Por Miguel de Jesús Rodríguez
Una gran cantidad de nuestros artistas son muchachos que no pudieron estudiar y otros que al descubrir que tenían talento o habilidad para el arte, desertaron de las aulas, quizás una razón por la que es común la falta de formación y educación entre ellos.
Robert Liriano es una de esas pocas excepciones en el sector artístico dominicano, serio, honesto, refleja buena formación de hogar, sano, responsable y con relaciones humanas, adornadas por la humildad que lo hace más grande.
“No parece artista”, dicen muchos, esto porque suponen al músico una persona sin escrúpulos, con dificultad para organizar las ideas al comunicar un sentimiento o responder preguntas en una de esas acostumbradas entrevistas.
Robert, con prudencia y sin apartarse de Dios, ahora ha tenido la valentía de presentar un proyecto propio. Reconocemos que tiene todas las cualidades para triunfar de un artista internacional dentro de su género.
Encierra en su Corazón toda una verdad de vida digna, sin escándalos ni desaciertos; su voz sale de un cuento maravilloso de hadas, su ilusión está iluminada por las estrellas del camino, sin espinas, que él abre cada día.
Su canto es un homenaje a la calidad, su fuerza interpretativa es magia que nos envuelve en el mundo de un artista original, capaz de armonizar con nuestros sentidos y dar a los latidos la sensación de vivir la fresca lluvia de primavera.
A ti que para llegar a la cima no has tenido que correr, sigue tu camino con pasos firmes procurando dejar huellas en cada etapa quemada, elévate en un vuelo sin interrupciones hasta acariciar tus realizaciones. Robert Liriano: en el arte ya eres el VIP de nuestro país.
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