
Isaías
You got it, baby.
ResponderBorrarTu profe
Bellisima Reflexión, Gracias Profe, he disfrutado en grande este gran articulo. Gracias, cierto todo. De gran ayuda para todo aquel que de una forma u otra sienta deseos de ver realidad sus metas. Exclente.
ResponderBorrarAbrazos
Sinceramente,
Juan Colón