LA MINA DE JOCHY

OJO CON LA BARRICK GOLD
Por Jochy Reyes

La vida es un transcurrir de acontecimientos, que nos va dejando enseñanzas importantísimas, depende de nosotros asimilarlas, o no. Diómedes Rodríguez escribió hace poco sobre la importancia de aprender de los errores, como precaución para no volver a cometerlos. Nuestra Historia ha sido tan prolífera en acontecimientos, que de haberlos asimilado hoy fuéramos uno de los países con mayor índice de desarrollo en el mundo.

Voy a empezar por el primer empréstito que hizo el país, y las consecuencias del mismo.

En el año 1869, último gobierno de Buenaventura Báez y sabiendo este que no volvería a ser presidente, embargó el país con un préstamo a la compañía británica Hartmond, por 420,000 libras esterlinas, en términos extremadamente onerosos; el gobierno solo recibiría 320,000 ya que debía de pagar al prestatario una comisión de 100,000 libras esterlinas. Pero todo no queda ahí, sino que, durante 24 años tenía que pagar 58,900 por año; lo que si multiplicamos vemos que de 320,000 recibido, los dominicanos terminaríamos pagando la suma de 1,413,600. Lo peor de todo es que este ladrón de Báez salió huyendo con todo el dinero, dejándonos embargados.

Para seguir la fiesta, en 1888 el gobierno de Lilís negoció otro préstamo, esta vez con la compañía Holandesa Westendorp, que no fue menos exigente, y dos años después acordó otro préstamo con la misma compañía. Para 1892 ya el país se encontraba aplastado por todos estos empréstitos inescrupulosos, y estas fueron las consecuencias: los Estados Unidos, quien ya había puesto sus ojos en los países del Caribe haciendo valer según ellos la famosa doctrina Monroe y, a través de la Santo Domingo Improvement Company, de Nueva York, adquiere la Westendorp, y por ende sus acreencias.

Cinco años después, señalando que el gobierno de Heureaux no les ofrecía ninguna garantía solvente, puso en circulación una nueva emisión de valores. Ya para 1903, después de muerto Lilís, el gobierno de los Estados Unidos obliga al gobierno Dominicano presidido por el general Horacio Vásquez, a firmar un protocolo en el que el gobierno se comprometía a pagar a la Santo Domingo Improvement Company la suma de 4,500,000 dólares, y de no cumplir con los pagos seria intervenida la aduana de puerto plata, ¿y quién era el encargado de fiscalizar estos?, pues nada mas, que John Abbott de la propia Santo Domingo Improvement, y como era de esperarse, en septiembre del 1904, en el gobierno de Carlos Morales Languasco fue intervenida dicha aduana aduciendo incumplimiento en el pago.

Luego, en el año 1906, ya en el poder el general Ramón Cáceres, vuelven a obligar al gobierno a firmar otro protocolo, esta vez cediendo el control de todas las aduanas del país. Hubo un periodo de relativa calma hasta el año 1911, cuando matan al presidente Cáceres; después de ahí, viene otro periodo de inestabilidad donde se sucedieron seis presidentes en cuatro años, motivo suficiente que necesitaba la hiena que ya se encontraba al acecho. Entonces, el 29 de noviembre de 1916, el Capitán H.S. Knapp de los EE.UU. lanza la famosa proclama anunciando la intervención y ocupación con tropas de nuestro país, y digo con tropas porque desde que nos fuimos endeudando e intervino la Santo Domingo Improvement Company of new york, el muñeco ya se había empezado a armar.(1)

Es por este motivo que quiero llamar la atención sobre la Barrick Gold, una compañía tan funesta, o quizás más peligrosa que la Improvement, por los tentáculos que tiene.

Con sede en Canadá, maneja más de 27 minas desde Australia, hasta EE.UU., Perú, Chile, Argentina y República Dominicana, y en todos estos países, (a excepción de los EE.UU., ¿por qué será?) han tenido graves problemas por el daño producido en el medio ambiente de dichos países. Hay una película documental "CIELO ABIERTO", dirigida por el cineasta Carlos Ruiz, que narra las luchas de resistencia de los pueblos de FAMATINA y CHILECITO, dos comunidades en el norte de Argentina cuya fuente de ingreso es el turismo y donde estos depredadores del medio ambiente estaban acabando con la fauna de esos lugares, dañando el eco sistema. Y gracias a la lucha de resistencia de sus pobladores el gobierno Argentino tuvo que intervenir rescindiéndole el contrato.

Pero en nuestro país, las cosas han llegado más lejos, gracias al funesto Leonel Fernández, quien al igual que Buenaventura Báez, ya terminando su periodo, y en componenda con un congreso perverso, con fama de recibir dádivas, (seguro hubo que sacarle su buena tajada) renegocia un contrato que antes pertenecía a la PLACER DOME, para entregarle a estos delincuentes de cuellos sucios, un 97% de las ganancias por la explotación de nuestra mina de oro, y, ¡oh, coincidencia!, como la de nuestro bien recordado Majelo en Mao, aquí, al igual que en 1892, como pasó con la Improvement, también interviene la mano de otro personaje funesto en nuestra Historia reciente, me refiero al entonces Embajador de los EE.UU. en nuestro país Hans Hertell, a quien se vincula como parte interesada en el negocio. Y como si fuera su marca de identidad personal, igual que en Argentina con su explotación, la BARRICK GOLD está dañando las cuencas de los ríos adyacentes a PUEBLO VIEJO, COTUI, sin importarle las protestas y quejas de nuestros campesinos en el sentido de que se les está haciendo un daño irreparable a sus tierras, y matando su ganado, al beber el agua contaminada en los ríos del lugar.

Si a esto les sumamos los empréstitos, que en los últimos dos años han llevado al país a un déficit fiscal que saltó de $22,000,000 a $2,000,000,000 de dólares, entonces como decían nuestros abuelos “debemos de dormir como las guineas, con un ojo abierto y el otro cerrado".

Pero lo más indignante es la prepotencia con que se manejan estos truhanes. El presidente Dominicano actual los emplaza en la Asamblea Nacional y ante el país, a renegociar el contrato y las respuestas que recibe, ¡ATENCION PAÍS!, primero del embajador de Canadá, después del embajador de los EE.UU., y por último de la propia empresa delincuente, fue que "el gobierno debe de tener cuidado, porque si rompe el contrato les puede traer malas consecuencias". Eso en buen dominicano es una amenaza abierta, y que, ningún pueblo o gobierno soberano, que se respete como tal, puede pasar por alto. Ustedes dirán, que los tiempos de las intervenciones y los golpes de estado ya pasaron, pero no es así. ¿Qué tal Iraq, Afganistán, y no tan lejos, Honduras hace solo cinco años? El pueblo Dominicano debe de estar en pie de lucha, y grabar en su mente estas palabras: ¡OJO CON LA BARRICK GOLD!

(1) De hecho, con la intervención de las aduanas, ya éramos presas, y si bien la proclama de Knapp se hizo en Noviembre, la intervención militar había comenzado en mayo de 1916 bajo las órdenes del contralmirante William Banks Caperton. El pueblo maeño, que se vistió de gloria en la Barranquita el 3 de julio de 1916 peleando contra el invasor, está bien consciente de las consecuencias de la irresponsabilidad económica de los gobiernos de entonces. Valga decir que aunque las tropas norteamericanas se retiraron en 1924, bajo un tratado entre el gobierno dominicano y el norteamericano, los ingresos aduaneros permanecieron bajo la supervisión de los EE.UU. Dicho tratado fue oficialmente derogado en 1941.