lunes, 11 de julio de 2011
HABLANDO AL REVÉS
A PROPÓSITO DE...
Por Fernando Ferreira Azcona
En nuestra época de muchachos, en el Mao romántico de principios de la década de los años 60, el hablar descomponiendo las palabras en sílabas y formándolas de atrás hacia adelante, es decir, hablar al revés, se volvió una práctica cotidiana entre los hermanos Ferreira, incluyendo los hermanos de crianza (a quienes quiero tanto como a los de sangre), y los amigos más cercanos, quienes visitaban a diario la “vieja casona de madera” de la Duarte # 40.
La destreza adquirida en esta práctica era tal, que, entre nosotros, podíamos conversar por horas, en un diálogo fluido, sin expresar una palabra “normal”, es decir, gramatical u ortográficamente correcta.
En honor a la verdad, quien tenía un post doctorado hablando “al revés” era Luis Mariano, a quien no sé porqué, le apodábamos John Louis, como aquel famoso campeón estadounidense de boxeo, gloria de la categoría del peso completo, pues nuestro personaje, nunca calzó unos guantes de boxeo en sus manos, ni mucho menos, subió a un “ring” donde se practica este rudo deporte.
Como todas los tardes teníamos que ayudar a Papá en la tienda, utilizábamos nuestra habilidad en esta “jerga idiomática” para criticar y/o hacer comentarios mordaces contra algunos de los clientes potenciales que entraban a la Tienda, personas éstas que casi siempre usaban algún atuendo que considerábamos ridículo para su edad. Es pertinente señalar que en esa época, nosotros éramos mozalbetes de 12 a 17 años de edad, y que de acuerdo a un amigo de quien escribe esta cuartilla, cuando la brecha generacional entre dos personas es de 20 ó mas años, la persona mayor es catalogada de “anciana”, por la más joven. De acuerdo a este postulado, toda persona mayor de 35 años que entrara a la Tienda, era considerada por nuestro grupo de “políglotas”, como un o una vieja.
Tal era nuestra pericia hablando al revés, que creo que cometimos el error de considerarnos los únicos que dominábamos este “idioma”. Es como si lo hubiésemos inventado y patentado. De tal manera, que nadie tenía acceso al mismo.
Una de esas tardes en que ayudábamos al Viejo, entró a la Tienda “una vieja” más pintarrajeada que “un macarao”. No recuerdo si fue John Louis o mi querido hermano Administrador de MEEC, que exclamó: “blosdia, sae javie cerepa nau jabru” (diablos, esa vieja parece una buja). La respuesta inmediata del resto del coro fue “¡is!” (¡sí!). Pero, no bien habíamos respondido “¡is!”, la señora, que entendió perfectamente el comentario en su contra, espetó: “bruja será tu madre, hijo de la gran p…”
Lo último que yo escuché fue cuando “la vieja bruja” dijo: “Mire Don Vitalino…”, porque el “juidero” que se armó entre los hermanos, provocó un tremendo reperpero y no quedó uno de nosotros en la Tienda. Afortunadamente, Papá no tomó en serio el reporte adverso de la calumniada señora, pues de lo contrario, nos hubiese salido una fuerte reprimenda por faltarle el respeto a una persona mayor.
Hasta aquí la parte jocosa de esta cuartilla, pues por otra parte, durante los últimos veinte y cinco años he venido trabajando de cerca, en el diseño, organización e implementación de talleres, seminarios y congresos, con una de las personas más calificadas y estudiosas del cerebro humano y su funcionamiento, el Doctor Jesús Gilberto Concepción García, quien posee un post doctorado en la Syracuse University, New York, USA).
En este periplo técnico-científico, el Dr. Concepción García ha notado ciertas habilidades o capacidad mía de utilizar ambos lóbulos de mi cerebro, y obviamente, hacerlo a la velocidad que se trasmite el pensamiento (si mal no recuerdo, quien sólo utiliza el lóbulo derecho es sumamente analítico y quien utiliza el lóbulo izquierdo es creativo. Quienes utilizamos ambos lóbulos, tenemos las dos características).
Hace dos o tres años, me solicitó tomar un test diseñado y patentado por él, con el cual, determina las fortalezas y debilidades del cerebro de las personas estudiadas. Los resultados de mi test confirmaron sus observaciones.
Luego, vino un extenso conversatorio, porque entre los grupos estudiados por el Dr. Concepción García en nuestro país, él ha encontrado la mayor cantidad de personas creativas entre los boxeadores y en la Escuela Nacional de Ciegos. Según él, brincar la “cuica” como lo hacen los boxeadores y realizar actividades cotidianas (peinarse, rasurarse, cepillarse los dientes, etc.) con la mano izquierda, contribuyen a desarrollar esta capacidad.
En nuestro conversatorio, le conté que yo había practicado boxeo en mis años mozos, y que por tanto, aprendí y practiqué el “brincar la cuica” como lo hacen los boxeadores. Además, le informé de nuestra capacidad de “hablar al revés”. El Dr. Concepción García cree que ambas prácticas contribuyeron a que yo desarrollara la habilidad de utilizar ambos lóbulos de mi cerebro.
Por Fernando Ferreira Azcona
En nuestra época de muchachos, en el Mao romántico de principios de la década de los años 60, el hablar descomponiendo las palabras en sílabas y formándolas de atrás hacia adelante, es decir, hablar al revés, se volvió una práctica cotidiana entre los hermanos Ferreira, incluyendo los hermanos de crianza (a quienes quiero tanto como a los de sangre), y los amigos más cercanos, quienes visitaban a diario la “vieja casona de madera” de la Duarte # 40.
La destreza adquirida en esta práctica era tal, que, entre nosotros, podíamos conversar por horas, en un diálogo fluido, sin expresar una palabra “normal”, es decir, gramatical u ortográficamente correcta.
En honor a la verdad, quien tenía un post doctorado hablando “al revés” era Luis Mariano, a quien no sé porqué, le apodábamos John Louis, como aquel famoso campeón estadounidense de boxeo, gloria de la categoría del peso completo, pues nuestro personaje, nunca calzó unos guantes de boxeo en sus manos, ni mucho menos, subió a un “ring” donde se practica este rudo deporte.
Como todas los tardes teníamos que ayudar a Papá en la tienda, utilizábamos nuestra habilidad en esta “jerga idiomática” para criticar y/o hacer comentarios mordaces contra algunos de los clientes potenciales que entraban a la Tienda, personas éstas que casi siempre usaban algún atuendo que considerábamos ridículo para su edad. Es pertinente señalar que en esa época, nosotros éramos mozalbetes de 12 a 17 años de edad, y que de acuerdo a un amigo de quien escribe esta cuartilla, cuando la brecha generacional entre dos personas es de 20 ó mas años, la persona mayor es catalogada de “anciana”, por la más joven. De acuerdo a este postulado, toda persona mayor de 35 años que entrara a la Tienda, era considerada por nuestro grupo de “políglotas”, como un o una vieja.
Tal era nuestra pericia hablando al revés, que creo que cometimos el error de considerarnos los únicos que dominábamos este “idioma”. Es como si lo hubiésemos inventado y patentado. De tal manera, que nadie tenía acceso al mismo.
Una de esas tardes en que ayudábamos al Viejo, entró a la Tienda “una vieja” más pintarrajeada que “un macarao”. No recuerdo si fue John Louis o mi querido hermano Administrador de MEEC, que exclamó: “blosdia, sae javie cerepa nau jabru” (diablos, esa vieja parece una buja). La respuesta inmediata del resto del coro fue “¡is!” (¡sí!). Pero, no bien habíamos respondido “¡is!”, la señora, que entendió perfectamente el comentario en su contra, espetó: “bruja será tu madre, hijo de la gran p…”
Lo último que yo escuché fue cuando “la vieja bruja” dijo: “Mire Don Vitalino…”, porque el “juidero” que se armó entre los hermanos, provocó un tremendo reperpero y no quedó uno de nosotros en la Tienda. Afortunadamente, Papá no tomó en serio el reporte adverso de la calumniada señora, pues de lo contrario, nos hubiese salido una fuerte reprimenda por faltarle el respeto a una persona mayor.
Hasta aquí la parte jocosa de esta cuartilla, pues por otra parte, durante los últimos veinte y cinco años he venido trabajando de cerca, en el diseño, organización e implementación de talleres, seminarios y congresos, con una de las personas más calificadas y estudiosas del cerebro humano y su funcionamiento, el Doctor Jesús Gilberto Concepción García, quien posee un post doctorado en la Syracuse University, New York, USA).
En este periplo técnico-científico, el Dr. Concepción García ha notado ciertas habilidades o capacidad mía de utilizar ambos lóbulos de mi cerebro, y obviamente, hacerlo a la velocidad que se trasmite el pensamiento (si mal no recuerdo, quien sólo utiliza el lóbulo derecho es sumamente analítico y quien utiliza el lóbulo izquierdo es creativo. Quienes utilizamos ambos lóbulos, tenemos las dos características).
Hace dos o tres años, me solicitó tomar un test diseñado y patentado por él, con el cual, determina las fortalezas y debilidades del cerebro de las personas estudiadas. Los resultados de mi test confirmaron sus observaciones.
Luego, vino un extenso conversatorio, porque entre los grupos estudiados por el Dr. Concepción García en nuestro país, él ha encontrado la mayor cantidad de personas creativas entre los boxeadores y en la Escuela Nacional de Ciegos. Según él, brincar la “cuica” como lo hacen los boxeadores y realizar actividades cotidianas (peinarse, rasurarse, cepillarse los dientes, etc.) con la mano izquierda, contribuyen a desarrollar esta capacidad.
En nuestro conversatorio, le conté que yo había practicado boxeo en mis años mozos, y que por tanto, aprendí y practiqué el “brincar la cuica” como lo hacen los boxeadores. Además, le informé de nuestra capacidad de “hablar al revés”. El Dr. Concepción García cree que ambas prácticas contribuyeron a que yo desarrollara la habilidad de utilizar ambos lóbulos de mi cerebro.
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Eres genial. Fernan. Como dijiste una vez, cuando nos encontramos en Puerto Plata en un intercambio de soft ball y verte me dio mucha alegría al ver rostros conocidos y diferenciados por el paso de los tiempos. Y mayor fue mi sorpresa al verte uniformado de pelotero, como te vi desde niño, fue aun mas mi alegría. Y recuerdo tu actuación que podía darle a la pelota con contundencia. Fue un día para no olvidar. Eso me da la impresión de pasar un agradable día al revés de los buenos tiempos.
ResponderBorrarSe te aprecia por los cuatro costados. Ley S.
Fernan...Un abrazo fraternal....este articulo trajo mucha alegria a mi vida y al mismo tiempo tristeza. Alegria porque vivi esos momentos con mis compañeros de crecimiento, Domingo, Cain, Patricio, Soni, Leonel,Fonso, Dennys, etc... cuando tratabamos de practicar el hablar al reves, y una gran tristeza porque nunca pude aprender....el grupo se reia abiertamente de mi. Hermoso Articulo...Jjajjj...Gracias Fernan.
ResponderBorrarAbrazos del alma.
Juan Colon
Fernan,
ResponderBorrarA mediados del 1982 regrese a Mao y como parte de mi reintegracion a mis familias me juntaba con mi primo Nestor Nazarito Tejada Reyes. En el grupo de Nazarito estaba a su vez: Tony Rodriguez y Oscar Virgilio Peña entre otros. Un dia, sentados en la galeria de Tia Carmen, pasa una femina con tremendas piernas y oigo "que nasbue naspier". Sorprendido, indague sobre este nuevo idioma que ellos habalaban con una fluidez soprprendente. Luego de mucha explicacion logre entender y llegar a hablar "el aleman: que ellos hablaban. Ahora, con este articulo, se cierra el circulo y me es contestada la pregunta del origen del idioma.
dossalu,
Janio Perez Estevez
Muchas veces me digo ¿Por qué tuve yo que ver y saber esto? En Amina había una fiesta patronales y una graduación de estudiantes y a Banda de Música de Mao estaba allí animando el festejo. Estuvimos presente en el momento que se le estaba brindando el almuerzo a los músicos, recuerdo arroz blanco con carnes guisada. Un músico amigo Q.E.P.D. comió toda la carne primero y salió con el plato en la mano voceando entre sus compañeros: "Cambio rroza por neca". Los músicos se reían y nosotros no entendimos ni el vocablo y mucho menos por qué se reían los musicos. Luego salimos de vuelta a Mao en nuestra bicicleta. Una semana después le pregunte a Blas el significado y todavía me rió cuando me dijo: "Cambio arroz por carne".
ResponderBorrarJajaja. Ley S.
Jóvenes:
ResponderBorrarMe alegra que les haya gustado mi artículo y aprecio sus comentarios, en todo lo que valen:
Ley: Yo también recuerdo con alegría aquel intercambio de softbol en Puerto Plata y tus atenciones de anfitrión de primera categoría. Mi actuación de ese día se debió a que estaba fuera de forma... cuando tomé mi forma, volví a ser "el mismo out vestido de pelotero" de siempre. Un gran abrazo para tí.
Juan: También me acuerdo de ese excelente "combo" formado por tu Grupo de amigos. Lástima que no hayas podido aprender ese maravilloso lenguaje. Quizás estabas demasiado empeñado en aprender música, y aquí sí que diste grande. Recibe mi afecto de siempre.
Janio: Que bueno que estuviste expuesto al idioma del vecindario. Tony y Nazarito son como mis dos sobrinos más viejos. Estos probablemente "heredaron" esa habilidad del grupo que cronológicamente iba delante. Un abrazo para tí y doslusa a sut drespa.
Fernan.
Bien, la expresión de "sea javie" todavía la utilizo como saludo las pocas veces que veo a Narcisa Ferreira, porque "Lidomé" era el chófer que nos transportaba en su carro a la PUCMM diariamente y recordaba la historia a lo largo del camino. Yo conocí perfectamente a John Luis, quien iba todos los días al entonces colmado de don Vitalino y recuerdo que había tomado el nombre de Joe Louis, famoso boxeador de esa época, porque el bromista era muy corpulento. Jajaja, siempre me divierto cuando recuerdo esa jerga. Niño Almonte.
ResponderBorrar