lunes, 2 de agosto de 2010

ELEGÍA POR LA MUERTE DE YASMÍN VALDEZ

Y fue el sexto día
Propicio para el descanso
Y quiso ver su obra, apaciguarse al crepúsculo
Viendo correr por allá, frente al canal Bogaert
Aquel amarillo cuyo nombre aún ignoran los poetas
Y vio que el amarillo era bello.
Y el horizonte se vistió
De incierto
Carne de rojo rubí
Alma de llanto caído
Y que aquel paisaje era nuestro.

Y postergó su sueño en la verde insistencia de los arrozales
Y se dijo para sí
Que buen arroz Toño Brea
Y el arroz Toño Brea también era de nosotros y
Amaneció dormido y
Vio que el sueño era nuestro,
Un parque que el alma reanima
Limpiabotas que cuentan historias frente al cielo
Y vio que ser limpiabotas era bueno
Y bendijo a los yunyuneros
De ver tanto pueblo sonriente
Y quiso acariciar nuestro cielo
Que es tuldorado el día entero y vio,
Que nuestro cielo era bello,
y que Mao era un pueblo bueno.

Y fue el amanecer del octavo día
Y lo que vio
Le insufló la barba
De ver en la UASD las muchachas
Cátedras al pecho, cabellos al viento
Y se dijo para sí, Mao tiene buenas muchachas.
Y habló de los grandes poetas, músicos y peloteros
Juan De Js. Reyes, Alcibiades Colón, Fermín y Tontón
Y entonces vino caín y lo que vino no era bueno
Y anduvo entre nosotros alguien no bueno.

Que sería
Que ese punto grotesco
Fosa escondida en el alba
Punto de rojo empotrado
Y zas,
Vio que el pueblo lloraba.
¿Lloraba?
¿Qué a estas andanzas
Caen lágrimas sobre Mao,
Con tanta gente estudiada?
Lloraba por aquello que amaba
Y no hubo pañuelo para tanto embuste
Socavando lo negro de las palabras.
Y se expandía la mancha en el día
Y vio la sangre
Como una tarde maeña que se evapora
Mientras pasa nada.

Y era su sangre tan blanca
Que los fiscales no han visto nada
Y era su sangre tan pobre
Como si se alimentara del alma
Y era su sangre tan humana
Que quizás el creador la viera y dijera ¡nada!

Sangre de mujer, sangre de esposa, sangre de amiga, sangre de hermana, sangre vecina, sangre maeña, sangre de hija, sangre de nuera, sangre de estudiante, sangre de contribuyente, de qué color se viste tanta sangre.
¡Su sangre, sangre de jazmín! sangre de madre hecha con flores de las que en los templos se alaban, sangre, sangre como la tuya, indefensa sangre, sangre de quien ruega tengo hijos no me mates, sangre de quien caya en lo oscuro del mundo mientras sucede nada.

Y vio
Que era sangre maeña
Y sí, era nuestra esa sangre.

Sangre nuestra que estás en el cielo ruega por nosotros
Sangre nuestra que estudiaste con nosotros quien nos salvara a nosotros
Sangre nuestra que compartiste nuestras calles perdónanos por ser tan perezosos
Sangre nuestra que velas por tus hijos piensa en las hijas de nosotros
Sangre nuestra que no recibiste auxilio
Desnúdalo frente a nosotros
Tráenos tu sangre en sus manos
Sangre de madre, sangre de esposa, sangre de hermana, sangre de Yasmín
Y vio que esa sangre era maeña
tornó a dormir
Y esa sangre aún corre entre nosotros,
Sangre de Yasmín sangre de nosotros.

Randolfo Ariostto
Mao, 31 de julio del 2010.

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