martes, 26 de marzo de 2013

MEDICINA ALTERNATIVA

CÓMO FORTALECER NUESTRAS DEFENSAS ORGÁNICAS
Por Nelson Rodríguez Martínez (Cuqui)

El autor es Ing. Agrónomo, profesor universitario y presidente fundador de N.R. Bienestar, S.R.L., compañía dedicada a la producción y venta de productos medicinales naturales

El sistema inmunitario es nuestra salvaguarda en la relación que tenemos con el medio ambiente; si la persona está sana y se desempeña con vigor, puede entrar en contacto con gérmenes patógenos y no padecer infecciones, con alergenos y no tener reacciones alérgicas y con cancerígenos y no enfermar de cáncer.

Un sistema inmunitario sano es la piedra angular de una buena salud; ahora bien, los problemas que presentan generalmente son de dos tipos: subactividad, que predispone a infecciones y el cáncer, y sobreactividad, que provoca alergias y enfermedades autoinmunes. Si bien la aparición del SIDA nos ha hecho tomar conciencia de la inmunidad y sus deficiencias, la mayoría de las personas no parecen tener claro lo que es el sistema inmunitario. Muchas veces oímos hablar de “ sistema autoinmune”; eso no existe, porque la inmunidad es un proceso morboso por el cual el sistema inmunitario ataca los tejidos del propio cuerpo. Los motivos de que no sea fácil entender este sistema son varios.

En primer lugar, solo hace unos años que se le reconoció como una unidad funcional del cuerpo. Es aleccionador pensar que la medicina moderna consideraba afuncionales muchos órganos del sistema inmunitario, lo que les permitía a los cirujanos extirparlos tranquilamente. Así pues, nuestra medicina ha extirpado o destruido incontables amígdalas, adenoides, apéndices, timos y bazos , en la creencia de que estas estructuras eran inútiles, indignas del espacio que ocupaban.

En segundo lugar, los componentes del sistema inmunitario no están unidos y ordenados de una forma clara, que permita imaginarse el conjunto, como en el caso del aparato digestivo o del sistema vascular. Y por último, el funcionamiento del sistema inmunitario es enormemente complicado.

El sistema inmunitario comprende las amígdalas, las adenoides, el timo, los ganglios linfáticos, la médula ósea, los glóbulos blancos y otras células que salen de los vasos sanguíneos y migran por los tejidos y la circulación linfática, el bazo, el apéndice y los trozos del tejido linfoide del tracto intestinal.

El trabajo esencial de este sistema consiste en distinguir lo propio de lo ajeno o extraño, reconocer y actuar debidamente contra cualquier material que no deba estar en el cuerpo, entre ellos los componentes anormales y dañados. Sabe buscar y destruir, por ejemplo, los gérmenes de enfermedades y las células infectadas por gérmenes, así como identificar y aniquilar células tumorales.

Para decidir qué pertenece y qué no al cuerpo, el sistema inmunitario presta especial atención a los detalles de la química de las proteínas, porque de todas las moléculas que forman los organismos vivos las proteínas son las más características y especializadas. Al igual que el sistema nervioso, el inmunitario es capaz de aprender. Analiza sus experiencias, las recuerda y las transmite a las futuras generaciones de células.

Numerosos estudios han demostrado que la salud depende en gran parte al estilo de vida de cada persona. Por ello, cuidar nuestros hábitos y evitar algunas sustancias puede ser una forma sencilla y muy eficaz de reforzarlas y ganar vitalidad. Para eso les traigo algunos consejos que podrían servirles de guía:

Seguir una dieta sana

En términos generales debemos consumir menos proteínas que las que contiene la actual dieta occidental, reducir el consumo de grasas de procedencia animal, y aprovechar más las frutas y las verduras, sobretodo, de origen biológico. Cuando el sistema inmunitario está alterado, como en el caso de una persona que padezca de repetida gripe, el simple hecho de reducir el consumo de leche de vaca puede mejorar su salud.

Remedios naturales contra catarros leve

Evidentemente, si una persona está afectada por una bronconeumonía doble, lo más prudente sería tomar un antibiótico específico, bien escogido. Pero no sucede así en caso de un ligero catarro, pues de esta manera lo único que se consigue es seleccionar cepas bacterianas cada vez más resistentes y virulentas, con lo que disminuimos el valor terapéutico de los antibióticos y la capacidad del cuerpo para curarse por sí mismo.

Tomar antioxidantes

Estos benefactores compuestos neutralizan a los perjudiciales radicales libres que se forman en el interior del organismo. Se encuentran presentes en la fruta y la verdura, siendo la uva el alimento más rico. En caso de padecer una alteración del sistema inmunitario, es bueno facilitárselos generosamente al organismo. Los más eficaces son los carotenos (presentes en las frutas y verduras amarillas, naranjas y rojas), la vitamina E (aceite de germen de trigo), el selenio (cereales integrales) y la vitamina C. Todos ellos se encuentran en forma de comprimidos, pero las partes nunca equivalen al todo, de manera que es más prudente tomar los alimentos que los contienen que abusar de pastillas que los concentran.

Evitar la exposición a sustancias químicas

La sacarina, el tabaco, las dioxinas, las drogas recreativas, los disolventes, de uso doméstico e industrial, etc., perjudican de forma directa y selectiva al sistema inmunitario. Por eso, conviene evitar el contacto con esas sustancias.

No sobrecargar el sistema inmunitario

Nuestras defensas pueden combatir una ligera infección sin que apenas lo percibamos. Pero cuando tienen mucho “trabajo pendiente”, ese exceso de tarea hace que se debiliten.

La acumulación de gérmenes en las encías por mala higiene dental, las cistitis frecuentes por un bloqueo energético de la pelvis, o las faringitis crónicas a causa de una extracción apresurada de las amígdalas generan un exceso de trabajo que puede fatigar excesivamente nuestras defensas.

Ejercicio regular y trabajar las emociones

Está demostrado que la práctica regular de ejercicio, siempre que sea moderado, estimula las defensas y eleva el ánimo. En cambio, la aflicción o la rabia no expresadas, perjudican al sistema inmunitario. Sé consciente de tus sentimientos e intenta expresarlos exteriormente. De la misma manera que la depresión puede debilitar el sistema inmune, el amor lo puede fortalecer. Usa tu energía para generar un estado emocional positivo y la negatividad desaparecerá por sí sola.

Aliados del sistema inmunitario

Podemos estimular nuestras defensas proporcionando al organismo las sustancias adecuadas para fortalecer el sistema inmunitario, ya sea en forma de infusiones o decocciones, jugos naturales, como alimentos frescos o en suplementos dietéticos, aprovechando al máximo los recursos que nos oferta la naturaleza para enfrentar con eficiencia los trastornos y las disfunciones orgánicas.

Para el efecto y por fortuna, la Fitoterapia dispone de recursos naturales herbarios y alimenticios que benefician notoriamente nuestras defensas orgánicas, como sucede con los cítricos (limón, naranja, toronja, mandarina), el ajo, cebolla, equinácea, hongos, crucíferas (repollo, brócoli, rábano, col de bruselas, berro, entre otros), frutales en general, almendras y nueces, cereales integrales y hortalizas.

Además, se dispone de múltiples y variadas plantas importantes que debemos tomar en consideración, como sucede con el Té verde, ginkgo biloba, tomillo, ginseng, saúco, orégano, jengibre, salvia, entre otras de gran significación.

El yogur juega un papel importante en el fortalecimiento del sistema inmunológico, debido a que las bacterias presentes equilibran la flora bacteriana intestinal.

Así mismo, la jalea real es uno de los mejores tónicos para el organismo por su elevado valor nutricional, ya que posee complejos enzimáticos y una sustancia antibacteriana que la convierten en un remedio de primer orden para reforzar el sistema inmunitario.

No debemos pasar por alto la importancia que revisten ciertas sustancias químicas de los alimentos que estimulan la inmunidad, tales como los betacarotenos, encontrados en la zanahoria, espinaca, auyama, repollo, batata; vitamina C, presente en cítricos, espinaca, la cereza, guayaba, mango, kiwi, y otros frutos y vegetales; vitamina E , contenida en nueces, germen de trigo y en aceites vegetales; zinc, cuya fuente podemos encontrarla en los mariscos, semillas de auyama, nueces, almendras y en cereales.

No tome antibióticos indiscriminadamente

Siempre que el sistema inmunitario logra derrotar una infección, sale de esta experiencia más reforzado y capacitado para enfrentarse a amenazas similares en el futuro, puesto que nuestra competencia se desarrolla en el combate. Por eso, si a la primera señal de infección usted se precipita a tomar antibióticos, no le da la oportunidad a su sistema inmunitario de ponerse a prueba y fortalecerse. Existen métodos menos drásticos que se pueden probar primero con las infecciones corrientes.

Los antibióticos son medicamentos potentes que hay que preservar para situaciones que los exijan, como por ejemplo, cuando el sistema inmunitario no es capaz de detener una infección bacteriana o cuando una infección bacteriana se asienta en un órgano vital como el corazón, los pulmones o el cerebro.

Otro motivo de peso para ser precavido con el uso de los antibióticos es la posibilidad en que incurrimos de generar selectivamente nuevas cepas de bacterias más virulentas y resistente a los antibióticos, por consecuencia, debilitando la inmunidad, y más cuanto, se utilizan con frecuencia.

Evite exponerse a radiaciones

La radiación supone un gran peligro para el sistema inmunitario, por lo usted debe tener sumo cuidado al someterse a tratamientos de radioterapia dirigidos a la cabeza, cuello o pecho.

La glándula Timo, situada detrás del esternón, es muy vulnerable. Si alguna vez tiene que someterse a radioterapia, insista en que le protejan esa zona, y si el terapeuta se niega hacerlo, rechace el tratamiento. Son muchos los médicos que continúan creyendo que el Timo no cumple ninguna función en la edad adulta; pues se equivocan, la tiene, ya que forma parte del sistema inmunitario.

De usted requerir mayor información sobre este tema, podrá encontrarla en mis escritos en MEEC , relacionados sobre el peligro de los rayos X.

Evite la grasa

Consuma poca grasa, porque en exceso y en particular del tipo equivocado desvitaliza y entorpece el sistema inmunitario. Las pruebas obtenidas en seres humanos, demuestran que el exceso de grasa suprime la actividad de las células asesinas naturales encargadas de patrullar el organismo en busca de los radicales libres y las células cancerosas, impidiendo que se atrincheren en algún sitio.

La vitalidad del sistema inmunitario también depende del tipo de grasa. El aceite de pescado (contiene ácidos grasos Omega 3) ayuda a mejorar la inmunidad, como igual sucede con los aceites vegetales prensados en frío, específicamente, el de oliva, soya, colza, almendra, canola y de lino, entre otros. También, otras fuentes de Omega 3, son el salmón, las sardinas, arenque y la verdolaga.

Diversos estudios confirman que estos ácidos protegen contra las enfermedades autoinmunes, como el Lupus o la Artritis Reumatoide (enfermedades que por error el sistema inmunitario ataca los tejidos de su propio cuerpo ), y, al disminuir la hipercoagulabilidad de la sangre, evitan la Trombosis y los Infartos al Miocardio.

Las peores grasas (contienen Omega 6) son las que predominan en los aceites de maíz, cártamo, coco, girasol y de palma africana, debido a que al consumirlas en gran cantidad, alteran el normal funcionamiento del sistema inmunitario, inhibiendo la formación de linfocitos (glóbulos blancos), causando un bloqueo parcial de las defensas orgánicas. Además, las grasas del tipo Omega 6, tienden a oxidarse (enranciarse) con mayor rapidez, formando radicales de oxígeno libre que atacan a las células inmunes.

Espero que estas informaciones y sugerencias puedan servirles de alternativas viables y, a su vez, les permitan disponer de mejores criterios para equilibrar con eficiencia el uso apropiado de su arsenal alimenticio, en procura de fortalecer sus defensas orgánicas y, por ende, asegurar una pletórica salud y anhelado bienestar.

3 comentarios:

  1. Tremendo y útil trabajo, mi querido Rodríguez Martínez. Debiera ser lectura obligatoria para todos. Gracias, Cuqui.
    Isaías

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  2. ¡¡Que artículo tan brillante, útil y necesario para todos nosotros!!

    "La salud depende en gran parte del estilo de vida de cada persona. Por ello, cuidar nuestros hábitos y evitar algunas sustancias puede ser una forma sencilla y muy eficaz de reforzarlas y ganar vitalidad". Gran verdad que nos insta a cambiar nuestro estilo de vida y eliminar los malos hábitos.

    Gracias hermanazo por estas sabias orientaciones en pro de la salud y bienestar de todos los MEECianos y, ¿Por qué no? .... de la humanidad. Usted se ha constituido en El Guardian de nuestra salud por medios naturales.

    Aprecio y cariño del bueno para usted y familia. Con deferencia,

    Diómedes Rodríguez

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  3. Agradezco en mucho la gentileza de mi estimado amigo Isaías y mi queridísimo hermano Diómedes, al expresar su convicción de lo beneficioso que resulta conocer algunos aspectos fundamentales sobre la defensa orgánica, sus peculiaridades y cómo debemos fortalecerla y preservarla, para nuestro propio bienestar.

    Me parece que muchas disfunciones orgánicas y ciertas enfermedades no tuvieran la razón de suceder, si conociéramos a cabalidad el enorme esfuerzo que realiza nuestro cuerpo para defenderse de elementos extraños.

    Con reiterados afectos,... Cuqui Rodríguez Martínez.

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