lunes, 31 de diciembre de 2012

YO ME ACUERDO…

ANTONIO ROBINSON FERNÁNDEZ (REVOLUCIONARIO AYER Y HOY)
Por Evelio Martínez


(1 de 2)

“Un Pueblo Sin Conocimiento de su Historia, Origen y Cultura es como un Árbol sin Raíces”. Marcus Garvey.

A Papito Mármol afanoso por conocer la historia de su pueblo y quienes la escribieron con su sangre y sacrificio.

A Manito Santana, quien se ha empeñado en plasmar en un monumento los nombres de los luchadores que hicieron posible los gritos libertarios. A los demás, como Ángel Berto Almonte, que se hicieron soldados de la causa.

Ellos soñaron con una Patria sin tirano, con libertad, sin represión donde fluyeran las ideas y se concretaran.

Se retrataba en su mente la inmolación de los héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

Eran jóvenes imberbes y se nuclearon para formar una célula que atacaría al régimen de Trujillo con actos terroristas con la puesta de bombas e incendios en objetivos del aparato represivo.

Ellos eran: Freddy Torres, Robinson Fernández, Luis García (Mecánico), Antonio Valera, Cabo E.N Diógenes Báez Espinal (Pellín), Orlando Rodríguez (hijo del Colector de Rentas Internas), Freddy Lora, Francisco Guzmán (Cutaco), Carlos Monción, Nelson García (el del Sr. García), Luis Mariano Ureña (John Luis) y una jovencita llamada Nelsa.

“Yo vi en la fortaleza de Mao los cadáveres masacrados y tirados en la cama de un camión de tres de los héroes de Maimón y Estero Hondo, amarrados con alambre de púas y vi un héroe vivo que decían que era de Altamira y a quien un esbirro de ese lugar le dio dos bofetadas por la cara. También a un joven maeño tratando de cortarle los genitales con un sevillana a uno de los muertos. Aquello encendió en mí, el deseo de luchar contra Trujillo”, dice Robinson.

Continúa su relato: “ya nosotros junto a Milet Haddad, Rafael (Pitifia) Reyes, Manuel de los Reyes (Reyito) Díaz; Ramón (Mon) Ramírez Torres y Yoryi Morel (Borojol) y otros, nos reuníamos en el play de softbol (cerca del cementerio) y mientras jugábamos, hablábamos y comentábamos noticias en contra del régimen”.

(Robinson Fernández, Mon Ramírez, Rafael Belarminio Díaz Sánchez, Sentencia)

“Rafael Romero, Profesor de Educación Física de la Escuela Primaria, quien estuvo preso en La Cuarenta, en Enero del 60, se encuentra conmigo en Boca de Mao, donde apareció asesinado por los esbirros del tirano, Laito Rodríguez, y allí me arengó y me instó a luchar contra el estado de cosas actual”.

“Freddy Torres, que era casi mi vecino me dijo un día 'vamos a matar a Trujillo cuando venga a Mao' ¿Con qué armas?, yo le respondí y él me contestó 'vamos a ponerle una bomba en la Gobernación'. Freddy era empleado de la Gobernación y manejaba permisos para comprar pólvora que se usaba para llenar cartuchos de escopetas de cacería”.

“Descubierto por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) el Movimiento Conspirativo Celular 14 de Junio, el Sargento Muñoz, del G2 Ejercito Nacional y el SIM de Mao rodearon con guardias el play de softbol y allí hicieron presos a Mon Ramírez y a su hermano Papito, Milet Haddad, Fulvio Felipe, Ramoncito Echavarría y Yoryi Morel, que pertenecían a dicho Movimiento”.

“Nosotros continuamos la lucha. Nuestro núcleo que estaba compuesto por el primer grupo de jóvenes que cito en esta narración, era entrenado por el Cabo EN Diógenes Báez Espinal (Pellín). Comenzamos a buscar tubos (niples) en los talleres de la Finca Bogaert y otros utensilios que conseguía John Luis Ureña”.

“Acostumbrábamos a reunirnos en el Charco de los Indios del Río Mao y allí probamos nuestra primera bomba cuyas ondas expansivas se escucharon en el pueblo. Esto ocurre en Febrero de 1961”.

“Comienza la persecución sistemática y los famosos “cepillos” Volkswagen se paraban frente a mi casa. Un día le digo a mi mamá Camelia que le avisen a Freddy Torres pues había un despliegue de guardias y calieses frente a mi casa. Brinco por el patio y cuando voy a salir por la calle trasera, me agarran unos hombres, que dizque eran inspectores del Seguro Social. Me llevan donde el General EN Alcántara a la fortaleza. Allí estaban Alicinio Peña Rivera y Estrada Malleta. Le dicen al General Alcántara: 'ahí está el hombre' y él exclama: '¡pero es un niño!'. Allanaron mi casa y encontraron bombas y niples”.

“Nos hicieron presos a todos los del grupo y por diferentes vías nos llevaron al lado de la Base Aérea Minaya, en Santiago, donde quedaban las oficinas del SIM, con la acusación de que íbamos a matar al Jefe. Al entrar a las oficinas del SIM lo primero que se veía era un letrero de advertencia: 'Por la boca muere el pez'. Allí comenzó la tortura con golpes simultáneos con las dos manos sobre los oídos y simulacros de fusilamientos. De ahí me llevaron a la Fortaleza San Luis, casi al anochecer, me quitaron las esposas y un oficial superior le ordenó al Capitán Talí Cabrera que me amarrara, a lo cual éste se negó en un gesto humanitario”.

“Como a la 1:00 de la madrugada, me regresan a las oficinas del SIM y allí me encuentro con el grupo y Nelson García, que para confundir, lo dejaron libre y a nosotros nos llevaron para La Cuarenta, donde al llegar leímos un letrero que decía Rancho Jackeline”.

“Llegamos seis maeños en diferentes “cepillos” Volkswagen. Éramos Pellín, Valera, Freddy, Porfirio, Luis García y yo. Nos quitan la ropa para meternos en una celda donde había un sanitario y un bombillo siempre encendido, después de darnos golpes y empujones. Dormíamos tres acostados, dos sentados y uno en el sanitario. Nos sacaron al patio desnudos para sentarnos en una calzada, nos retrataron con una camisa a cuadros que nos prestábamos unos a otros, que no sé de quién carajo era. Después de las fotos, nos llevaron a un salón donde había un banco, un escritorio y una silla eléctrica. Comenzaron los azotes con güevo de toro, manguera y silla eléctrica. En el piso había orines, heces fecales y sangre. Me preguntaban por Charlie Bogaert, Milet Haddad, Borojol y Jon Luis Ureña. Sentado en la silla eléctrica, con el bastón me daban corrientazos que me hicieron orinar y vomitar sangre por los golpes recibidos. Me bajaron y me entraron a golpes de nuevo. Volvieron a subirme a la silla eléctrica y me daban corrientazos en el pene, las tetillas y el escroto. Sangrando por boca y nariz y con la vista nublada escuché que un calié le decía a Freddy Torres que se untara mierda de la que había en el piso, a lo que éste se negó. A uno de nosotros, otro calié le dijo: 'te vas a cagar cuando te sientes en la silla', a lo que él le contestó 'no, ya yo me cagué'”.

“Continuaron las torturas, acostados en el piso mojado de orines, sangre y heces fecales. Y a Luis García lo amenazaron con matarlo si no hablaba y denunciaba a los Bogaert”.

“De nuevo a la celda No. 5. Las noches eran interminables y se oían voces y quejidos. Frente a nosotros, y hablando cuando desnudos nos sacaban al patio, conocimos los compañeros de Puerto Plata, San Pedro de Macorís y San Juan de la Maguana, los Heyaime, Recio, Valenzuela y otros. Allí conocí a Manolo Tavárez Justo, cuando desnudos, sentados en un banco del patio nos dijo: 'soy Manolo Tavárez, ¿de dónde son ustedes?' También conocí allí a Josué Erickson, fundador del 14 de Junio.”

"Veinte y ocho días duramos en ese trajinar y con la amenaza al cuello, hasta que nos trasladaron a la cárcel de La Victoria. Allí estábamos en solitarias, pero vestidos y había unos mosquitos que tenían las agujas afiladas. Nos dieron tres latas: una para comer, otra para defecar y la otra para orinar. Eran las tres iguales. Éramos cerca de veinte y cinco los presos políticos en La Victoria que nos sacaban al patio y pertenecíamos a las celdas solitarias No. 6, 7 y 8.”

“De aquel infierno y de la solitaria salimos bajo los aplausos de los demás compañeros. Por recomendación de la OEA, a los diez días de ajusticiar al tirano salimos en libertad. Magullados, adoloridos pero con la moral bien en alto para continuar la lucha y el compromiso con mi pueblo”.

5 comentarios:

  1. Evelio, esas son de las cosas que debemos conocer de nuestras gentes, siendo sincero te dire que muchos de esos nombres eran desconocidos por mi, seria bueno que en algún otro trabajo tu mensionaras el origen de esos jóvenes para uno ubicarlos familiarmente. Interesante instuctivo e historico trabajo. Espero la parte dos

    Con afecto

    Papito Mármol

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  2. Sr
    Martinez

    Gracias por la dedicación de este hermoso trabajo (relato) del Sr. Robinson.

    No tenemos con que pagarle el sacrificio que hicieron estos jóvenes por la patria, pero en lo que a mi concierne, ellos viviran para siempre en mi memoria.

    Feliz Año a todos los amigos y amigas de MEEC

    Angel Berto Almonte

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  3. Evelio; La introducción de tu relato, es lo que nos ha motivado a honrar a estos grandes hombres hoy ignorados.
    Abriste las puertas a travez de MEEC para dejar entrar a hombres que no sabíamos de su lucha por nuestra libertad y que sus hechos deben conocerse y ser así parte de nuestra historia.
    Gracias Robinson,tu nombre será escrito en la historia por la gente de tu pueblo.
    Y a tí Evelio,te necesitamos lleno de salud ya que con tu lucha sabe lo que vale la democracia.

    Manito

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  4. Saludos!!!! Soy sobrino de Ledesma Colón y quisiera saber como puedo ponerme en contacto con Robinson Fernandez, el cual fué la ultima persona que estaba con Ledesma. Mi correo es hbcc.colon@gmail.com y mi teléfono es 829-770-5970. Seria de gran ayuda ya que sus tres hermanos diguen con vida y quisieran saber mas de sus ultimos días!!!

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  5. Saludos!!! Mi nombre es Hector Colón, soy sobrino de Ledesma Colón, quisiera ponerme en contacto con Robinson, ya que los 3 hermanos de Ledesma están vivos y quisieran saber como fueron sus últimos dias. Mi email es. hbcc.colon@gmail.com y mi teléfono es 829-770-5970 gracias

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