domingo, 1 de agosto de 2010

TODOS SOMOS RESPONSABLES

“Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”.
Martin Luther King

Por Fernando Rodrίguez Céspedes

Este mártir, defensor de los derechos humanos, fue capaz de enfrentar la maldad, el racismo y las injusticias que vivía la sociedad norteamericana en los años sesenta.

Cuando se afirma que los males sociales que padecemos son, hasta cierto punto, responsabilidad de todos, no se está haciendo una aseveración peregrina porque nosotros, como ciudadanos, con nuestra indiferencia y silencio contribuimos a que esos males se conviertan en desgracias crónicas de nuestra sociedad.

Algunos alegan que no hacen nada con protestar porque al fin y al cabo los políticos, gobiernos o la gente acaban haciendo siempre lo que les venga en ganas. Y yo comento con algunos colegas periodistas: ¡qué sería de nuestra sociedad si las pocas voces que se levantan contra las injusticias y la corrupción callaran?

Por comodidad, indiferencia o conveniencia callamos ante los malos actos de los gobiernos, los funcionarios, los políticos y hasta de nuestros vecinos y conciudadanos, esto es sumamente peligroso aunque lo que se esté haciendo mal no nos afecte directamente en ese momento, por aquello de: “hoy por ti, mañana por mí”.

La indiferencia ante los actos de los malvados es el mejor caldo de cultivo para que nuestros pueblos se llenen de intrigas, odio, abusos, robos, drogas y criminalidad.

Reflexionemos y levantemos nuestra voz contra los perversos que medran en todos los ámbitos de nuestra sociedad, destruyendo los pocos valores que nos quedan.

No seamos cómplices con nuestra indiferencia y silencio porque los males que se alimentan con ellos, tarde o temprano nos alcanzarán y solo quedará el lamento.

SANTO DOMINGO, D.N.
31 de Julio del 2010.-

1 comentario:

  1. Fernando,
    El poema que sigue, que unos aseveran es de Bertolt Bretch y otros del pastor protestante alemán, MARTIN NIEMÖLLER, retrata las consecuencias de la indiferencia ante las lacras sociales:

    Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
    guardé silencio,
    porque yo no era comunista.
    Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
    guardé silencio,
    porque yo no era socialdemócrata.
    Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
    no protesté,
    porque yo no era sindicalista.
    Cuando vinieron a buscar a los judíos,
    no protesté,
    porque yo no era judío.
    Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
    Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".

    Isaías

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