martes, 20 de septiembre de 2011

LEYSIMELOCUENTA

EL PADRE DISLA - 1
Por Ley Simé

¿POR QUÉ TUVE YO QUE VER Y SABER ESTO?

Uno como este es muy difícil encontrar. No he conocido jamás a un ser humano con tanta energía y entusiasmo. Además, dueño de un extraordinario carisma el que vertió sobre una juventud ávida de participación del Mao de los años sesenta y principios de los setenta, por lo que ganó gran popularidad. El reverendo Padre Disla, oriundo de San José de Conucos, Salcedo, llegó a Mao y lo abrazó, le entró un calimete y lo absorbió, mezclándose en el seno de la sociedad inyectándole una química especial, tanto a las personas mayores, como a jóvenes y niños, y desarrollando dinámicas actividades destinadas a cada renglón.

A los mayores los atrajo a la iglesia y los integraba a actividades propias de su edad. Provocar alegría era la clave, desarrollando atractivas novedades entre ellos, sin apartarlo de la iglesia y el sentido religioso del que eran devotos.

Entre los jóvenes se convirtió en un verdadero ídolo. Al atraerlos e involucrarse con ellos, iba detectando la virtud de cada cual, planteándolos en una libreta secreta, para integrarlos a actividades artísticas, culturales y de dinámica de grupos y entretenimientos, así como también recreativas y religiosas. Poetas, vocalistas, músicos, sobre todo guitarristas, hicieron galas de sus habilidades artísticas, tanto cuando se le quería llevar un aliento a una persona enferma o aquejada de salud, así como en actividades de encuentros de alegrías, como cumpleaños y otras festividades. Es decir, el Padre estaba en todas... Y en misa también. Se convirtió en un elemento de cohesión entre la juventud Maeña.

Organizó una rondalla para aquellos y aquellas que tenían la habilidad de entonar su voz. Esa rondalla llevó mucha alegría, no solo a Mao, sino a muchas comunidades y ciudades aledañas, cuando había motivo para ello.

En tiempos navideños, eran famosas y súper asistidas las mañanitas que recorrían todas las calles Maeñas, llevando alegría en horas de las madrugadas, haciendo que nuestro pueblo despertara lleno de esperanza y paz para integrarse a las labores cotidianas. Organizó a los jóvenes de la Santa Cruz para representar el símbolo religioso del pueblo y con esto atrajo a cientos de jóvenes. Recordamos aquellas misas de los sábados por la tardecita donde el viejo templo no albergaba la asistencia, quedándose afuera tantas personas como las que habían dentro y desde allí escuchaban esas novedosas misas impartidas por el Padre Disla, prestando atención con mucha reverencia al sermón del día instando a los jóvenes a apartarse de los vicios y tentaciones que la vida les pone en el camino. El vetusto templo no resistía tantas personas que lo abarrotaban.

En las pascuas de Semana Santa, son inolvidables aquellas masivas peregrinaciones que se hacían de Mao a Monción caminando todos a pies, partiendo en las primeras horas de la madrugada y con un apoyo masivo de la población. La intención era buena, y a pesar de que no todos la completaban, la iniciaban con amor y decisión. Muchas veces oíamos las quejas del dolor y el estropeo al otro día. También se hacía lo mismo con señoras y mujeres en sentido general, pero hacia Ámina. Muchas jóvenes asistían para acompañar a sus madres y parientes mayores.

Pero los más famosos eran los viajes que el Padre Disla organizaba hacia Jarabacoa para integrarlos a una verdadera prueba de vida, entre ella, la peregrinación hacia el Mogote, pico a 970 metros sobre el nivel del mar. Entre cincuenta o sesenta jóvenes partían desde Mao hacia Jarabacoa con fines de integración y recibir cursillos de vida y ajustes sociales que culminaban con la peregrinación hacia el Pico del Mogote. Al llegar allí todos eran alojados en el seminario de aquella localidad, con amplios salones de dormitorios con capacidad para acomodar a todo el grupo. ¿Qué piensan que pasaba allí? ¿Sesenta jóvenes juntos? ¡Imagínense! Después de un largo día de jornada de orientación religiosa y sermones, agotados, una ducha reponedora y luego al comedor a cenar. Yuca sabrosa con huevos y una avena pastosa que se dificultaba tragar de lo espesa que era. Luego un pequeño recreo hasta las 9:45 y a la cama. Cuando empezaba el despojo de ropa y zapatos, para tirarse en una cama de una plaza y bien arreglada con una sola almohada, lo primero era el show de los zapatos y las medias que habían pasado un riguroso día, muchos huían de un compañero cercano, por el mal olor que despedía, hasta el colmo de hacer que lo retiraran del lugar. Pasado eso, volvía la calma, se apagaban las luces y todos estaban tumbados en sus respectivas camas, cuando empezaban a volar por los aires las almohadas, como fuego de guerra que eran respondidas y entre el fuego cruzado de almohadazos terminaba yo con cuatro en mi cama, hasta que alguien encendía las luces y percibía que todos estábamos tranquilos arropados y durmiendo con risas aguantadas hasta llegar la paz y quedarnos apaciblemente dormidos.

El timbre de las 6:00 AM. Seguido de la canción "estas son las mañanitas que cantaba el Rey David...." Todos se tiraban de la cama a buscar la primera almohada que encontraban sin uso y a poner la casa en orden para luego empezar la oración e integrarnos a las labores preparadas para el día. Pasábamos al comedor a desayunar, ver en una agenda la labor del día e integrarse. Había labores agrícolas, limpieza, coloquios y diversas actividades que nos mantenían ocupados. Como buscar los víveres que consumíamos. Mucha Yuca y pocos plátanos.

Viene a la mente el día de escalar la montaña. Salimos temprano del seminario avituallados con sándwiches, bizcocho y suficiente agua. Dos filas indias a cada lado del camino. Cada grupo con su respectivo guía. Del nuestro era el finado Sony Reyes, QEPD. Dentro de nuestro grupo iba Francisco Bonilla (Quiquito) vestido impecablemente de militar, cual pareciera un soldado o guerrillero que se lanzaba a la lucha en defensa de... con su gorra igual a la que usaba Fidel Castro daba la impresión de un invencible. Cuando nos adentramos en los espesos matorrales con una yerba que nos cubría a todos, y logramos salir a un camino más despejado fue notoria la ausencia del impecable vestido de militar.

Seguimos el ascenso y al cabo de dos horas arribamos a la cima, Persio Núñez y un servidor, luego el finado Máximo Macuta Tavares y unos cuantos mas que no pasaban de ocho. Allí pudimos ver el hito que había en la cima con un grabado, EL MOGOTE 970 MTS. Poco tiempo nos quedamos allí. El humo de las nubes era perturbador y la respiración se hacía casi imposible. Observamos el panorama que desde allí se contemplaba. Era una verdadera maravilla de ensueño ver la sucesión de colinas interminables y allá, opacado por las nubes y la distancia el monstruo, la parte más encumbrada, la de El Pico Duarte.

Camino de regreso, decidimos tomar otro sendero menos brumoso, cuando empezó a caer una llovizna pertinaz. Cuando algunos de nosotros nos disponíamos a cruzar una cerca parcelada con alambres de púas, tanto los que sujetábamos el alambre para agrandar el hueco, como el que pasaba, fuimos lanzados a dos y tres metros del lugar inconscientes. Minutos después nos pusimos de pies atónitos y torpes. No sabíamos lo que había pasado. Al volver en sí, pensábamos que nos habían tirado un cañonazo, pero alguien más apartado vociferó que un rayo había caído cerca y comprobamos la veracidad al ver el follaje alicaído de una mata de guano incendiada bajo la lluvia. Se aceleró el descenso y regresamos al seminario al caer la tarde.

Un buen baño, para luego irnos a disfrutar un manjar de yuca con espaguetis salsosos, bueno para hambrientos que no pudieron comer ni el Sándwich ni el bizcocho por falta de saliva. Nunca faltaba la famosa avena, que la bautizaron con el nombre de "marifinga" y todo bajo la estricta vigilancia del Padre Colorado. Ese día, la cena vino acompañada de un postre. Tres platos de dulce de batata se exhibían en la larga mesa. Nuestro hermano Quiquito los confundió con un mangú de plátanos, alegando que la dieta de yuca diaria lo tenía cansado, agarró un plato y le vertió una porción del salsoso espaguetis encima del dulce de batata. En su primer bocado se paralizó y miró a todo el mundo con la rabiza de sus ojos y lo tragó esperando la explosión con una suave y tierna sonrisa. Cuando el grupo lo probó, las carcajadas sobraban observando el plato de dulce de batata rebozado de espaguetis. El Padre Colorado hubo de intervenir para lograr el orden. Se nos olvidó el cansancio, por el momento.

Ese día vino al seminario Don Antonio Reyes para dar apoyo y aliento a los jóvenes. Pero ese día hacía falta un descanso y un buen sueño reparador. A Don Antonio le habían habilitado una cama junto a la entrada del salón-dormitorio. Muchos nos fuimos temprano a dormir. Solo recuerdo haber despertado pasada la media noche por el escándalo provocado por las risas y las carcajadas. Al abrir los ojos, noté que todos en el salón estaban sentados en la cama desvelados por los ronquidos de Don Antonio despidiendo un ruido igual al de los "Sapos Toros" al dormir y que eran escuchados en todo el salón tal si fuera un espectáculo. Ruuuu wioooo, ruuu wiooo y luego escuchábamos jruuu, jruuu jruuu armoniosamente. Una verdadera serenata con música y sonido indescifrables. Lo que causaba risas y carcajadas era lo bien entonado que lo hacía. El padre Disla, como todos fue despertado y al escuchar, no pudo contener la risa también. Don Antonio fue despertado y colocado en una habitación cerrada. Ya cuando conciliábamos el sueño, una que otras carcajadas nos despertaban en la oscuridad.

Espere Pronto:
El padre y los niños.
El padre y el deporte y
Vivencias con el padre
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10 comentarios:

  1. Por supuesto que no estoy calificado para determinar si el padre Disla es un santo, pero para lo que sí creo estar calificado, por haber vivido entre curas toda mi adolescencia, cuando la desgracia de los pederastas no era una epidemia (aunque sí los había mujeriegos... ¡muy!), es para decir que nunca conocí a un ser humano tan genuinamente bueno y entregado a su vocación.
    También conocí a su hermano Vinicio: otro ser humano ejemplar.
    Gracias, Ley por este recuento.
    Isaías

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  2. Ley: Tremendo artículo, ya era tiempo de que alguien se animara a escribir sobre ese santo varón que es el Padre Disla(hace rato que debieron haberlo hecho Obispo/Apúntamele un fallo a la iglesia dominicana). Participé de cerca con él en la fundación del Club Juvenil y en los Jóvenes de la Sta. Cruz. Fuí de los que subieron el Mogote de Jarabacoa y viví todo lo que narras cuando teníamos que dormir y cenar en el seminario de aquella ciudad. Sigue escribiendo cosas tan interesantes. !Lo haces muy bien!

    CEBRETI

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  3. Ley,solo dice padre Disla,a cual te refieres,Vinicio o a Juan Evangelista,aclare eso profesor
    Miguel De Jesus

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  4. La foto no es de padre vinicio. En realidad fue el Padre Juan Evangelista Disla, el que estuvo en Mao.

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  5. Ley, Habemos muchos hombres hoy que sin la gran orientación del Padre Disla estuvieramos por caminos agrestes,desorientados.Apareció justo en el momento que esa sociedad maeña necesitaba de alguien que anduviera en las calles abriendo caminos,haciendo sentir que Dios no solo estaba en la Iglesia.
    Cuanto recuerdo en un intercambio deportivo, aquel recibimiento que me dio el Gobernador de San Juan de la Maguana al apearme yo con sotana puesta creyendo él que yo era el Padre Disla (él me la prestó para tales fines),causando risas a todas las autoridades al quitarmela y entregarsela al Padre.
    Esa era una de las cosas que nos mostraba este Hombre que nos permitía volcar toda la sinceridad que ocultabamos durante esa etapa de la vida.
    Ese es un Santo Padre.

    Muy bien Ley

    Manito

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  6. Nuestro inolvidable padre Disla, un activista en pro de la juventud de Mao, presente en todo lo que implicaba el crecimiento espiritual, pero sin buscar protagonismo. No me explico, aun despues de tanto tiempo, por que la iglesia permitio o promovio su traslado de Mao, en donde hizo lo que nunca ha hecho ni un solo sacerdote alla: integrar y hermanar las diferentes clases sociales, amaba a la gente de todas edades y a su vez fue y sigue siendo muy amado, camino por un pueblo dejando huellas profundas en todo el quehacer de la sociedad, era conmiserativo, practicaba lo que predicaba. Junto con sor Altagracia (EPD)fundo la tuna de Mao, cual llevo musica y canciones a lugares tan cercanos como Santiago Rodriguez, y otros tan alejados y encumbrados como Constanza.
    Los miembros de la tuna fueron posiblemente los jovenes mas consentidos del padre Disla, lo recuerdo con una nostalgia muy profunda, pues nos regalo a cambio de nada, los mas hermosos momentos de nuestras vidas en el arte.
    Padre Disla, gracias por habernos hecho parte de su obra, en nombre de todos los integrantes de la tuna, y en el mio propio puedo decirle que lo seguimos queriendo igual y cada uno reserva un espacio muy especial en nuestros corazon para ud.
    Que Dios lo bendiga, tanto como bendiciones ha repartido ud. en su consagrada carrera sacerdotal en el nombre de Dios.
    Un abrazote de su acordeonista chiquita de la tuna: Narcy Ferreira
    "Enredandose en el viento, van las cintas de mi capa, y cantando amor te dicen, quiereme ninia del alma, son las cintas de mi capa, de mi capa estudiantil, un repique de campanas..."

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  7. Gracias Valito por tan excelente y merecido escrito en honor al sacerdote más humano y carismático que he conocido. Como músico llegué a participar, tocando el saxo alto, en las mañanitas navideñas, junto a Papo y Caín (trompetas), Patricio Bonilla (Bombardino), Cucha (Sax Tenor), entre otros. Bellos, sanos y alegres tiempos aquellos.

    Con profundo afecto,

    Diómedes Rodríguez (El otro Valito)

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  8. Apreciado Ley:

    Felicitaciones por este reportaje-homenaje al Padre Evangelista Disla (su hermano Vinicio es otro gran sacerdote), a quien desde que salí de Mao, en el año escolar 1963-64, no he vuelto a ver.

    Sin embargo, su impronta en la juventud de aquellos años que señalas, fue tan profunda que su recuerdo vive en mí, como si el tiempo no hubiese transcurrido.

    Definitivamente, "hay personas que llegan a tu vida de repente y se quedan contigo eternamente". El Padre Disla, Evangelista, es una de esas personas. Me atrevería a asegurar que igual le pasa a más del 99% de los jóvenes, hoy adultos que peinamos canas (si aun nos quedan cabellos), que le conocimos, le tratamos o formamos parte de alguno de sus grupos.

    ¡Salud Padre Disla, dondequiera que se encuentre!

    Fernan Ferreira.

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  9. Ley, quiero narrarle en síntesis, una historia de los tiempos del PADRE DISLA,cuando todos los jóvenes de mao, estábamos a su alrededor.

    Resulta que en una ocación, se le ocurrió llevar un grupo de jóvenes a la vecina isla de Pto. Rico, viaje para el cual, cada quien debía buscar su pasaje de ida y vuelta; el motivo era intercambiar con los jóvenes cursillistas de aquella isla, por lo cual, íbamos a tener todos los gastos cubiertos, inmediatamente pisáramos su tierra. La mayoría podía cubrirse su pasaje, a excepción de cuatro muchchos que le intersaba ir , pero que estaban chiquitos para comprar su pasaje; esos cuatro eran, Rolando Espinal, chichí Morel,papito Rincon,y el recordado Caín; inmediatamente nos reunimos, y desidimos formar una compañia por acciones, que llevaba el nombre de "ROCHIPACA"(Rolando,chichi, papito y cain) para tratar de buscar el dinero del pasaje; en esa reunión mediante consenso se desidió hacer una fifa de un cerdo para empezar las acciones; como tampoco había dinero para comprar el cerdo, tomamos una cámara y nos fuimos a la finca de Alberto Disla, y buscamos el cerdo mas lindo y gordito que habia en dicha finca; entonces con esa foto, cada uno de los cuatro socios, tenía que vender los números a un precio de un peso cada uno,usando la foto de aquel cerdito tan lindo, para enseñar el producto a ganar en la rifa. Aquel cerdito era tan bonito y llamaba tanto la atención, que los numeros se vendieron como pan caliente en un solo día; entonces lo siguiente, era esperar el domingo para ver quién se sacaba el cerdo. Resulta que el número ganador, le tocó al señor Carlos Juan Rodriguez quien hoy es el esposo de la señora Lourdes Ferreira y le fue vendido por papito rincón; nos apersonamos los cuatro responsables de la rifa, a hacer entrega al ganador; cuando papito le entregó la foto del cerdo, el ganador dijo: ¿y que es esto? a lo que papito contestó: ese es el cerdo que estabamos rifando y que a usted le tocó ganar con el número 59 que salió en primera; a eso el ganador contestó: pero yo pensé que me lo iban a traer caminando para yo azarlo; a lo que papito contestó: pero don Juan, esa foto fue lo que le enseñamos, cuando le vendimos el número ganador; nosotros no le enseñamos ningun puerco caminando. En definitiva, como él nos conocía a todos, terminamos en risas todo el mundo. y se quedó con la foto de aquel lindo cerdo, de recuerdo de un engaño amistoso y sin mala fe. El pasaje en ese tiempo costaba $42.00 pesos ida y vuelta; ya ahí habían dos pasajes, y había que seguir trabajando para buscar dos pasajes mas. Para conseguir esos dos que faltaban, diré en otra ocación la táctica usada para ello.

    Rolando Espinal

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  10. Salí pequena de Mao, antes de que el Padre Disla llegara, pero mis familiares siempre me han dicho acerca de su santidad.
    Buen articulo.
    Zunilda

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