jueves, 18 de noviembre de 2010

NO HAY LUGAR COMO EL HOGAR

“No hay sitio bajo el cielo más dulce que el hogar.” John Howard Payne

TERCER CAMINO
Por Lavinia del Villar

¿Alguna vez usted o uno de sus hijos cuando eran pequeños, empacaron dos o tres ropas y decidieron irse de la casa? La mayoría de nosotros lo vivimos, y ahora que lo recordamos se nos hace gracioso pensar, ¿dónde creíamos que íbamos?

Esta experiencia fue vivida por Dorothy, una niña huérfana, protagonista de la película “El Mago de Oz”, que imaginaba un lugar donde no había problemas, donde las personas escuchaban, y dónde se podían realizar sus más profundos deseos. Trató de escaparse en busca de una vida mejor, y aunque no lo pudo realizar, en sus sueños, un huracán la arrancó de su casa y la llevó a un país lleno de magia. Después de disfrutar de su aventura, la nostalgia la invadió, y tuvo que enfrentar muchas experiencias de aprendizaje antes de lograr volver a su añorado hogar. En ese sueño de regreso repetía: “No hay lugar como el hogar…”

Como parte de mi trabajo en Estados Unidos, me tocó en muchas ocasiones participar en conferencias y entrenamientos, que se realizaban por espacio de una semana en lujosos hoteles de distintos puntos, dentro y fuera de ese país. La llegada a esos hoteles siempre iba acompañada de un “waooo”, y la instalación en las cómodas y bien equipadas habitaciones, nos transportaba a otra dimensión, y nos hacía sentir privilegiados. Los primeros dos o tres días, todo era excitante y divertido: Atenciones de reyes, buenas comidas, actividades nocturnas, paseos turísticos, pero ¡increíble!, a partir del cuarto día nos entraba la nostalgia, y todo el equipo compartía el anhelo de volver a nuestra camita, sin importar si los hierros de nuestro colchón nos arañaran las costillas. “No hay lugar como el hogar…”

Hace unos días, como comentario a una de mis columnas de Tercer Camino, recibí un correo de una antigua alumna, que en una de sus partes me decía: “Quisiera volver el tiempo atrás y poder haber cursado con usted hasta la universidad, pero tuvimos que emigrar hacia supuestamente una mejor vida, aunque yo siempre sabía que la mejor vida la dejaba en mi pueblo.” “No hay lugar como el hogar...”

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