sábado, 22 de enero de 2011

YO ME ACUERDO...

NUESTROS PERSONAJES
FRANCISCO ANTONIO FERMÍN (MIÑÍN)
Por Evelio Martínez

La lidia y crianza de gallos de pelea en mi pueblo siempre ha tenido una connotación que llenaría muchas páginas de nuestra historia, máxime que nuestros grandes hombres, generales, caciques, tinteros eran aficionados a este deporte (?) del pico y la espuela. Como en todos los deportes, en los gallos también hay un árbitro que ellos llaman juez de valla. Este árbitro tiene la potestad de suspender, empatar, y declarar ganador uno de los ejemplares contendores. Para aquellos tiempos el juez se auxiliaba de un reloj de arena que hacían de dos potecitos de vidrio en los que venía la penicilina, que unidos por ambas bocas y llenos de arena fina uno de ellos, pasaba al otro frasco en el tiempo reglamentario para declarar ganador a uno de los gallos.

Uno de los jueces de vallas más solicitados en nuestra región era el célebre Miñin Fermín, padre de Manuelito Taveras, próspero hombre de comercio en Mao. Padre que fue de Fior, Cocolo, Juancito, nuestro Ningue y Audrinora, e hijo de Lidia Taveras. Miñin vivía en Ámina, aunque permanecía en el pueblo de Mao su mayor tiempo, entre negocios de poca monta y trabas de gallos. Una de las peleas mas célebres y comentadas tuvo lugar en la gallera de Mao entre el gallo de un general y un canelo, de un potentado arrocero Maeño.

Se inició la pelea y los gallos se tiraron al ruedo de la gallera y comenzaron las apuestas: 20 a 10, gritaba un enfebrecido gallero; “dóitelo” gritaba otro contertulio. El gentío gritaba cada vez que uno de los gallos clavaba el pico y las espuelas. El General había casado en apuesta su gallo con 100 pesos, que en esos tiempos era un dineral y cuando comenzó la pelea apostó con un célebre agricultor de Mao, un 20 a 10 (es decir 20 pesos a 10 pesos), de lo cual él pagaría la mayor cantidad.

El gallo del general, un joco, peleaba contra un canelo de Alberto Disla, y a unos cuantos minutos de iniciarse la pelea el gallo de Alberto llevaba ventaja y el del general comenzó a correr; el canelo picó y metió las espuelas al del general y este calló al suelo con un golpe de bolsón, como dicen en el argot de los galleros. El general, al ver que su gallo no se paraba, incómodo sacó su pistola y gritó: “si mi gallo pierde se acaba esta gallera”. Miñin, que era el juez de la pelea, reloj de arena en mano se lo puso al gallo, lo meneo y ni corto ni perezoso exclamó: “tabla, tabla”, es decir empate y nula la pelea.

Cosas de nuestra era.

3 comentarios:

  1. yo era el gallo de Alberto Disla y Manito el gallo del general que estaba to agolpiao y quería ganar a la mala. Asi no papá.

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  2. Con espuelas envenenadas no se gana pelea,por eso mi gallo se le encogieron las patas,y hay que anular la pelea.
    Asi es que pido reconteo.
    Tengo un equipo compuesto por los turpenes Evelio Martinez,Angel Berto Almonte,Antonio Espinal,con mi equipo fotográfico representado por Prospero desde New Jersey.
    Burro malo no da dos viajes.

    Manito

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  3. Apoyo la solicitud de Manito: reconteo de los votos,o en su defecto nulidad del proceso, como al parecer ocurrirá en Haiti, porque al igual que en ese hermano país en estas elecciones se cometieron muchas irregularidades como fué la utilización de una latop "repetitiva de votos".Seguiremos informando...
    Humberto Perdomo.

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