sábado, 5 de enero de 2013
BUSCANDO NIVEL
MEDICINAS FALSIFICADAS EN EL PAÍS
Por Fernando Rodríguez Céspedes
Se necesita ser un monstruo de maldad y perversidad para fabricar o comercializar medicamentos falsificados atentando contra la vida y la salud de miles de enfermos que a veces tienen que dejar de comer para comprar medicinas que en vez de curarlos, los pueden llevar a la muerte.
Como actividad criminal, la fabricación o comercialización de productos medicinales falsos, es peor que el tráfico o consumo de drogas puesto que quienes entran a ese tenebroso mundo lo hacen, generalmente por su cuenta a sabiendas de las consecuencias a las que se exponen.
Por el contrario, quienes consumen medicamentos falsificados o vencidos, son víctimas dobles de los inescrupulosos que los engañan y ponen en riesgo sus vidas para hacerse de unos millones más, protegidos por un inexplicable silencio y falta de acción de las autoridades correspondientes.
Y digo inexplicable, porque además de todos los males que conlleva la fabricación y comercialización de fármacos en contra de quienes los consumen, la práctica también perjudica la sana competencia, viola el derecho de propiedad industrial y las recaudaciones que debiera recibir el Estado.
En ese sentido, la eficiente directora de ProConsumidor, licenciada Altagracia Paulino pidió públicamente al Congreso Nacional que legisle para criminalizar esa malsana actividad junto a la venta de alimentos vencidos, alarmada por los niveles alcanzados por ambas prácticas.
En una mesa redonda sobre el tema de los medicamentos falsos, la Fundación Dominicana Compite, dio a conocer que la República Dominicana ocupa el segundo lugar en el mundo en este tipo de delito que mueve, anualmente, $1,300 millones de pesos en el país.
Dada la gravedad de la situación por los niveles alcanzados y el riesgo a que se expone nuestra población, se hace impostergable que ProConsumidor, el Ministerio de Salud, Industria y Comercio, ARAPF y todos los sectores que tienen que ver con la salud del pueblo, se unan en una jornada sin treguas hasta acabar con esos crímenes de lesa humanidad.
Por Fernando Rodríguez Céspedes
Se necesita ser un monstruo de maldad y perversidad para fabricar o comercializar medicamentos falsificados atentando contra la vida y la salud de miles de enfermos que a veces tienen que dejar de comer para comprar medicinas que en vez de curarlos, los pueden llevar a la muerte.
Como actividad criminal, la fabricación o comercialización de productos medicinales falsos, es peor que el tráfico o consumo de drogas puesto que quienes entran a ese tenebroso mundo lo hacen, generalmente por su cuenta a sabiendas de las consecuencias a las que se exponen.
Por el contrario, quienes consumen medicamentos falsificados o vencidos, son víctimas dobles de los inescrupulosos que los engañan y ponen en riesgo sus vidas para hacerse de unos millones más, protegidos por un inexplicable silencio y falta de acción de las autoridades correspondientes.
Y digo inexplicable, porque además de todos los males que conlleva la fabricación y comercialización de fármacos en contra de quienes los consumen, la práctica también perjudica la sana competencia, viola el derecho de propiedad industrial y las recaudaciones que debiera recibir el Estado.
En ese sentido, la eficiente directora de ProConsumidor, licenciada Altagracia Paulino pidió públicamente al Congreso Nacional que legisle para criminalizar esa malsana actividad junto a la venta de alimentos vencidos, alarmada por los niveles alcanzados por ambas prácticas.
En una mesa redonda sobre el tema de los medicamentos falsos, la Fundación Dominicana Compite, dio a conocer que la República Dominicana ocupa el segundo lugar en el mundo en este tipo de delito que mueve, anualmente, $1,300 millones de pesos en el país.
Dada la gravedad de la situación por los niveles alcanzados y el riesgo a que se expone nuestra población, se hace impostergable que ProConsumidor, el Ministerio de Salud, Industria y Comercio, ARAPF y todos los sectores que tienen que ver con la salud del pueblo, se unan en una jornada sin treguas hasta acabar con esos crímenes de lesa humanidad.
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Apreciado primo,... felicidades y el sumun de lo mejor para usted y familia en este entrante año. Aprovecho para identificarme y a su vez reconocer su auténtica preocupación por el flagelo de la falsificación de medicamentos en nuestro País. Haciéndome cónsono con ello,apoyo la iniciativa por usted propuesta para la corrección de esta situación imperante, por demás, irritante para el desarrollo del libre comercio; es urgente la realización de acciones contundentes para acabar con esta inequidad. Su preocupación me ha parecido muy atinada en estos momentos huérfanos de atención de algunos organismos responsables de la supervisión y control inherentes.
ResponderBorrarCon los afectos de siempre,... Cuqui Rodríguez Martínez.
ResponderBorrarApreciado Tocayo: Muy buen artículo y mejor enfoque. Debo, sin embargo, hacerle una observación: la Ley 22/06, de Febrero del 2006, cuyo Proyecto de Ley fue sometido al Congreso Nacional por ARAPF, y en la cual, su hermano, Dr. Tabaré Rodríguez, en su rol de Diputado y Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados jugó un destacado papel, califica de CRIMINAL la fabricación, mercadeo, comercialización, venta, almacenaje, transporte, etc. de medicamentos falsificados, vencidos, contrabandeados, reetiquetados, sin Registro Sanitario, adulterados química o físicamente.
Ademàs, adopta la definición de Medicamento Falsificado de la Organización Mundial de la Salud y contempla fuertes penalidades para los infractores, las cuales van desde multas hasta diez años de prisión. Lamentablemente, nuestros jueces, en su benevolencia, parecen desconocer esta importante Ley, y hasta la fecha, no se ha dictado una sentencia ejemplarizadora sobre este tema.
Asimismo, y también por iniciativa de ARAPF, en el año 2009, el Presidente Leonel Fernández promulgó el Decreto No. 342/09, que crea la Comisión Interinstitucional de Combate a los Medicamentos Falsificados e Ilegales. Lamentable y aparentemente, el Ministerio de Salud Pública tiene "otras cosas más importantes" que hacer, que enfrentar frontal y decididamente este terrible flagelo (no sé si el actual Ministro de Salud conoce de la existencia del Decreto No. 342/09).
Por último, y disculpe lo largo de este comentario, la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos, ARAPF, tiene en su estructura organizacional, un Departamento de Investigaciones contra Medicamentos Falsificados , el cual se dedica 24 horas al día a investigar sobre este importante tema. Los resultados de estas investigaciones, son informados a las autoridades correspondientes. Asimismo, la ARAPF mantiene un Programa contra Medicamentos Falsificados, que es su "buque insignia", en el que ha invertido más de 30 millones de pesos, en los últimos diez años. Como parte de este, hemos sometido a la justicia a decenas de infractores de la Ley 22/06, incluso, llevando unos diez casos ante la Suprema Corte de Justicia y obteniendo ganancias de causas.
Mis disculpas de nuevo por lo extenso de mi comentario, pero como profesional que labora en el sector farmacéutico conozco este tema "como las palmas de mis manos".
Un abrazo,
FErnan Ferreira.