viernes, 30 de septiembre de 2011
AH, NO... ¡ESTO MERECE SU PROPIO ESPACIO!
UN VIAJE MEMORABLE
Por Manito Santana
Qué bueno que Ley Simé haya escrito sobre el Gran Padre Disla para así rememorar hechos y acciones nuestras que al juntarnos a su lado, parte de esa juventud maeña iba labrando el camino que hoy casi todos nos mantenemos transitando.
Mejor aún es que nuestro hermano Cuchara desempolvara ese histórico viaje a Puerto Rico, donde 44 jóvenes por vez primera nos acercamos a un avión cuatrimotor y conocimos su interior al emprender ese ruidoso vuelo de unos 60 minutos de Aerovías Quisqueyanas.
Sobre este viaje quiero resaltar casos y cosas que sucedieron donde algunos de nosotros, con unos atrasos encima, provocaron acciones dignas de risas, como por ejemplo la subida de mi querido vecino Papo Núñez (famoso trompetista maeño) a la correa de chequear las maletas, cuando el Inspector con fines de chequeos le hizo la señal de subirlas, él se subió en cuatro patas junto a su equipaje, rodando junto a ellas.
Tampoco puedo olvidar las puertas eléctricas que al acercarnos se abrían, muy pocos comunes en esos años en nuestro país (1967); vi a Lilito Rodríguez mandarse detrás de una de ellas al salir del Aeropuerto de San Juan. Pero hubo una que más me impresionó y fue mi querida profesora Tita Muñoz (hermana de Luis Julio Vargas, epd) subiendo para un segundo piso por una escalera eléctrica que bajaba, o sea que su avance era nulo.
Y menos voy a olvidarme cuando ya listos para el regreso, en el Aeropuerto, vi una máquina de lustrar zapatos que al depositarle 5 cheles introducía uno el pié y la máquina iniciaba el proceso de limpieza por un minuto. Yo introduje mis zapatos marrones recién estrenados, pero, oohhh sorpresa, mi zapato marrón salió pintado de negro. No supe leer las indicaciones. Vine con un negro y un marrón.
Ahora, yo me pregunto, ¿para qué limpiar unos zapatos sacados de la caja? Simple curiosidad.
En ese vuelo estuvieron Sergio Frías Kent (el Feo) y Pedro Santana y durante el vuelo le hago esta pregunta a Pedro: "¿primo, y si este avión coje pa'bajo, que?" Pedro, un hombre tímido pero cabaloso y no muy dado al humor negro, me respondió: "mire Manito, esos no son relajos,l coño; Ud. siempre sale con vainas que no van". No me dejó terminar la pregunta, estallando Sergio con una risotada, a la que secundé; pero al minuto ese avioncito sufrió un sacudión y nuestra risa se convirtió en un rezo en voz baja y Pedro se quedó mirándome; duró tres días sin hablarme.
Ese viaje, creo que jugó un papel importante en nuestro comportamiento, donde conocimos y captamos costumbres ya que nuestro hospedaje en esa isla fue en casas de familias, cosa esta que luego imitamos. Se entablaron relaciones que hasta hoy perduran.
Además, creo que todos vimos por primera vez una puerta que abría sola, una escalera que subía y bajaba y un limpiabotas sin un "Vale Toño" enfrente. Si acaso aparece una excepción, ruego me lo digan.
¿Qué donde conseguí el pasaje? Pues tuve la suerte de tener una tía en la capital con buenos recursos y tirándole puyas logre conseguir los $45. (Muy buenos en aquellos tiempos).
Qué tiempos aquellos, con mucha pobreza, pero con muchas risas; no quisiera volver a ellos, lo que sí quiero ver es un cambio.
Por Manito Santana
Qué bueno que Ley Simé haya escrito sobre el Gran Padre Disla para así rememorar hechos y acciones nuestras que al juntarnos a su lado, parte de esa juventud maeña iba labrando el camino que hoy casi todos nos mantenemos transitando.
Mejor aún es que nuestro hermano Cuchara desempolvara ese histórico viaje a Puerto Rico, donde 44 jóvenes por vez primera nos acercamos a un avión cuatrimotor y conocimos su interior al emprender ese ruidoso vuelo de unos 60 minutos de Aerovías Quisqueyanas.
Sobre este viaje quiero resaltar casos y cosas que sucedieron donde algunos de nosotros, con unos atrasos encima, provocaron acciones dignas de risas, como por ejemplo la subida de mi querido vecino Papo Núñez (famoso trompetista maeño) a la correa de chequear las maletas, cuando el Inspector con fines de chequeos le hizo la señal de subirlas, él se subió en cuatro patas junto a su equipaje, rodando junto a ellas.
Tampoco puedo olvidar las puertas eléctricas que al acercarnos se abrían, muy pocos comunes en esos años en nuestro país (1967); vi a Lilito Rodríguez mandarse detrás de una de ellas al salir del Aeropuerto de San Juan. Pero hubo una que más me impresionó y fue mi querida profesora Tita Muñoz (hermana de Luis Julio Vargas, epd) subiendo para un segundo piso por una escalera eléctrica que bajaba, o sea que su avance era nulo.
Y menos voy a olvidarme cuando ya listos para el regreso, en el Aeropuerto, vi una máquina de lustrar zapatos que al depositarle 5 cheles introducía uno el pié y la máquina iniciaba el proceso de limpieza por un minuto. Yo introduje mis zapatos marrones recién estrenados, pero, oohhh sorpresa, mi zapato marrón salió pintado de negro. No supe leer las indicaciones. Vine con un negro y un marrón.
Ahora, yo me pregunto, ¿para qué limpiar unos zapatos sacados de la caja? Simple curiosidad.
En ese vuelo estuvieron Sergio Frías Kent (el Feo) y Pedro Santana y durante el vuelo le hago esta pregunta a Pedro: "¿primo, y si este avión coje pa'bajo, que?" Pedro, un hombre tímido pero cabaloso y no muy dado al humor negro, me respondió: "mire Manito, esos no son relajos,l coño; Ud. siempre sale con vainas que no van". No me dejó terminar la pregunta, estallando Sergio con una risotada, a la que secundé; pero al minuto ese avioncito sufrió un sacudión y nuestra risa se convirtió en un rezo en voz baja y Pedro se quedó mirándome; duró tres días sin hablarme.
Ese viaje, creo que jugó un papel importante en nuestro comportamiento, donde conocimos y captamos costumbres ya que nuestro hospedaje en esa isla fue en casas de familias, cosa esta que luego imitamos. Se entablaron relaciones que hasta hoy perduran.
Además, creo que todos vimos por primera vez una puerta que abría sola, una escalera que subía y bajaba y un limpiabotas sin un "Vale Toño" enfrente. Si acaso aparece una excepción, ruego me lo digan.
¿Qué donde conseguí el pasaje? Pues tuve la suerte de tener una tía en la capital con buenos recursos y tirándole puyas logre conseguir los $45. (Muy buenos en aquellos tiempos).
Qué tiempos aquellos, con mucha pobreza, pero con muchas risas; no quisiera volver a ellos, lo que sí quiero ver es un cambio.
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Padre Disla
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La verdad que Ley, Rolando y Manoto se las traen, creo que no se le quedó ningún detalle, tampoco creo que esto termine aqui. Muy entretenidos estos relatos, no se si le dieron vida o fueron reales, pero de toda forma están bien narrados, los felicitos a todos
ResponderBorrarCon cariño
Papito Mármol
Historia, patria Manito, ahora quiero que vivamos el presente y sigamos invitando a los Maeños a revivir la idea de Manito en torno al Monumento, quiero que se le siga dando calor a traves de esta página.
ResponderBorrarAbrazos
Angel Berto Almonte
Mella, cuando pensamos referirnos al Padre Disla, nos dimos cuenta de que solo se podía hacer un esbozo de las actividades a la que se dedicaba no solo con la juventud, sino también con mayores y niños, porque nos iba a resultar muy extenso. Confié, como lo están haciendo hasta ahora, que los lectores la completarían, sencillamente porque todo el que se relacionó con el Padre tuvo su historia particular. En un encuentro que sostuvimos en Mao con el Padre, mucho años después de su partida, nosotros todos ya adultos, Niris, la esposa de Rolando le pidió al Padre que regresara a Mao a cuidar sus nietos. No es un secreto, que dentro de todas esas dinámicas que el Padre desarrollaba con la juventud, surgieron muchos matrimonios que hoy se mantienen muy estables.
ResponderBorrarAfectos de Ley S.
Ah! Se me olvidó decir que no fui a ese viaje, porque era para jóvenes adolescentes mayores y para entonces era aun un niño. Jajajaja.
ResponderBorrarLey S.