viernes, 2 de septiembre de 2011
LEYSIMELOCUENTA
¡UNA LLAMADA DE EMOCIÓN!
Por Ley Simé
Sentado estaba en un rincón
cuando el teléfono sonó en la sala
y para alegría mía al otro lado
tres personajes grandes habían
que hicieron historias en sus días
Me quedé pensando, no lo creía,
y del otro lado insinuaba que
si yo sabía quien llamaba
¡Mella!, no, es Duarte me acotó
y para mi gozo y emoción
se trataba de Evelioke, como le dice
El Timacle de Mao en el Corazón.
Después de amena conversación
te pondré a un amigo si recuerdas
del tiempo en que se probaba el valor
Y sin descifrar la voz aquella
que me hablaba claro y con rubor
palabras encantadoras y seguras
recordando tiempos de vida maeña
como cual poeta entona la reseña
se trataba, del amigo Sergio Peña.
Fue bueno el momento que pasé
en contacto con dos grandes
reviviendo una vieja amistad
con cariño, respeto y humildad
como lo acostumbrábamos allá
en momentos de abrazar la libertad
que hoy gozamos a esta edad.
Me equivoco si de ellos se trataba
había un tercero que esperaba
que Sergio el teléfono le pasara
para saludarme en la ocasión
al oír lo que me dijo de entrada
que el humor y chercha no faltaba
la inconfundible voz, de Rolando
cariñosamente, Cuchara.
Todo el tiempo admiraba
la junta de esos dos que
desafiaban la represión
de calieses y paleros
y en otras incursiones
en época que se desdeña
ahí estaban de frente el valor
de Evelio y Sergio Peña.
Por Ley Simé
Sentado estaba en un rincón
cuando el teléfono sonó en la sala
y para alegría mía al otro lado
tres personajes grandes habían
que hicieron historias en sus días
Me quedé pensando, no lo creía,
y del otro lado insinuaba que
si yo sabía quien llamaba
¡Mella!, no, es Duarte me acotó
y para mi gozo y emoción
se trataba de Evelioke, como le dice
El Timacle de Mao en el Corazón.
Después de amena conversación
te pondré a un amigo si recuerdas
del tiempo en que se probaba el valor
Y sin descifrar la voz aquella
que me hablaba claro y con rubor
palabras encantadoras y seguras
recordando tiempos de vida maeña
como cual poeta entona la reseña
se trataba, del amigo Sergio Peña.
Fue bueno el momento que pasé
en contacto con dos grandes
reviviendo una vieja amistad
con cariño, respeto y humildad
como lo acostumbrábamos allá
en momentos de abrazar la libertad
que hoy gozamos a esta edad.
Me equivoco si de ellos se trataba
había un tercero que esperaba
que Sergio el teléfono le pasara
para saludarme en la ocasión
al oír lo que me dijo de entrada
que el humor y chercha no faltaba
la inconfundible voz, de Rolando
cariñosamente, Cuchara.
Todo el tiempo admiraba
la junta de esos dos que
desafiaban la represión
de calieses y paleros
y en otras incursiones
en época que se desdeña
ahí estaban de frente el valor
de Evelio y Sergio Peña.
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Ley, el mismo día que lo llamaron a usted, me llamaron a mi y me notificaron de su alegría.
ResponderBorrarEs bueno recibir esas llamadas tan distinguidas, llenas de cariño y aprecio. Enhorabuena.
Isaías
¡Que trío! Y no es precisamente el Trío Los Panchos, ni los Tres Ases, ni el Vegabajeño. Yo no lo cambio por ninguno de estos últimos tres. Tampoco por Los Juglares.
ResponderBorrarEn esos tres maeños hay un montón de afectos, de vivencias, de admiración. Pues ahí está mi antiguo Profesor, Sergio Peña, a quien aun le guardo ese respeto de alumno agradecido. También está mi hermano Evelio, con quien he cultivado largos años de entrañable amistad, y también, mi compañero desde muchacho, desde cuando éramos vecinos en Sibila, mi hermano Cuchara, amigo en las malas y en las buenas.
Con los tres, a veces coincido en "reuniones políticas", pues tenemos comunión de ideales. Su amistad y su ejemplo de vida, me obligan a tratar de ser un mejor ciudadano cada día.
Un gran abrazo para los cinco: Sergio, Evelioke, Cuchara, Ley y mi hermano Isaías.
Fernan Ferreira.