Pensamiento Lírico
Por Narcisa Ferreira
Desde un oscuro rincón
Que ocupaba en el café
Observé tras el cristal
Del más antiguo lugar
El ir y venir de todos
Comprando para llevar
Los juguetes y regalos
Que habrían de disfrutar
En medio de tanta gente
Con sus abrigos de piel
Ostentando oropeles
Y con olor a Chanel
Tras las flamas de un brasero
Un labrador se encontraba
Asando negras castañas
Con anhelos de vender
¡Cómpreme unas poquitas!
A una mujer decía
¡Por favor compre castañas!
A otra le suplicaba
¡Esta noche es nochebuena!
¡Y a mi hijo he de llevar!
¡Algo que no sea castañas
Para que pueda cenar!
Con los zapatos gastados
Su raída vestimenta
Y con olor a resina
De las castañas que ardían
Se pasó toda la noche
en procura de vender
Unas castañas asadas
Que nadie quería comer
¡Compren castañas por Dios!
A todo mundo decía
¡Yo también tengo a mi niño
Al que le quiero llevar
Golosinas y avellanas
Y algún humilde regalo
Que pondré bajo su cama,
Cual harían los reyes magos!
El implorante buscaba
Algún cliente bondadoso
Que comprara sus castañas
Para poder invitar
En su cocina de adobe
Y sobre un fogón de cal
A su mujer y a su niño
Comer turrones y pan
La pavesa fue arropando
Los leños que ya no ardían
Y en el costal que llenaba
Con las castañas asadas
Vertió toda la tristeza
Que a su alma desguazaba
Abandonando el lugar
Con la ilusión destrozada
Lo vi caminar muy lento
Cuando de allí se alejaba
Con su pobre vestimenta
Tiznada por las castañas
Y en alucinante escena
Pude observar que una luz
Lo envolvió dentro de su haz
Con la forma de una cruz
Pasaron años y nunca
Volví a ver a ese asador
Pero siempre en navidades
Y en aquel mismo lugar
Otro humilde vendedor
Ocupaba aquella esquina
En procura de vender
Castañas o golosinas
Estas letras que escribí en España, en el escenario descrito, las envío a MECC, como un humilde regalo a todos los MECCianos románticos y sentimentales que comparten estos pensamientos líricos que no son más que el intento de poner en palabras esa parte privativa e íntima de mi propio yo, sin que necesariamente sea un poema.
Isaías, gracias por creer en mí y publicarme.
Un abrazo para todos: Narcy…
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