León Félix Batista conquista con Delirium Semen un nuevo ámbito del neobarroquismo, con una otredad no travestida aunque sí desvestida, un espacio para la palabra tensa en el arco presta a dar en el negro de la memoria y el asombro. El placer de su prosa poética se congestiona en la vista perdida de un mar de sombras: y así llegamos a la luz: por la senda de la oscuridad.
En República Dominicana, León Félix Batista (Santo Domingo, 1964) representa la aristocracia ultravanguardista del verso. Su poesía lleva la tensión de la imagen al límite de lo definitivo. Delirium Semen es su más reciente obra poética, un corpus en el que la palabra, de resonancias eróticas, es motivo de "definición"-creación.
Es un libro que conecta, genéticamente, con gran parte de su producción anterior como Prosa del que está en la esfera o Pseudolibro, pero diferenciándose en lo formal. Aquí cada palabra convoca el sentido mayor de su negación en una afirmación de rebeldía ante la estrechez de la monosemia. La palabra expande su savia y la convierte en poesía.
Aunque el texto tiene una base erotómana no es difícil encontrar en él reflexiones del autor que se filtran por los intersticios de esa selva espesa que es Delirium Semen. Reflexiones de distinto jaez que no comparten específicamente los requerimientos de la carne. Se puede extraer así la advertencia mística: "Descartarás el barro, porque se precipita buscando inconsistencia, por ser principio activo, materia del demiurgo. Apuesta, pues, a piedra: primigenia en su estructura, sin fase divisible, para exponerla a arena." (Doloroso, pág. 41); o la sabiduría milenaria de base filosofante: "Mi anhelo es propiciar un zumbido y tolerarlo, una historia y escribir, la sustancia y ser vacío." (Dormida, pág. 44). Junto a estas ideas León Félix nos hace partícipe de otras propias de su labor, y por eso entiende que "armar la impermanencia no es doctrina" (Grupo, pág. 62), con versos que "aquí son consignados para inmortalidad" (Húmedo, pág. 65), creando indefectiblemente el emblema de un arte poética. Significado y significante tienen en este territorio una esencia antitética: el término conocido, la "definición" inaudita; y la connotación del verso que engloba en su naturaleza plurívoca la constancia paradojal: "Episodios del ayer, pero que insisten, porque su sino es eso: impermanencia" (Retro, pág. 111).
León Félix Batista conquista con Delirium Semen un nuevo ámbito del neobarroquismo, con una otredad no travestida aunque sí desvestida, un espacio para la palabra tensa en el arco presta a dar en el negro de la memoria y el asombro. El placer de su prosa poética se congestiona en la vista perdida de un mar de sombras: y así llegamos a la luz: por la senda de la oscuridad.
No busquéis en su poesía la ruta del lirismo o la rugosa agonía del estertor de una guerra, allí solo es posible el aliento infinitesimal de la imaginación expansiva, el reflejo de un espejo bicóncavo o la fuerza misma de una emoción automática. Es la acrobacia de un espíritu delirante que a través de su semilla prorroga la impermanencia de lo eterno.
Delirium Semen, una obra que revela la buena salud de la nueva poesía dominicana.
Delirium Semen (Vocabulario erótico). León Félix Batista. Editorial Aldus, México, 2010. Prólogo de Hernán Bravo Varela, 141 páginas.
Me encanta Carlos como has analizado esta obra que por si sóla se invita a leer pero luego de tus detalles nos quedamos perplejos por querer devorarla. Un placer pasar por aqui gracias al enlace con Taty Hernández.
ResponderBorrarEn solidaria literaria, te dejo un abrazo.
Elizabeth
Me encantó asi como tu blog...que descubro gracias a la página del festival de la montaña de Taty... me considero parte de tu pueblo, tu región porque mi madre bella es nativa aunque se educó en Santiago. Me encanta tu artículo, tu discernimiento y todo lo que he visto aqui. Mi blog es http://lunadesalymiel.blogspot.com
ResponderBorrarpara mantenernos en contacto. Un beso
Gracias, Elizabeth, por tu apreciación y lectura, con mucho gusto me pongo en contacto a través de tu blog.
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