martes, 10 de agosto de 2010

NORMAN

TESTIMONIO

Estimado Isaías:

Debo primero saludarte y decirte que sigo siendo un asiduo lector de tu periódico, por lo tanto me he sentido motivado a contarles algunos recuerdos de algunos años atrás, al lado de una persona que está siendo objeto de mención por parte de su hermano y admirador, mi amigo Fernando Ferreira.

Como entenderás, me refiero al Dr. Norman Augusto Ferreira Azcona. Te voy a contar que Norman y yo hemos caminado muchos tramos de nuestras vidas juntos y creo conocerlo muy bien. Eso que dice Fernan no le falta nada en lo relacionado a su conducta en todos los aspectos del diario vivir de un pueblo como éste de nosotros y salir airoso a otras ciudades y países a mostrarnos su valor como ciudadano ejemplar y meritorio.

Desde pequeños vivíamos frente a frente, su esquina era mi esquina, Calle Independencia esquina Duarte (Actualmente); fuimos condiscípulos (hasta que perdí un año por mi crónica enfermedad de los oídos); compartimos las travesuras del barrio, era asiduo espectador de sus equipos y juegos de pelota porque yo no era de esa liga; cuando tenía el privilegio de que me dejaran jugar con ellos era en el patio de mi abuela o en el patio de su casa y con pelotas de goma, pero ya Norman se perfilaba como el líder del grupo, demostraba carácter y un temperamento volátil y decidido; me parece verlo y oírlo todavía en agrias discusiones con muchachos de mucho más edad que él y más corpulentos, sin ningún tipo de miramiento; eso sí, lo que discutía lo discutía con vehemencia y de alguna manera convencía. Muchas veces llegué a pensar que era porque estaba en su patio y la mayoría de los útiles del juego eran de él.

Pero que va, pues hacía esto también en otros sitios donde se jugara. Me parece que en algún momento de su vida pensó ser pelotero por la entrega a esa disciplina. De ninguna manera quiero decir que era un pica pleito, pero el que lo buscaba, seguro lo encontraba.

Él te podrá decir cómo transcurría nuestro tiempo en la escuela, cómo se desgranaba maíz en su kiosco, hacia donde iban las piedras desde su patio en la noche y en qué época; la discusión de los plátanos o los guineos en la ventana de la casa de Don José Marrero, la quema de las palmitas (identificación del partido Dominicano), entre otras travesuras de la época, si es que las recuerda todavía.

Nos hicimos bachilleres con un año de diferencia. Nos veíamos en la facultad de medicina algunas veces, pero volvimos a encontrarnos cuando Norman se mudó a la calle Arzobispo Nouel # 66, a una pensión de unos familiares míos y ahí compartimos un tiempo, con la gran suerte para mí ya que podía estudiar con los libros de él, y esto era un privilegio ya que cuidaba estos como algo sagrado, pero con la mala suerte que uno de sus preferidos, la fisiología de Guyton, fue atacado por un animalito come papel , (el que fuera) y percibí que fue una tragedia para él, pero fue incapaz de decirme nada al respecto y siguió prestándome sus libros.

Serio, estudioso y con esporádicos momentos de buen humor, seguimos la Carrera de medicina y volvimos a juntarnos trabajando y viviendo en el Hospital Padre Billini, donde también compartíamos con otro maeño, el Dr. Leo Reyes, ahí estuvimos hasta la revolución; él se quedó en la zona intramuros y yo, que le había escrito al Padre Rogelio Delgado Bogaert, quien era agregado cultural en España para que me consiguiera una beca en Cultura Hispánica y seguir estudiando allá por el cierre de la UASD, me contestó con la buena nueva que me la había conseguido y que debía estar en Madrid lo más pronto posible; así que salí de la zona intramuros en una ambulancia que me dejó en el kilómetro 9 y para Mao a preparar el viaje. Una de las pocas personas que me despidió y me regaló algunos dólares fue Don Vitalino Ferreira; la otra persona que recuerdo fue Don Apolinar Amaro.

Como dato curioso, esta beca de Cultura Hispánica tenía que compartirla con Zoilo Crespo, que también estudiaba en España.

Nos graduamos y me nombran para hacer mi pasantía en el Hospital Del Seguro Social en Mao y ¿quiénes son los médicos que serían mis compañeros?: el Dr. Carlos Manzueta, Director; Dr., Norman Ferreira, Dra. Carmen Félix de Castillo, Dr. Pedro Chávez y más tarde el Dr. Medina. Cada uno tenía una sala asignada. Volví a palpar que Norman mantenía su posición de líder, se consultaba frecuentemente su opinión sobre casos difíciles, y, un dato muy significativo, el Dr. Manzueta como Director de la institución pasaba visita a cada sala y hacía correcciones en los récords de cada uno de nosotros, menos al Dr. Norman Ferreira. Se convirtió en nuestro mentor, compartíamos nuestras experiencias y en una oportunidad le planteé la posibilidad de salir del país para hacer una especialidad; me dio a entender que él tenía un compromiso con su familia y con la sociedad, o quizás lo que me dijo en esa época yo lo interprete así. Ya en esta etapa disfrutamos el nacimiento de nuestros primeros hijos, Rochi y Rafael.

Muchos años después Rochi trabajó conmigo como Farmacéutica en el IDSS.

Salgo del país de Nuevo y entre España, Puerto Rico, Miami y Filadelfia pasan casi 10 años. Durante ese tiempo, si a mis padres se les presentaba algún problema de salud Norman se prestaba a ayudarlos como lo hicieron algunos más en solidaridad, cosa ésta que se agradece para toda la vida.

Tal es mi admiración y respeto hacia él, que cuando la Honorable Sala Capitular me declaró hijo meritorio de Mao, a quien propuse para que leyera mi semblanza fue a Norman.

Aunque no lo recuerde, participé con él cuándo creó el Club Juvenil.

Y para colmo hemos estado juntos hasta políticamente y hemos desempeñado funciones importantes en esos gobiernos.

Isaías, Norman es una reserva moral de nuestro tiempo, he sentido honda satisfacción por sus triunfos, por su comportamiento social, por sus preocupaciones como dirigente y sobre todo por su ejemplo de familia: con él hay que felicitar a Lucia, a sus hijos, a sus familiares.

Me siento orgulloso de ser su amigo.

Gracias

Dr. Rafael Estévez Reyes
Santiago, agosto 9, 2010

3 comentarios:

  1. Apreciado Rafael:

    Gracias por tus testimonios de vida acerca de la calidad humana de "Mi Otro Líder". Sin lugar a dudas, sus hermanos menores somos afortunados de tener un mentor, como señala Isaías, un segundo Padre como él.

    Un gran abrazo,

    Fernan Ferreira
    arapf@codetel.net.do

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  2. Sin lugar a dudas,nuestro querido Mao,siempre seguira siendo bello y hermoso,pese a tantas cosas negativas, que hoy, nos afectan y arropan.

    Monchy.
    antonio_mateo_reyes@hotmail.com

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  3. PADRE QUERIDO, QUE ORGULLOSA ESTOY DE TI!!!!!, COMO VALORAS Y EXPRESAS COMO QUIERES AL DR. NORMAN FERREIRA , LAS COSAS HAY QUE EXPRESARLAS SIEMPRE, Y ANTE TODO ERES AGRADECIDO!!!!!!
    TE AMO PADRE QUERIDO....
    ERES UN SER EXCEPCIONAL!!!!!!
    LAURA V. ESTEVEZ

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