miércoles, 30 de enero de 2013

MORDISCO DE NOSTALGIA

NATALIE

¡Diablos Isaías, tú eres un león!, poner al mismo tiempo en MEEC las dos versiones de Natalie, es como para abrirse las venas. ¡No hagas eso! Tú tienes que entender que hay canciones que nos pertenecen como hay libros y películas y recuerdos. Que son tan nuestras como los juegos, los amigos, la familia, los amores, los lugares, los olores, las comidas, la gente, las cosas. Estas dos Natalies son mías, son tuyas, son de todos, como lo fueron en su momento: el Samoa Bar, el Teatro Jaragua, el Parque Amado Franco Bidó con glorieta y conciertos incluidos. Natalies tan nuestras como lo fueron el Balneario, el Charco de los Indios, el Canal Mayor, la Zanja Bogaert, la Caída, el Club Juvenil, el play Pucho Marrero, el Santo de Hatico, el Salón Parroquial, la Primaria Juan Isidro Pérez, el Liceo Eugenio Deschamps, el batón ballet, con Denys alzando la punta el pie hasta donde no veíamos, el Hotel Cahoba, la casa de madera de la familia Madera, el Padre Franco, el Padre Disla, Doña Camelia, el Sr, García, Andrés Ramos y su Algebra de Baldor, Arturo Peña y la "artura y la hipotenusa de sus triángulos", Lavinia antes de que lloviera mucho, la fortaleza Benito Monción, las procesiones, los carnavales (con el hombre ovejo prendío en candela, las “roba la gallina” y Mano, el lechón “cuajao”), las navidades con sus mañanitas, sus arandelas y su fríito, "el melao" de Mejoral, las semanas santas (santas de verdad-verdad), las "veladas" de los viernes, los "velorios" de cualquier día (para eso no hay fecha), el Cine Elda y su pantalla en Cinemascope, las patronales de la Santa Cruz con sus palos encebados, corridas de sacos y de bicicletas, la Farmacia Bogaert (no por las medicinas sino porque allí vendían los muñequitos), la Finca Bogaert (La familia Bogaert era la aristocracia del pueblo), la Grenada Company (un pedazo del imperialismo entre nuestras narices), el Cerro Melón, el Cerro de los Helicópteros de Sibila, el Cerro de Marino, el Club Quisqueya, la gallera de los galleros, el Coliseo Jacas Especial, el "Bombillo Rojo" (que nunca conocí), Los Cambrones, Las Trescientas, El Rincón, Hatico, La Guarida, Los Cajuiles, La Barra El Polo, El Colonial, El Jimenoa, La Boruga de Don Pepe, la tienda de Doña Dalinda, Fello Buy Buy, Tango y la de Don Vitalino casi llegando a La Opera, la biblioteca municipal, el mercado, Radio Mao, Radio Santa Cruz con Guarionex Aquino el artista, Bubula, los atardeceres más bellos, los amaneceres llenos de tractores y de gentes para los conucos, nuestros personajes, héroes, peloteros, boxeadores, músicos, munícipes, comerciantes, parceleros, bananeros, arroceros, ganaderos, tabaqueros, reinas de belleza. Nuestros médicos (pienso en el Dr. Moya, Guarionex Flores, Fello Rodríguez, Charlie Manzueta, Ramoncito Reyes, Papi Chávez, el Dr. Peña Andújar y otros que ahora no recuerdo). Natalies tan dulces como los que vendía Tatá en una bandeja o los caramelos de Doña Consuelo, las barquillas de Delfín, los helados de Yuyú Reyes, los chocolates-trópico (mejores que los del Café Pushkin). Natalies tan sabrosas como los quipes de Ninín Santana, las galletas de José Disla y Mallía, y los mabíes-cacheos de ya no me acuerdo. Esas dos Natalies se parecen a todo eso y a otras muchas cosas queridas.
Me encantaba la "Natalie" de los Hermanos Arriagada porque tenía un sabor medio izquierdoso, medio afrancesado. Hablaba de la Plaza Roja, de Moscú, de la Revolución de Octubre, de los llanos de Ucrania y de Lenín, en un tiempo en que todo lo soviético sonaba a guerra fría. Recuerdo a Bonillita, comentarista radial de derecha, cuando salió la "Natalie" de Los Arriagada dijo en su programa lo siguiente: "Ya los comunistas del patio tienen su canción...Natalie, pero nosotros los cristianos también tenemos la nuestra... De Colores". ¡Qué pobreza de pensamiento! Cuánta falta de imaginación. Más los años pasaron, también las ideologías, e igual que a los cantantes chilenos..."muy vacía se quedó mi vida cuando se fue Natalie".

La otra Natalie que nos encandilara (la de Julio Iglesias), llegó más tarde, cuando andábamos con los versos de Neruda entre los bolsillos y el pensamiento puesto muy platónicamente en las evas que se sentaban dos pupitres a la derecha y dos pupitres a la izquierda. Natalie..."en la distancia tu recuerdo vive en mí/ yo que fui tu amor del alma y a tu vida tanto di/ ¿Qué será de ti?/ ¿Dónde estás que ya a mi atardecer ya no has vuelto más?/ ¿quién te cuidará, vivirá por ti?/ ¿quién te esperará Natalie?". Preguntas sin respuestas, canciones, recuerdos, naderías, formas de perder el tiempo. También perdí la oportunidad de llamar a mi hija... Natalie.

Isaías, no vuelvas a poner esas canciones, ya uno tiene barriga, ácido úrico y colesterol en las arterias. Evítanos un infarto. Mejor cuelga en tu blog canciones de ahora que son más románticas y hermosas, ¿Que te parecen: el Cucu, el baile del perrito, la gasolina, la danza Kuduro o el gato volador? (Ironías de un irónico).

César Brea

6 comentarios:

  1. Ahora, cójalo suave CEBRETI, nada de abrir venas ni ocho cuartos.
    Buena narración. Gracias.
    Isaías

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  2. Comencé a leer esto y me fui emocionando. Pensé que quien escribía era como una especie de suáper Maeño que anduvo por todos los rincones del pueblo junto a todos sus barrios. Al terminar la lectura, me asombro al ver el autor, que como muchos, hay canciones que le repercutieron en su cuerpo como un terremoto.

    Gracias Cesar por hacernos sentir las replicas.

    Afectos de Ley S.

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  3. Querido César: Hasta hoy abro tu "Natalie", porque estuve sin computadora debido a un alto voltage en mi casa. Lo he gozado y sufrido al mismo tiempo. Gozado por haber tenido el privilegio de disfrutarlo (pero igual que tú, menos el bombillo), y sufrido por "el dolor de ya no ser". Con tu venia lo voy a copiar para que no se me olviden todos esos "lugares, personas, aromas cosas..." Hermoso escrito. ¿Cuándo te vas a animar a publicar tus vivencias? Son maravillosas.
    Un abrazo.
    Lavinia Del Villar.

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  4. Braaaaavo, Diablaaaazo, que forma de escribir tan elocuente, tan envolvente, romántica y, por qué no?, nostálgica y sentimental, sobre todo para nosotros los que vivimos intensa y felizmente esa epoca recién pasada. Le reitero apreciado César que soy un admirador de sus escritos y que me siento altamente honrado de ser su compueblano. Honor a quien honor merece...

    Con sentimientos de aprecio y alta estima,

    Diómedes Rodríguez

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  5. Mi hermano Cesar,todavía estoy gozando,tu desgloce de mi pueblo,que tambien es el tuyo,pero que ya no es nuestro pueblo,tiene cosas extrañas. Fuiste tan justo que preferiste no mencionar de Natalie "le champ ce elisee"los campos Eliseos"en mi mal escrito francés y no olvidar los quipes de Ninin Santana, mi mamá . Hiciste un desnudo de aquel Mao sano,pobre pero se gozaba con nuestra inocencia.
    Lamento mucho que Lavinia y tú, aunque mayores, no tuvieran la suerte que tuve de conocer el "bombillo rojo"(por accidente).

    Ah,se me olvidaba darte un saludo de parte de "Gueso" con su moderna maquinita peladora de naranjas ubicado próximo al Obelisco al lado del parque de Vale Toño.

    Sensacional Cesar Brea !!

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  6. ¡Bárbaro, mi amigo César!/que tremenda narrativa/para recordar esos nombres…/oh, que bendita memoria/por tanto sería injusto/pedirte que te acordaras/de la barrita de Quin/y del cine El Jardín/del correo en la Duarte/de los helados en palitos de Yuyú, y compartes.
    De las melcochas y caramelos/que vendían a dos por chele/del carrito de barquillas/con su rústica ruleta/donde por cada compra/probábamos nuestra suerte.
    Qué lástima, querido amigo/que tuvimos que emigrar/y dejar a nuestro pueblo/a otras generaciones/que no conocen sus mártires y mucho menos su historia/no saben quién fue Milet/Mon Ramírez o Piculín/Reyito, Fulvio Felipe, tampoco Yoryi Morel/que ofrendaron sus vidas, sin esperar nada a cambio/…y del 14 de Junio, qué?/no son los mismos valores/… ni los mismos ideales.
    Nuestros héroes deportivos/deambulan por las calles/…o han muerto en la indigencia/Lelé Rivas, Hugo Lino, Mario Elvis y Archibaldo/Chaquito, Ramón Castillo, Pitifia y Pepeguén/Polín Jiménez y el Cojito de Timá/el gran Cuchara o Lilí, Ley Simé y otros tantos/ya no son la diferencia/porque ya nadie se acuerda/de aquellas grandes proezas/que escribieron con orgullo/en base a sus destrezas.

    Fernan Ferreira

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