martes, 17 de mayo de 2011

AFINANDO MI SAXOFÓN

MEDITANDO EN ALTA VOZ
Por Juan Colón

Cuando usamos la palabra “afinar”, en simples palabras significa poner el instrumento en forma donde se pueda tocar lo más cerca posible del sonido perfecto (440 vibraciones por segundo) que es Tocar Afinado.

Afinar un instrumento es bien “fácil” si la persona que lo afina es conocedora de los procesos que involucran afinarlo. Lo difícil es para el instrumentista tocar afinado. Los instrumentos de tacto, como también se le llama al piano, guitarra, bajo, tienen procedimientos muy diferentes al hecho de afinar un instrumento que implique el soplo del ser humano.

Los pianistas usan unas herramientas las cuales van temperando cada cuerda hasta llevarla al proceso de lograr 440 que es la velocidad de ondas de cómo se miden las vibraciones y a esto se le llama el Sonido Perfecto/Afinación Perfecta.

Por consiguiente, todos los instrumentos tienen que pasar por el proceso de ser afinados. Existen algunos que requieren más tiempo que otros pero usan el mismo procedimiento. Otros instrumentos se afinan usando otras notas como punto de partida: conga, tambora, timbales, etc.

El instrumento mas difícil de afinar es el ser humano, esto implica una serie de procedimientos que nada tienen que ver con el sonido mismo, pero si con la frecuencia vibratoria del alma, conectada al universo.

Afinar el alma humana implica primero que todo: Ser honesto con uno mismo para aceptar el porqué debe cambiar y buscar dentro de sí las herramientas que están a la disposición de todos los seres humanos.

Si logramos afinar nuestras almas, logramos arreglar nuestros problemas interiores independientemente de nuestro nivel de educación, lo cual no entra en la ecuación cuando se trata de procesos internos del ser humano.

Ser honesto, ser leal, ser íntegro, ser humilde, ser conciente de la necesidad de afinar el alma son herramientas básicas que todos tenemos sin excepción. Son cualidades intrínsecas inalienables en todo ser humano. No puede sacarlo usted de sí ni transferírselo a nadie.

Por lo que todos podemos afinar nuestras almas. En cambio, no podemos afinar la de nuestros hijos, amigos, compañeros, enemigos, etc. Cada uno debe afinar su propio instrumento para poder entonar correctamente las notas de la escala universal.

No podemos evadirlo aunque pretendamos callar la voz de nuestra conciencia con lujos, dinero, fama, posición social, etc.; de esa manera jamás nuestro sueño podrá ser placentero.

Nuestras sociedades han colapsado porque no han querido afinar sus instrumentos. La avaricia nos ha arropado y aunque usemos interminables disfraces, no vamos a poder tocar la sinfonía en su entonación correcta.

Hemos creído que todo lo podemos comprar con dinero. Le hemos puesto precio a la conciencia y tapones a nuestros oídos para no escuchar la voz tranquila y tenue que ronda nuestro sueño.

Nuestro país ha sucumbido a todo el proceso de afinar el alma. No nos importa qué instrumento toquemos. Hemos desterrado las herramientas y la hemos substituido por dinero, hemos hecho de esto el dios de nuestras vidas.

Muchos años atrás inicié el proceso de afinar mi alma. Jamás pensé lo doloroso que era hacerlo. Solo pensé que era una necesidad urgente el hacerlo. Había logrado calar posiciones envidiables dentro de mi profesión. Preparación profesional sin temor a quedarme sin trabajo. Con la capacidad y preparación humana para mantener en alto las defensas de mis derechos.

Me di cuenta que mi instrumento estaba afinado pero mi alma no lo estaba. Al pretender caminar y dormir tranquilo tenía que enfrentarme a mi mismo e iniciar el proceso de cambio interno. Es una batalla en la que nadie puede auxiliarte. Solo tú y la Divinidad pueden hacerlo. Ella te proporciona las herramientas pero no te obliga. Hasta te permite que pretenda ser quien no eres a los ojos de la sociedad y hasta pueda vivir una vida entera dejando de ser tú.

En ese proceso el triunfo mas pequeñito lo sientes y el universo se regocija, ahí sientes la fuerza para continuar. Proceso que nos dura la vida entera y apenas alcanzaremos a tocar en los últimos puestos de la gran orquesta del universo.

Es muy placentero, gratificante, cuando puedes sin temor, mirar de frente y sostenerle a un poderoso, a un famoso, a un rico, a un miserable, tu mirada.

Todos tenemos grandes derrotas, hechos bochornosos en nuestras vidas. Nadie tiene la potestad de juzgarnos ni sacarnos del lugar que tenemos. Es solamente el gran proceso de querer ser mejor ser humano. ¿Para Qué?, para poner un granito de arena en nuestra desgarrante sociedad.

Es para poder mirar de frente la impunidad, la corrupción, para que puedas ver como muchas personas tienen puestos públicos que no merecen y recibiendo salarios que deberían avergonzarse de ellos mismos, porque no devuelven nada de lo que tienen, no obstante se dicen llamar personas íntegras y serias.

Nuestro sistema judicial está corrompido –no solo nuestro país- casi en su totalidad. Vemos como juegan con nosotros con investigaciones y juicios donde son puros payasos, donde el instrumento no suena bien porque no han decidido empezar a afinarse. Su grado de impunidad los hace sentirse incontrolables y al mismo tiempo se consideran intocables.

Vemos como somos capaces de matar estando ebrios en una carretera y dejar a los muertos tirados en el medio sin importarles quien murió para luego salir con su cara muy limpia sabiendo que están libres porque compraron conciencia y justicia. Donde reina la impunidad esta se retroalimenta de ella misma para dar como resultando una orquesta sinfónica totalmente desafinada.

Si decidiéramos empezar a afinar nuestros instrumentos alcanzaríamos a ver un rayito de luz, pero no queremos hacerlo porque mientras mas te esfuerce por afinar tu instrumento mas se esfuerzan tus semejantes por hundirte y demostrarte que estás totalmente fuera de la orquesta. Sorprendido puedes preguntar, ¿cuál orquesta?, y te van a decir que la orquesta de la afinación correcta hace mucho tiempo comenzó su desintegración y solo quedan vestigios de algunos estúpidos como tú y yo.

Duele en el alma cuando no puedes tocar bien una nota de la escala universal y duele mucho mas cuando eres ignorado y hundido aun sin haber empezado a afinar tu instrumento.

Cuando logras comenzar a afinar tu instrumento, el resentimiento, el odio, los abusos, no tienen cabida y tus grandes errores tienen las puertas abiertas para salir a buscar a la persona herida y con la valentía que te da la vida misma poder mirarlos de frente y pronunciar una palabra que al mismo tiempo es una petición diciéndola desde el fondo de tu alma, PERDÓNAME, mi hijo, mi amigo, mi hermano, mi enemigo, quien sea. Tan pronto recibes ese perdón (aunque la persona no te lo otorgue, solo basta el Divino hablándote al oído) comienzas a sentir que se arregló una nota de tu instrumento y así sucesivamente se van arreglando las otras.

Es una tarea titánica porque el proceso duele mucho, encuentras personas que te humillan y por su elevado grado de soberbia se niegan a darte un perdón y ni siquiera a conversar contigo. Tienes que estar preparado para eso. Es parte de la afinación de tu instrumento.

Una de las partes hermosas de todo el proceso es que si le pides el perdón a alguien y te lo niega, no se desafina tu instrumento, sino el del otro porque está resistiendo la ley universal del amor y ya es su problema seguir así.

Nuestro peor enemigo para nuestro proceso es el Ego, nuestro enemigo número uno el cual se confunde muchísimo cuando usamos el disfraz de la humildad. La diferencia es muy sutil porque detrás de una cara presentando humildad se puede esconder un ente capaz de pulverizarte en un segundo y luego darte su bendición.

Mi instrumento no es mejor que el tuyo, tampoco lo es peor. Tenemos las mismas herramientas y oportunidades. La decisión de seguir afinándolo aunque muera sin un peso en los bolsillos es tuya. Un miserable puede estar lleno de dinero, de seguidores, de adulones, pero nunca de amigos verdaderos. Amigo es aquel que te da su hombro para que llores y usa sus manos para ayudar a levantarte.

Si en el proceso de afinar tu instrumento lograste reencontrar un amigo, entonces vas por el camino de entrar a formar parte de la gran orquesta universal. Pero a esa gran orquesta no se entra con payola, con salir en muchos programas de radio, de tv, de vender miles de copias, de fingir lo que no eres, con gritarle al mundo tan duro lo que eres que nadie pueda escucharte.

Ahí se puede entrar cuando te has despojado de lo que te hace creer que eres grande y te conviertes en un ser humano capaz de sonreírle a un hermoso amanecer, a un hermoso atardecer. Cuando eres capaz de echarte a un lado porque alguien siente que le eres estorbo para sus planes mezquinos de alcanzar la fama y el reconocimiento.

Viví una experiencia con un compañero que después de pasar años ayudándolo a ser mejor músico, a entrar a los estudios de grabación, sin saberlo me convertí en su enemigo mortal lo cual lo hizo obsesivo y su mayor anhelo era verme fuera de los estudios y de los combos. Creo que debe ser feliz porque hace muchos años decidí salir de ese medio.

Lo que se le olvidó a él y a todas aquellas personas que aceptaron sus calumnias para tomar mi lugar en un determinado combo que tocábamos fue que mi instrumento no estaba más interesado en tocar ahí, porque era el saxo que llevo en el alma el que quería afinar y no el que llevaba en las manos. Y que mis conocimientos nadie podía quitármelos porque habían sido herramientas que el universo me había otorgado para su uso.

Y menciono esto no por desahogarme o por despecho, sino como muestra de que mi corazón no alberga resentimientos, lo cual es una condición sine qua non para poder eliminar el ruido de fondo que pueda interferir con la afinación de tu instrumento.

He llevado mi instrumento con orgullo, con dignidad y hoy puedo mirar a mis hijos (mi gran tesoro), a mi compañera, a mis amigos íntimos, y mirarlos con la escala del alma porque puedo empezar a ensayar la sinfonía que me ha permitido vivir más de 60 años.

No pienso parar y mientras tenga un aliento de vida seguiré afinando mi instrumento por el bien propio y de nuestro país. Es nuestro legado. Desgarrar el alma por un mejor mañana.

¿Y tú?, te vas a decidir afinar tu instrumento. Hazlo, es la decisión más hermosa que pueda hacer un ser humano.

12 comentarios:

  1. Analizando bien la exposición de nuestro amigo Juan, en esta publicación, es la capacidad que tiene el ser humano de desarrollar y ver al mundo a través del oficio que cada uno desempeña en la vida. Juan los conjuga magistralmente. Pero no todo tienen esa virtud de ver la vida mediante su área de conocimiento, porque hay peloteros que son políticos y no tienen otro discurso que decirle a su rival que le va a correr por tercera, o un ganadero que dice que conseguirá votos por ganados. Se refiere mas bien a la parte del alma que toca este mensaje, con el ejercicio honestamente puro y ético.

    Muy bueno, felicidades, Juan.

    Saludos de, Ley S.

    ResponderBorrar
  2. Excelente meditación mi gran maestro y líder.
    Que nobleza de corazón y sentimientos de alma superior se conjugan en este gran mensaje de nuestro Juan Colon. La virtuosidad que le adornan no es solo la del excelente maestro de la música, sino la de un ser humano lleno de humildad, sapiencia, integridad, dotado de una gran sensibilidad social y una genuina preocupación por un mejor mañana para sus semejantes. Es tiempo de tocar la sinfonía de nuestras vidas con la afinación de nuestras almas!!
    Gracias del alma (primo Juan y lo digo con orgullo), la verdad es que me llego profundo, hasta el punto que le di un copy para leerlo y meditarlo junto a los míos.

    Con sentimientos de estima y cariño,

    Diómedes Rodríguez

    ResponderBorrar
  3. Sus palabras me llenan de orgullo y me dejan saber que nos hemos conectados en un lenguaje mas alla del saxo. Ustede me van hacer creerme escritor....jajajaja....solo traté esto como mi propia catarsis del alma. Gracias del alma Simé y Diómedes....es un gran compromiso porque Diómedes es un joven con demasiada sapiensia y conciencia. Gracias por su apoyo, lo valoro desde el fondo del alma.
    Abrazos...
    Su hermano,
    Juan Colon

    ResponderBorrar
  4. ¡Que mensaje tan bonito y tan profundo! El autor, nuestro gran amigo Juan Colón, con un enfoque muy original, respira paz, transpira paz y trasmite paz a quienes lo leen. Y para lograr esto, hay que estar en paz con uno mismo, haberse reconciliado consigo mismo, y que bueno, Juan, que lo hayas logrado. Te felicito y me alegro inmensamente.

    Un gran abrazo,

    Fernan Ferreira.

    ResponderBorrar
  5. Ayyy Juan, qué gusto leerte. Cuanta sabiduría, técnica, información, conocimiento y crecimiento abarca este texto sobre la afinación. Me encantaron las imagenes utilizadas y me quedo con la que refiere que el instrumento que deseabas afinar no era el que tenías en las manos sino el que llevas en tu alma. Poeta de la música y orgullo de mi país.

    ResponderBorrar
  6. Dr.Domingo Colon Rodriguez18 de mayo de 2011, 10:41 p.m.

    Querido hermano Juan en verdad que afinar el alma es tarea dificil en un mundo llenos de fariceos,de tartufos,de hipocritas,de mediocre,que solo vierten venenos,pero la razon con prudencia,paciencia y calma se logra un alma armonica y melodiosa con una afinacion perfecta.muy buen articulo,profundo para la reflexion y la meditacion.! Felicidades!

    ResponderBorrar
  7. Fernan,Marivell, Sime y Diómedes me van hacer creer que tengo venas de escritor....solo son vivencias del alma, vivir en paz es mi gran meta. Gracias mis adorados hermanos por ser tan especiales en mi vida.

    Abrazos del alma...
    Sinceramente,
    Juan Colon

    ResponderBorrar
  8. Don Juan Colon.

    Lo de Don Juan, por la "bazuka"de meditación que has parido.Ademas de virtuoso, eres enjundioso, "afinoso" y sobre todas las cosas,cuanto aliento de vida en una alma como la tuya.

    Será referente de consulta para mi. Salud hermano.

    Evelio Martinez

    ResponderBorrar
  9. Mi gran Evelio....No tengo palabras para expresarte como me siento.....viniendo de un alma como la tuya y una pluma regia como eres.
    Abrazo tu ser....
    Tu hermano,


    Juan Colon

    ResponderBorrar
  10. Juan Colón: Estaba atormentado al no poder hacer mi comentario sobre tu volcadura con el alma.Valoraste las cosas buenas que la vida nos ofrece y el mal uso que les damos y eso movió en tí orientarnos con tu desahogo que a motivado perseguir esa afinación 440,que aunque no se obtenga,lo importante es seguir tratando de conseguirla.
    Gracias hermano,soy de tu línea.

    Abrazos
    Manito

    ResponderBorrar
  11. Juan espero que el corazon no le pase de moda.Felix Pena fepena@gmail.com

    ResponderBorrar
  12. Gracias a mi hermano Domingo por su gran apoyo, tambien extensivo a Manito y Félix Peña,,,,su gran coraje en comunicarnos a traves del alma nos hace ver que la afinación no solo es algo mio, sino de todos....Abrazos...

    Sinceramente los quiero muchisimo,

    Juan Colon

    ResponderBorrar

Haga su comentario bajo la etiqueta de Anónimo, pero ponga su nombre y su dirección de email al final del mismo: NO SE PUBLICARÁN COMENTARIOS SIN NOMBRE Y SIN DIRECCIÓN DE EMAIL. Los comentarios ofensivos y que se consideren inapropiados, tampoco serán publicados.
El administrador