viernes, 16 de septiembre de 2011
MI HOMENAJE A COLOMBIA RAMÍREZ SANTANA
LA MEJOR DE TODOS LOS HERMANOS: UNA SANTANA EN PRIMERA
Por Manito Santana
Falleció recientemente. Residía en la calle 27 de Febrero esquina Sánchez, frente al parque, tenía 87 años.
Colombia, o Colombina como muchos la llamábamos, era mi tía, hija del famoso Numas Ramírez y Doña Vira Santana, teniendo como hermanos maternos a Ninín Santana (mi querida Madre), Tito, Pierrot, Chichí, Pichurila, Mulalo, La Negra, La Niña, Juan y Mima Santana, 10 en total y otros tantos en otras familias.
Tuvo dos hijos, una ausente y el otro inutilizado. Con las referencias dadas, de seguro saben de la señora a quien me refiero.
Es costumbre nuestra de evaluar a las personas al morir y juzgarlas como buenas, aunque estuvieran llenas de maldad. Lo que pasa es que en vida las evaluamos muchas veces por algunas actuaciones que no afinaban con nuestro pensar y las juzgábamos sin ver el otro lado de la moneda; entonces, al morir abrimos de nuevo el proceso, lo analizamos y somos más sinceros al ver el lado bueno y lo metemos a la balanza y notamos que se inclina hacia el lado que nos permite decir "tenía estos defectos pero en el fondo era una persona meritoria". Nadie se equivoca ni lo juzga de bueno al morir si no reúne condiciones buenas que permitan balancear; o sea, que si después de muerta la juzgamos como buena es porque sí, porque lo merece.
A Colombia, lamentablente, parte de mi generación y la presente solo la conocieron en el ocaso de su vida, donde la soledad y sus años de vida provocaron crisis mentales que hicieron de ella una persona prácticamente inútil.
Su tono de voz sonoro, su vestir pintoresco y su cabeza cubierta por un paño protegiendo su pelo, vista frecuentemente en el Samoa Bar en horas de la mañana y parte de la tarde ignoraban muchos que ella era la administradora del restaurant contiguo al Bar; labores estas desempeñadas por más de 15 años.
Colombia Santana, muchos la conocieron como aquella señora con rostro de apariencia grotesca por su contextura física, alta con su voz ronca tendente a confundir como una persona carente de buenas costumbres, pero al conocerla te llevabas tremenda sorpresa; era una mujer sin maldad en su alma, un ser humano de tomar como ejemplo en el adagio "no juzgue a las personas sin antes conocerlas".
Colombia Santana, en su currículo, fue maestra en la zona rural y primaria nocturna; laboró también en la Guardería Infantil.
Sus cualidades
En su vida mostraba el respeto merecido hacia los demás.
Mujer muy reservada, introvertida, donde el vecino apenas recibía un simple saludo al pasar a su lado. Señora de pocas visitas, de poco pedir favores.
Colombia Santana, sentada en la galería de su casa, llegó esa niña hambrienta pidiendo comida y averiguó donde vivían sus padres y la adoptó, resolviendo así un problema familiar; luego, al cabo del tiempo hizo lo mismo con dos niños más que luego ya crecidos retornaron a sus hogares.
Colombia, al morir su madre, pensó en sus hermanos y se dispuso a hacerle un regalo a cada uno de ellos y lo hizo; les construyó LA ÚLTIMA MORADA A CADA UNO DE SUS HERMANOS JUNTO A SU MADRE: Un panteón con 10 nichos en el Cementerio municipal de Mao (el viejo), obra esta iniciada por los años 70.
La mayoría de sus hermanos no sabían de la obra y los demás lo supieron por accidente. Pensó en el amor que la unía a sus hermanos y en una manera de honrar a su madre de que tuviera junto a ella a sus 11 hijos. Dedicó unos 20 años de su vida en hacerlo con los pocos recursos que recibía.
Frecuentemente era vista visitar el cementerio, creando prejuicios de locura, ignorando ellos la gran obra que esta señora estaba haciendo en el sacro lugar.
No puedo dejar pasar otras cosas que esta señora hacía aparte de su panteón y era limpiar las tumbas de sus otros familiares al encontrarlas descuidadas u olvidadas por sus parientes directos. (No hay cosa más desagradable que ver una tumba olvidada).
Hoy, Colombia Santana ocupa su última morada construida por ella junto a su Madre.
Soy uno de sus sobrinos que nunca me detuve a evaluar o valorizar las cosas buenas de ella; soy de los que tuvo que reabrir el proceso y juzgarla como LA MEJOR DE TODOS LOS HERMANOS y al mismo tiempo en nombre de mi querida madre le doy las gracias y como soy de los que clasifican a los SANTANA, me honra declarar: COLOMBIA, fuiste y siempre serás SANTANA en primera.
Dios te tiene junto a él.
Por Manito Santana
Falleció recientemente. Residía en la calle 27 de Febrero esquina Sánchez, frente al parque, tenía 87 años.
Colombia, o Colombina como muchos la llamábamos, era mi tía, hija del famoso Numas Ramírez y Doña Vira Santana, teniendo como hermanos maternos a Ninín Santana (mi querida Madre), Tito, Pierrot, Chichí, Pichurila, Mulalo, La Negra, La Niña, Juan y Mima Santana, 10 en total y otros tantos en otras familias.
Tuvo dos hijos, una ausente y el otro inutilizado. Con las referencias dadas, de seguro saben de la señora a quien me refiero.
Es costumbre nuestra de evaluar a las personas al morir y juzgarlas como buenas, aunque estuvieran llenas de maldad. Lo que pasa es que en vida las evaluamos muchas veces por algunas actuaciones que no afinaban con nuestro pensar y las juzgábamos sin ver el otro lado de la moneda; entonces, al morir abrimos de nuevo el proceso, lo analizamos y somos más sinceros al ver el lado bueno y lo metemos a la balanza y notamos que se inclina hacia el lado que nos permite decir "tenía estos defectos pero en el fondo era una persona meritoria". Nadie se equivoca ni lo juzga de bueno al morir si no reúne condiciones buenas que permitan balancear; o sea, que si después de muerta la juzgamos como buena es porque sí, porque lo merece.
A Colombia, lamentablente, parte de mi generación y la presente solo la conocieron en el ocaso de su vida, donde la soledad y sus años de vida provocaron crisis mentales que hicieron de ella una persona prácticamente inútil.
Su tono de voz sonoro, su vestir pintoresco y su cabeza cubierta por un paño protegiendo su pelo, vista frecuentemente en el Samoa Bar en horas de la mañana y parte de la tarde ignoraban muchos que ella era la administradora del restaurant contiguo al Bar; labores estas desempeñadas por más de 15 años.
Colombia Santana, muchos la conocieron como aquella señora con rostro de apariencia grotesca por su contextura física, alta con su voz ronca tendente a confundir como una persona carente de buenas costumbres, pero al conocerla te llevabas tremenda sorpresa; era una mujer sin maldad en su alma, un ser humano de tomar como ejemplo en el adagio "no juzgue a las personas sin antes conocerlas".
Colombia Santana, en su currículo, fue maestra en la zona rural y primaria nocturna; laboró también en la Guardería Infantil.
Sus cualidades
En su vida mostraba el respeto merecido hacia los demás.
Mujer muy reservada, introvertida, donde el vecino apenas recibía un simple saludo al pasar a su lado. Señora de pocas visitas, de poco pedir favores.
Colombia Santana, sentada en la galería de su casa, llegó esa niña hambrienta pidiendo comida y averiguó donde vivían sus padres y la adoptó, resolviendo así un problema familiar; luego, al cabo del tiempo hizo lo mismo con dos niños más que luego ya crecidos retornaron a sus hogares.
Colombia, al morir su madre, pensó en sus hermanos y se dispuso a hacerle un regalo a cada uno de ellos y lo hizo; les construyó LA ÚLTIMA MORADA A CADA UNO DE SUS HERMANOS JUNTO A SU MADRE: Un panteón con 10 nichos en el Cementerio municipal de Mao (el viejo), obra esta iniciada por los años 70.
La mayoría de sus hermanos no sabían de la obra y los demás lo supieron por accidente. Pensó en el amor que la unía a sus hermanos y en una manera de honrar a su madre de que tuviera junto a ella a sus 11 hijos. Dedicó unos 20 años de su vida en hacerlo con los pocos recursos que recibía.
Frecuentemente era vista visitar el cementerio, creando prejuicios de locura, ignorando ellos la gran obra que esta señora estaba haciendo en el sacro lugar.
No puedo dejar pasar otras cosas que esta señora hacía aparte de su panteón y era limpiar las tumbas de sus otros familiares al encontrarlas descuidadas u olvidadas por sus parientes directos. (No hay cosa más desagradable que ver una tumba olvidada).
Hoy, Colombia Santana ocupa su última morada construida por ella junto a su Madre.
Soy uno de sus sobrinos que nunca me detuve a evaluar o valorizar las cosas buenas de ella; soy de los que tuvo que reabrir el proceso y juzgarla como LA MEJOR DE TODOS LOS HERMANOS y al mismo tiempo en nombre de mi querida madre le doy las gracias y como soy de los que clasifican a los SANTANA, me honra declarar: COLOMBIA, fuiste y siempre serás SANTANA en primera.
Dios te tiene junto a él.
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Cabezón:
ResponderBorrarMuy sentido, sincero y loable su homenaje a Dña. Colombia, que en paz descanse. ¡Enhorabuena!
Isaías
Manito: Ahora conozco de la muerte de tu tía Colombina. Todo lo que dices es verdad. Un ser humano muy especial. Mi mamá y ella se trataban como parientes que creo que lo eran. La recordamos con cariño.
ResponderBorrarCésar Brea
Muy buena valuación de esa señora. Era de los pocos de nuestro tiempo que hablábamos con ella. Al hacerlo me di cuenta de que ella guardaba mucha ternura en su alma, así como le soltaba los perros del infierno al que la irrespetaba. Recuerdo sus constantes visitas al Samoa. Ya no le hacía caso a los camareros que cuando la veían entrar, no se porque le decían: Ahí viene María Antonieta Roncino, o Toña la Negra, Sophía Loren, Olga Guillot, etc. seguía hacia su destino sin ver para ningún lado y sin hacerle caso a nadie. Que el Señor la tenga en un lugar justo.
ResponderBorrarAfectos de, Ley S.
Me entere de la muerte de Colombia por una llamada que mi ex compañero de estudio Lilí le hizo a su hermanao Manito estando este en mi casa, en ese instante lo crei y lo dude, lo creí porque venia de Lilí y lo dude porque en mi ultimo viaje vi a Colombia tal y como la habia visto en toda mi vida. Que descanse en paz y mis condolencias a sus familiares.
ResponderBorrarCon afecto
Papito Mármol
Cabezón:
ResponderBorrarBonito homenaje a Doña Colombina. Confiamos que el Señor la habrá acogido en se Santo Seno.
Yo me cuento entre las personas que prácticamente nunca la trataron, y de lejos, llegué a pensar que ella era de temperamento fuerte y poco agradable.
La última vez que la ví, como siempre, sentada en la galería de su casa, ya su mente estaba afectada y me dio mucha pena cuando pasé a su lado. Tenía un monólogo interminable.
Gracias por brindarme "la otra cara" de la personalidad de Doña Colombina.
Un abrazo,
Fernan Ferreira.
Claro doña Colombina era un símbolo de Mao, siempre la recordaremos, en el mes de marzo pasado tuve la oportunidad de saludarla, quizas ella ni se imaginó quien soy.
ResponderBorrarPaz a sus restos.
Angel Berto Almonte
Oh! Qué pena!. No sabía de la muerte de colombina, hace más de un año fui al asilo de ancianos y grata sorpresa me lleve al verla en este lugar que la cuidaban también, parecía otra persona, ya no era aquella señora perdida en sus pensamientos que había visto años atrás en su casa en la 27 de febrero frente al parque de nuestro querido Mao, aunque prefiero recordarla en mis años de adolescente cuando cruzaba por esa esquina y con mucha educación siempre recibí un afectuoso saludo. Paz a sus restos, Dios la tiene a su diestra de eso estoy segura.
ResponderBorrarDoris Rodríguez.