sábado, 23 de julio de 2011
SE PUBLICA LA ESPERADA NOVELA DE EDWIN DISLA
Después de ganar el Premio Nacional de Novela en el 2007 con la obra Manolo, el escritor maeño, Edwin Disla no había vuelto a publicar hasta que el jueves 21 de julio, en un acto escenificado en el salón del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (CODAP) repleto de un público entusiasta, el escritor Rafael Peralta Romero le presentó su nueva y quinta novela Dioses de cuello blanco. Según Peralta Romero, en el texto, “los personajes no se dividen en buenos y malos, como ha sido tradición en las obras de este género. En Dioses de cuello blanco todos los personajes son malos, ante cualquier código de moral con el que se le juzgue.
“Se narra aquí una sucesión de negocios sucios, crímenes, robos, prostitución, homosexualidad y sexo desenfrenado. En esta novela el consumo y tráfico de drogas se presentan como una situación rutinaria para sus personajes. Lo mismo que quitar la vida a una persona por sórdida paga o para rendir el producto de un robo en equipo (…) Los personajes de Disla tienen sus arquetipos en la realidad social. Y el autor corre riesgo de que los delincuentes de alcurnia, vinculados a la banca, a las apuestas, y otras actividades que facilitan mezclar los negocios lícitos con los ilícitos, incluidos el crimen, se sientan identificados en esta obra (…).
“Asimismo, en el texto, la realidad y la fantasía se complementan, pues los sucesos reales parecen ficticios y los inventados resultan muy reales. Tenemos ante nosotros una historia de las que el lector suele sentir, es el tipo de libro que el lector disfruta y recomienda a sus relacionados. Porque al lector le gusta entender lo que lee, el lector goza y acepta sufrir con los personajes. Con Dioses de cuello blanco, Edwin Disla penetra un bisturí, cual diestro cirujano, a un cuerpo llagado del que brotan miasma y hedor. Disla ha puesto sus ojos en un punto al que no llegan todas las miradas, pues para ello se requiere agudeza, sensibilidad y valentía, todo lo cual muestra este autor en la novela”.
Al acto asistieron numerosas personalidades, entre las que se destacan Mateo Morrison, Jesús de la Rosa y Basilio Belliard, y entre los maeños, Evelio Martínez, Rolando Espinal, Miguel Octavio Tineo, José Gómez Hernández y Sergio Peña.
“Se narra aquí una sucesión de negocios sucios, crímenes, robos, prostitución, homosexualidad y sexo desenfrenado. En esta novela el consumo y tráfico de drogas se presentan como una situación rutinaria para sus personajes. Lo mismo que quitar la vida a una persona por sórdida paga o para rendir el producto de un robo en equipo (…) Los personajes de Disla tienen sus arquetipos en la realidad social. Y el autor corre riesgo de que los delincuentes de alcurnia, vinculados a la banca, a las apuestas, y otras actividades que facilitan mezclar los negocios lícitos con los ilícitos, incluidos el crimen, se sientan identificados en esta obra (…).
“Asimismo, en el texto, la realidad y la fantasía se complementan, pues los sucesos reales parecen ficticios y los inventados resultan muy reales. Tenemos ante nosotros una historia de las que el lector suele sentir, es el tipo de libro que el lector disfruta y recomienda a sus relacionados. Porque al lector le gusta entender lo que lee, el lector goza y acepta sufrir con los personajes. Con Dioses de cuello blanco, Edwin Disla penetra un bisturí, cual diestro cirujano, a un cuerpo llagado del que brotan miasma y hedor. Disla ha puesto sus ojos en un punto al que no llegan todas las miradas, pues para ello se requiere agudeza, sensibilidad y valentía, todo lo cual muestra este autor en la novela”.
Al acto asistieron numerosas personalidades, entre las que se destacan Mateo Morrison, Jesús de la Rosa y Basilio Belliard, y entre los maeños, Evelio Martínez, Rolando Espinal, Miguel Octavio Tineo, José Gómez Hernández y Sergio Peña.
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Le explicaba a unos amigos, que los que traquetean con drogas y otras mercancías prohibidas por las leyes, como no pueden ir a la justicia ni a la policía (y obvio es) a denunciar el robo o el engaño. Ellos tienen sus propios métodos de meterlo en la balanza. Lo malo de esto es que esa justicia la aplican en cualquier calle o esquina y el que coincide con ese juicio, babay.
ResponderBorrarafectos de Ley S.
Ante todo,mis felicitaciones para Edwin Disla,otro maeño del cual nos sentimos orgullosos.
ResponderBorrarAhora,lo importante es leer su esperada novela,pero para eso,debo saber donde poderla adquirir tanto dentro y fuera del país.
Mis congratulaciones Edwin,
Manito Santana