jueves, 31 de mayo de 2012

CONFESIÓN DE UN EX-LOCO

ESTUVE LOCO, ME CURÉ Y NADIE SUPO QUÉ OCASIONÓ MI LOCURA
Por Rolando Espinal

La depresión es una de las enfermedades mentales más desgarradoras para la persona que la padece sin el apropiado tratamiento siquiátrico. La historia que se narra a continuación es totalmente verídica; padecida por quien escribe.

Tal como deben saber los componentes de la generación de mi época, nuestro pueblo carecía de centros de actividades que contribuyeran para mantener entretenidos a los jóvenes en actividades que evitaran el ocio, principalmente en tiempo de vacaciones (con excepción de Fernando Ferreira, que se iba al Rubio, a disfrutar de sus vacaciones).

Esa situación empujaba a algunos a tratar de llenar esos espacios de tiempo en actividades no muy santas, principalmente en la ingesta de alcohol (romo, como le llama el pueblo con una especie de veneración).

En mi caso, parece ser que al tener inquietudes no realizables por aquellos días, sentí que ahí se inició lo que yo llamo la debacle emocional. Sentí que se iniciaba en mi un gran desequilibrio mental, y se hizo en mi la costumbre de ir a sentarme al parque, a preguntarme yo mismo, cuál podía ser la causa de la situación emocional en que me encontraba, siendo yo una persona conocida, atleta, y con muchos amigos. Me sentaba en un banco con la mirada fija en algún sitio determinado, sin pestañar siquiera. Las personas pasaban, y yo notaba que se sorprendían con mi estado; después de varios días en ese estado, se enfermó mi madre (QEPD) de una alergia que le producía una gran inflamación de su rostro. Imagínese usted, yo consciente de que estaba medio loco, y sin poder decírselo a mi mamá por su estado de salud, tenía que sacar fuerzas internas para no explotar por completo.

El mal seguía su desarrollo cuando a mi casa llegó de sorpresa una visita del campo; era un señor amigo de la casa, que venía a realizar diligencias en la ciudad, para lo cual se le dio albergue improvisándole una cama en la sala, justamente al lado de donde yo dormía. Entonces, yo, una persona con problemas mentales, tuve que tirarme 15 días sin dormir, porque el señor visitante roncaba haciendo una imitación perfecta de un helicóptero; y yo, que como he dicho, estaba medio loco, por la falta de sueño durante la noche, amanecía con los ojos tan brotados, que se podían agarrar con las manos. A mí me dio deseo de despertarlo, y decirle que se fuera de nuevo para su campo, pero no podía hacerle eso a una visita amiga de mi mamá enferma. Entonces, después de esa pela durante 15 largos días, mi estado erafrenético y estaba dispuesto a terminar de ponerme loco por completo para no sufrir tanto allantando que estaba bien.

Ya casi al tomar esa decisión (de declararme loco), llegó a mi casa el padre Disla, quien se enteró por los rumores que ya se habían esparcido por la ciudad, y me dijo que había que buscar un médico para que determinara lo que en mi caso se podía hacer para que mi situación cambiara. El mismo padre hizo los arreglos para que fuera a consulta con un famoso siquiatra, que para la época, ejercía en Santiago, llamado el Dr. Duluc. Cuando el Dr. conversó conmigo, y vio cuál era mi estado, ordenó mi internamiento por 15 días en una finquita que tenía en Bella Vista, precisamente para internar personas con problemas mentales.

Aquí empezó lo peor para mí; yo sabía que estaba mal, pero no para que me internaran; accedí a ir para ver cómo era la "finquita" y cuando llegamos, me di cuenta que era un hospital, y seguido me pasó por la mente el siquiátrico del km. 28, donde llevan los locos de verdad. Inmediatamente me resistí a quedarme en ese sitio, y empezó una batalla campal, porque ya yo estaba recibido como paciente, y no podían dejarme ir. Primero me agarraron dos hombres, que están ahí para eso, para domar locos cuando se revoltean. Cada uno pesaba como 250 libras, y ni así podían entrarme a la clínica; pidieron refuerzos y vinieron dos más, y tampoco podían (no hay cosa que tenga más fuerza que un loco revoltiao); entonces se apareció un flaquito y chiquito, que me tranquilizó seguido, cuando en medio de la lucha con los 4 loqueros, desde lejos, me tiró una jeringuilla con 5 cc de largartil, una sustancia que usan para tranquilizar caballos lobos, y ahí mismo pasó el palé; a los dos minutos, ya estaba tranquilito.

Cuando desperté, ya estaba en una cama con sábanas blancas y almohadas del mismo color, con un abanico a todo vapor.

En ese lugar permanecí 15 días, tomándome como 12 pastillas diarias, todas de color diferente, las cuales me tomaba de un solo trago para salir de eso.

Cuando todo en mi volvió a la normalidad, llegó el día de darme de alta. Ya yo estaba acostumbrado a la tranquilidad del lugar, pero tenía que irme a recomenzar una vida nueva, después de haber estado al borde de la locura, y de haberme salido de abajo de una patana. Después de ser una persona con una salud de roble, toda esa crisis pasó en un mes, y jamás supe la causa.

Nota: creo que soy la única persona que puede llamarse ex-loco

8 comentarios:

  1. Señores; sobre todo este relato realizado por mi hermano Cuchara, puedo reafirmar su veracidad,y recuerdo no se si todavía tenía un cable flojo,en los inicios del servicio de concho Hatico-Hospital, se montaba en uno de esos en horas de la mañana y todavía al mediodia permanecía sin apearse. He aquí una muestra de lo que significó el Padre Disla para nosotros; todavía ,hasta la fecha no aparece un Padre como ese;debiera ser Obispo o Cardenal

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  2. Amigo Rolando,..saludos con afecto.
    Como ya sabras, la frontera entre la sanidad y la locura(estulticia) es extremadamente sutil, aunque la llevamos a cuesta todo el tiempo en completo acecho.No sabia sobre tu paso por ese trance, pero que bueno el que te hayas recuperado con rapidez para despejar cualquier duda y nosotros poder contar con tu grata y meritoria persona.
    Todos pasamos en nuestro diario trajinar por situaciones tensionales que de no saber manejarlas, podemos caer facilmente en estados depresivos, fuera de lugar.Dicen por
    ahi:"Hay que coger y dejar",dicho muy sabio y de facil aplicacion si uno lo acoge en su oportunidad.
    Con tu anuencia y respeto, me imagino lo desesperante encontrarse en aquellos tiempos ante tu situacion predicha; gracias a Dios, la superastes con creces,..!Cuidate! ..los buenos hoy dia son pocos.Me resulto algo risible la "emburuja" que tuvistes con los "amansaguapos, resistiendote a tu "internamiento",porque sabias que aun estabas en tus plenos "cabales".
    Para mi ha sido de mucho placer poder comunicarme contigo a traves de este idoneo medio;aprovecho para desearte salud y bienestar junto a tu familia,..con abrazos sinceros.
    Nelson Rodriguez Martinez(Cuqui).;

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  3. La verdad no conocía ese episodio en la vida de Cuchara. Y ahora caigo en cuenta de un relato que nos hizo el amigo Ramón Peña compadre de Rodolfo Pérez, QEPD. Nos cuenta que en una ocasión Rodolfo llegó a su casa en momento en que él toma una ducha, por lo que Rodolfo tuvo que esperar. Cuando salió del baño, se sorprendió al ver a Rodolfo sentado en un peldaño de la escalera. -Dígame compadre, ¿y por qué está sentado ahí? (siempre lo hacía en la sala).
    -Tengo que decirle algo serio que me sucede.
    Pero dígame, compadre…
    - Yo estoy sintiendo algo raro en mi cabeza. No logro coordinar las ideas. Quisiera me diga si usted sabe con qué le coge a una persona cuando empieza a ponerse loca.
    Ramón de momento y dada la sorpresa de la información, no haya que contestarle y piensa y piensa. Pero en ese preciso instante entra Rolando a la casa y le dice: -este amigo sabe de eso, vamos a preguntarle. Llaman a Rolando y le peguntan que con qué le coge a una persona cuando comienza a ponerse loco. Con no bañarse, contesta Rolando secamente. Rodolfo coge a su compadre por el brazo y lo aparta un poco y le dice:- Ese hombre parece que sabe mucho, compadre. Yo tengo una semana que no me baño. Y esa fue la cura.
    Como no, la experiencia no se improvisa, ya había pasado por esa prueba.

    Afectos de Ley S.

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  4. Querido Spoon:

    Con la lectura de tu artículo, uno va de un extremo a otro: del pensamiento profundo, por la vivencia narrada, a la carcajada, por tus "ocurrencias". Yo concluyo, que lo tuyo, es un ejemplo de que hay que poner de nuestra parte, querer sanarse, tener ganas de vivir, para recuperar la salud. ¡Qué bueno que haya sido así y todos hayamos recuperado al amigo fiel!

    Un abrazo, mi hermano,

    Fernan Ferreira.

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  5. Muy audaz el contenido del artículo de mi dilecto amigo Rolespi. Cuánta valentía y sinceridad.Aunque debo admitir que la historia me provocó un terrible desgarramiento interno, he sacado la siguiente conclusión: "por estrepitosa que sea la caída en el abismo psíquico, siempre existe la hermosa oportunidad de emerger con èxito de esa fatìca profundidad. Niño Almonte.

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  6. Rolando....He leido este articulo muchisimas veces y no tenia la menor idea de como podria escribirte, de repente senti el deseo de compartir esto contigo y los lectores....con todo y el glamour de andar y trabajar con los grandes, hubo un momento donde el vacio me hizo perder mi confianza como musico, teniendo que renunciar a todo hasta lograr un reencuentro con mi sonido y poco a poco reencontrar mi equilibrio interno. Abrazo tu ser gran hombre, hermano y eterna alma que vives en mi.
    Abrazos,
    Juan colon

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  7. Mi querido y recordado amigo que gratificante ha sido para mi leer no solo acerca de tu sinceridad al contarnos ese desagradable momento vivido por ti .Sabes que al hacerlo sirves de ejemplo y ayuda para otros que pudieramos estar en tu misma situacion .Te recuerdo siempre como un gran amigo de todos en nuestra familia.Claudia Bonilla.

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  8. Mi estimada y recordada Claudia, me emociona y me agrada de manera muy especial, ver tu nombre estampado firmando ese comentario, porque dicho nombre me trae recuerdos de una época muy linda vivida por todos nosotros.

    En cuanto a la experiencia vivida, deeebo decirte, que podemos estar seguros, que a otros les ha pasado lo mismo que a mí, pero no lo cuentan por temor a una recaída, y tener que volver a fajarse con los amansalocos que hay en ese lugar. (Luego de la experiencia conmigo, supe que aumentaron a 10 los loqueros, dizque por si acaso yo recaía, y volvía pa’ llá). ¡QUE SIGAN ESPERANDO!

    Con afecto,

    Rolando

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