“Me satisface apoyarles en el proceso de desarrollo a través del trabajo productivo. Las grandes metas te desafían y te ayudan a crear soluciones a lo largo del proceso. Al llegar te sientes realizada y eso te dura toda la vida. Nadie te lo puede quitar”, mensaje que da a los jóvenes que hoy piensan que es difícil llegar a la meta.
Por Dayanara Reyes Pujols
Sus familiares la llaman cariñosamente Mari. Mujer trabajadora, solidaria y sincera.
Creció en el municipio de Esperanza. Siempre se ha caracterizado por dar de lo que recibe. Aunque a primera vista no parezca sensible, sus actuaciones la delatan.
Es María Trinidad, orientadora escolar y administradora de empresas. En la zona, es la “madre” de muchos estudiantes, pues impartía Formación Humana, además de ser la orientadora desde donde compartió en retiros, convivencias y memorables actividades fuera de clases. “Me siento realizada cuando veo a mis estudiantes, pues me hacen sentir que valió la pena darles lo mejor de mí”, dijo emocionada.
Para entregarse como lo ha hecho, antes perteneció a diferentes grupos como la Pastoral Juvenil. También al equipo voluntario del hospital, a la catequesis de adultos, niños y niñas.
Estas experiencias fortalecieron su fe en Dios, la educaron en valores humanos y desarrollaron su liderazgo a todos los niveles. “Me enseñó el valor de la crítica y a aprender de ella. No hubiese sido igual sin esta experiencia”, asegura. En la actualidad continúa impulsando su solidaridad y amor por Jesús a través del Equipo Litúrgico ABBA y Compromiso 99. De joven aprendió a trabajar abrazada a la decencia. “A los seis años ayudaba a mi mamá a despalotar maní en un campo de Dajabón. A los ocho a recoger tomates en una finca, siempre sin afectar mi escolaridad. Después aprendí a tejer para venderlos y con eso aportaba en casa y me costeaba mis estudios”, relata.
Fue maestra de las Escuelas Radiofónicas Santa María y trabajó en las campañas de vacunación a infantes en Esperanza.
Solidaria siempre
Donde creció, en el municipio de Esperanza, la gente de su barrio la quiere y valora, pues los ayudó a ver la luz del saber. Alfabetizó grupos de adultos y les motivaba a enrolarse en la escuela nocturna.
Al final se exhibían orgullosos con sus cuadernos. “Nunca olvidaré esos rostros de alegría y agradecimiento”. Su esfuerzo ha sido retribuido, pues no tuvo que pagar matrícula en la universidad.
La exoneraron por índice académico en la UASD. Actualmente es la única oficial de Enlace en Comercio Justo (Fairtrade) en el país, desde donde enlaza personas y situaciones de varios continentes. Entrena, asesora e informa a organizaciones de productores agrícolas para la exportación bajo las condiciones de esta certificación.
“Me satisface apoyarles en el proceso de desarrollo a través del trabajo productivo. Las grandes metas te desafían y te ayudan a crear soluciones a lo largo del proceso. Al llegar te sientes realizada y eso te dura toda la vida. Nadie te lo puede quitar”, mensaje que da a los jóvenes que hoy piensan que es difícil llegar a la meta.
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