lunes, 5 de septiembre de 2011

FALTARON DOS LLAMADAS

Para esta fecha, acostumbro averiguar como un entrometido ciertas comunicaciones telefónicas que acostumbra hacer mi hemano mayor, Rafael Santana (Lilí), bautizado con ese apodo por aquel famoso Dr. Peña Andújar, compadre de mi mamá quien al atender el parto, notó el color negro de la criatura y al instante le dijo a la recien parida: "Comadre, es prieto como Lilí", comparándolo con el color de aquel famoso Presidente Ulises Heureaux. Bienmente abatido, no vilmente asesinado. Valga la aclaración.

Vuelvo al tema, dentro de esas llamadas hice una que acostumbro hacer el 24 de Septiembre, día de su cumpleaños, pero me adelanté por mi sentir, por querer desahogarme al saber por nuestro importante medio MEEC el cumpleaños de Diogenito Castellanos, uno de los 5 mejores amigos que he conocido en mi vida. Amigos desde que empezaron a conocer lo que era la amistad, despegados de intereses personales, han sido leales en todo el sentido de la palabra.

En Febrero, uno de esos amigos, Fernando Ferreira, fue sometido a una delicada operación en la ciudad de Miami, allí estuvimos mi hermano y yo juntos a otros amigos y familiares, dándole un apoyo necesario para el momento.

Las llamadas llovían desde Santo Domingo y otros países orando por el bienestar de nuestro querido paciente, quien aparte del equipo médico que lo atendía, consiguió otro al lado en la persona de mi hermano, quien daba más recomendaciones y recetas que todos esos capacitados Dres. Se lo toleramos porque su interés era que su otro hermano se sanara como tal, gracias a Dios.

Dentro de esas llamadas, llega una de los 5 amigos, la de Monchy Colón, quien luego de conversar con su hermano paciente, prosigue hablando con otro de los 5, mi hermano consanguíneo y termina conmigo donde siempre, con uno de sus chistes, con su eterna risa me dice: "Mella,consígueme los CD's que me prometiste".

Le hice la promesa de que en la primera oportunidad se los enviaría. No hubo tiempo, llegaron tarde, sus amigos los están recordando con ellos, cargados de música clásica romantica.

Al regresar a NY, previamente fui al hospital a despedirme de mi amigo recién operado y al darle la mano noté sus ojos un poco húmedos, brillosos,lo cual evadí para no hacer lo que involuntariamente se estaba produciendo y como privamos en que los hombres no lloran, salí de la habitación para hacerlo a solas.

Dos días después, mi hermano Lilí me llama y con palabras entrecortadas me da la triste noticia de Monchy y al mismo tiempo me pregunta: "¿qué está pasando Mella, primero Ningue y ahora Monchy?"; le contesté: "bueno, Dios es el que sabe", de manera alentadora, pero no conforme con lo sucedido.

Hoy, en el cumpleaños de Diogenito, de nuevo llamo a mi hermano y de curioso quise averiguar las llamadas que por tradición se realizan esos amigos, y le pregunto: "¿llamaste a Diogenito?"; me contesta: "claro que sí". Sigo indagando: "¿y Fernan, lo habrá llamado?", y me dice un poco incómodo, "ese no falla, qué te pasa?"; luego de él notar una ligera pausa que hice, me recalcó: "No, Mella, lamento que tú no puedas; nadie puede sustituir las llamadas que faltan".

Colgué un poco incómodo, pero luego comprendí que esa hermandad es insustituible. Pero esto no quiere decir que entre nosotros no exista ese cariño y amistad, que la palabra "hermandad" traspasa los límites de amistad y estoy conforme con el nivel que estoy.

Feliz cumpleaños Diogenito

Manito

1 comentario:

  1. Cabezón:

    Tú también eres nuestro hermano. Pero, y lo sabes por experiencia vivida, cada hermano ocupa un lugar único, iremplazable en el corazón de su otro hermano. E interpreto que eso fue lo que quiso decirte Lilí.

    Hacía mucho tiempo que no escribía algo para MEEC. Mientras lo hacía esta mañana, me llamó Lili, y compañero de tantas vivencias, sintió inmediatamente mi estado de ánimo: "¿Que te pasa mi hermano. Te noto triste?". "No, no nada", le dije con lágrimas en los ojos y cambié el tema, "Diogenito está en Argentina, en un Congreso. Regresa el día 10. Ya le envié un email y le puse un mensaje en Facebbook..."

    Cuando leas mi artículo, verás las razones de mi estado de ánimo. Sólo te adelanto que tú yo estamos vibrando en la misma longitud de onda.

    Un abrazo, mi hermano. Te quiero mucho,

    Fernan Ferreira.

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