jueves, 3 de noviembre de 2011
MAO EN EL RECUERDO
PRIMEROS MEDIOS DE TRANSPORTE COMERCIAL Y PRIVADO EN MAO: DESDE EL BURRO, PASANDO POR LA CARRETA Y LA BICICLETA, HASTA EL CAMIÓN (1 de 3)
Por Manito Santana
Introducción
A finales del Siglo XIX e inicios del XX, el burro, el mulo y el caballo eran tan dignos medios de transporte y cargas que de pensarlo un buen rato merecen su estatua y si esta fuera muy costosa, pues debiéramos disecar uno de ellos en agradecimiento a la labor que desempeñaban. Transportar desde el campo un par de árganas repletas de víveres, más el peso de quien lo montaba más el niño en el anca (o en la "sanca") que no se quedaba; con soga en mano azuzándolo o halándoles los pelos para arrearlo y mantener un paso rítmico no era fácil para el dócil animal, que generalmente poseía unas llagas o peladuras en sus lomos, fruto del roce de una rústica montura compuesta de una "esterilla y aparejo"; llagas estas curadas mediante la aplicación de "Creolina" como desinfectante y la "ceniza" como secante. Este medio de transporte no solo se utilizó para el acarreo de las viandas de consumo casero sino comercial, ya que eran medios suplidores de los puestos de ventas o mesas del Mercado Municipal.
Existían propietarios de las llamadas "Recuas" de animales que eran alquiladas para mantener el transporte continuo de los rubros de producción para ser vendidos en las zonas aledañas y así mantener una comercialización constante.
Paralelo a este comercio, surgen las industrias del pan y las galletas, de los coconetes y los caballitos procedentes de las panaderías de Ismaelito Reyes, Tito Santana y Mayía con sus famosos vendedores, entre ellos Chiquitín Minier y Turrú quienes montados en sendos mulos ataviado con dos toneles o barriles repletos de las mercancias citadas, se dirigían hacia las empinadas lomas de los Ranchos, camino al Mamey, razones para utilizar estos jamelgos de pezuñas redondas por su fortaleza y agarre, expandiendo así la comercialización de lo industrializado en mi pueblo.
Estos dos vendedores citados salían en las madrugadas regresando por la tarde luego de finalizar la venta total, que rara vez entregaban completo el monto vendido ($) a sus patrones, ya que por su amor al alcohol etílico con etiqueta marcada Cidra de Bermúdez o Carta Real de Brugal o ron "Jacas" de Barceló de aquellos tiempos, le rendían tributo al dios Baco sin fallar. Al citar estos dos célebres personajes de mi pueblo no puedo dejar de narrarles el famoso pleito ocurrido en los Ranchos. Luego de terminada sus ventas, los susodichos comienzan a libar su acostumbrada bebida en el único y pequeño bar del lugar; en el umbral de la noche, ya con la borrachera encima se arman de pleitos con otros residentes de la comunidad en las mismas condiciones de tragos; repentinamente, Turrú y Chiquitín se desaparecen; sus enemigos cuchillo en mano comienzan a buscarlos en vano, y notan que sus animales de monta están amarrados y dice uno: "ellos no se han ido, porque sus animales todavía están aquí. De repente ven que los mulos salen trotando solos y otro dice: "se jodieron, se le fueron los animales", y como a los 500 metros sacan Chiquitín y Turrú las cabezas de los dos barriles de uno de los mulos y ambos exclaman al unísono: "¡a joder a otro!". Estos dos señores, que dicho sea de paso eran tan enredaos y complejos como pocos, medían menos de 5 pies cada uno, razón por la cual les era fácil meterse en ambos toneles con anchura de unos 2 1/2 pies y 4 de alto.
Pero estoy divagando... volviendo al tema:
Nuestro suelo, ubicado entre ríos, pero en ese entonces carente de aguas canalizadas, dotado de una topografía apta para cultivos diversos entre ellos el arroz, cultivo este de nuestra dieta diaria, por tanto su demanda obliga al comerciante y al productor a irse proyectando en una comercialización en alta escala, donde ya el uso de los animales no es el adecuado.
¿Dónde se inicia el progreso?
A principios de siglo llega la familia Bogaert, de origen Belga, con ideas mercantiles, conocimientos agrícolas avanzados y recursos económicos que le permiten adueñarse de grandes áreas de terrenos, preferentemente para el cultivo del arroz, que en gran parte era cultivado en secano (sin agua canalizada), lo que los obliga a construir el canal hoy conocido como "la zanja o canal Bogaert" hecho por Monsieur (mesié) Bogaert en el año 1917.
Luego de observar los buenos resultados del canal, el gobierno de esa época de Horacio Vásquez, en 1923 construye el "canal Mayor" mediante acuerdo de cooperación con la clase pudiente de la comunidad quienes hicieron aportaciones en efectivo (entre $800 y $2,000). Entre ellos estaban: Doña Baudilia Reyes Vda. Cabral, Mercedes Inoa Vda. Disla (madre de Héctor Eligio), Don Feso Madera, Don José Espinal (padre de Luis Casona), Tito Reyes, Don Panchito Madera (asesinado por Trujillo), Jaime Tió, Jorge Güichardo y otros.
Para la inauguración de este canal estuvo presente el Sec. de Agricultura señor Pedro A. Pérez y para la ocasión fue electa "Reina de las aguas" a la Señora Ceferina Reyes Chávez, en fiesta celebrada en el Club Quisqueya.(*)
Luego de organizadas nuestras aguas, que convierten nuestra provincia en una Mesopotamia, comienza el terrateniente a incorporar sus terrenos baldíos, se acelera la presencia del foráneo buscando oportunidades que logran y de esta manera se inicia una masiva comercialización que provoca el cambio de los medios de transporte previamente empleados de animales por el motorizado. En ese momento, Valverde, Mao comienza a llevar pintas de ser la capital del Noroeste por su producción agropecuaria, de lo que hoy nos sentimos honrados.
Esta introducción histórica, llena de jocosidad para evitar el aburrimiento, fue hecha con el objetivo de que esta generación y parte de la nuestra conozca lo que vamos a tratar según lo citado en el título.
Le daré inicio al tema sobre los primeros vehículos de motor que transitaron nuestras pocas calles de la época, tales como volteos, camiones, guaguas, carros y otros, y sus propietarios. Al mismo tiempo haré un recuento sobre aquel fatal accidente de Mamey, donde murieron 8 maeños, caso este ignorado creo que por más de un 75% de nosotros.
Fue necesario repartir en dos partes el tema próximo a tratar dada la amplitud del mismo para así evitar una saturación de lectura. Continuará.
(*) Información dada por el Dr. Héctor Brea Tió.
Por Manito Santana
Introducción
A finales del Siglo XIX e inicios del XX, el burro, el mulo y el caballo eran tan dignos medios de transporte y cargas que de pensarlo un buen rato merecen su estatua y si esta fuera muy costosa, pues debiéramos disecar uno de ellos en agradecimiento a la labor que desempeñaban. Transportar desde el campo un par de árganas repletas de víveres, más el peso de quien lo montaba más el niño en el anca (o en la "sanca") que no se quedaba; con soga en mano azuzándolo o halándoles los pelos para arrearlo y mantener un paso rítmico no era fácil para el dócil animal, que generalmente poseía unas llagas o peladuras en sus lomos, fruto del roce de una rústica montura compuesta de una "esterilla y aparejo"; llagas estas curadas mediante la aplicación de "Creolina" como desinfectante y la "ceniza" como secante. Este medio de transporte no solo se utilizó para el acarreo de las viandas de consumo casero sino comercial, ya que eran medios suplidores de los puestos de ventas o mesas del Mercado Municipal.
Existían propietarios de las llamadas "Recuas" de animales que eran alquiladas para mantener el transporte continuo de los rubros de producción para ser vendidos en las zonas aledañas y así mantener una comercialización constante.
Paralelo a este comercio, surgen las industrias del pan y las galletas, de los coconetes y los caballitos procedentes de las panaderías de Ismaelito Reyes, Tito Santana y Mayía con sus famosos vendedores, entre ellos Chiquitín Minier y Turrú quienes montados en sendos mulos ataviado con dos toneles o barriles repletos de las mercancias citadas, se dirigían hacia las empinadas lomas de los Ranchos, camino al Mamey, razones para utilizar estos jamelgos de pezuñas redondas por su fortaleza y agarre, expandiendo así la comercialización de lo industrializado en mi pueblo.
Estos dos vendedores citados salían en las madrugadas regresando por la tarde luego de finalizar la venta total, que rara vez entregaban completo el monto vendido ($) a sus patrones, ya que por su amor al alcohol etílico con etiqueta marcada Cidra de Bermúdez o Carta Real de Brugal o ron "Jacas" de Barceló de aquellos tiempos, le rendían tributo al dios Baco sin fallar. Al citar estos dos célebres personajes de mi pueblo no puedo dejar de narrarles el famoso pleito ocurrido en los Ranchos. Luego de terminada sus ventas, los susodichos comienzan a libar su acostumbrada bebida en el único y pequeño bar del lugar; en el umbral de la noche, ya con la borrachera encima se arman de pleitos con otros residentes de la comunidad en las mismas condiciones de tragos; repentinamente, Turrú y Chiquitín se desaparecen; sus enemigos cuchillo en mano comienzan a buscarlos en vano, y notan que sus animales de monta están amarrados y dice uno: "ellos no se han ido, porque sus animales todavía están aquí. De repente ven que los mulos salen trotando solos y otro dice: "se jodieron, se le fueron los animales", y como a los 500 metros sacan Chiquitín y Turrú las cabezas de los dos barriles de uno de los mulos y ambos exclaman al unísono: "¡a joder a otro!". Estos dos señores, que dicho sea de paso eran tan enredaos y complejos como pocos, medían menos de 5 pies cada uno, razón por la cual les era fácil meterse en ambos toneles con anchura de unos 2 1/2 pies y 4 de alto.
Pero estoy divagando... volviendo al tema:
Nuestro suelo, ubicado entre ríos, pero en ese entonces carente de aguas canalizadas, dotado de una topografía apta para cultivos diversos entre ellos el arroz, cultivo este de nuestra dieta diaria, por tanto su demanda obliga al comerciante y al productor a irse proyectando en una comercialización en alta escala, donde ya el uso de los animales no es el adecuado.
¿Dónde se inicia el progreso?
A principios de siglo llega la familia Bogaert, de origen Belga, con ideas mercantiles, conocimientos agrícolas avanzados y recursos económicos que le permiten adueñarse de grandes áreas de terrenos, preferentemente para el cultivo del arroz, que en gran parte era cultivado en secano (sin agua canalizada), lo que los obliga a construir el canal hoy conocido como "la zanja o canal Bogaert" hecho por Monsieur (mesié) Bogaert en el año 1917.
Luego de observar los buenos resultados del canal, el gobierno de esa época de Horacio Vásquez, en 1923 construye el "canal Mayor" mediante acuerdo de cooperación con la clase pudiente de la comunidad quienes hicieron aportaciones en efectivo (entre $800 y $2,000). Entre ellos estaban: Doña Baudilia Reyes Vda. Cabral, Mercedes Inoa Vda. Disla (madre de Héctor Eligio), Don Feso Madera, Don José Espinal (padre de Luis Casona), Tito Reyes, Don Panchito Madera (asesinado por Trujillo), Jaime Tió, Jorge Güichardo y otros.
Para la inauguración de este canal estuvo presente el Sec. de Agricultura señor Pedro A. Pérez y para la ocasión fue electa "Reina de las aguas" a la Señora Ceferina Reyes Chávez, en fiesta celebrada en el Club Quisqueya.(*)
Luego de organizadas nuestras aguas, que convierten nuestra provincia en una Mesopotamia, comienza el terrateniente a incorporar sus terrenos baldíos, se acelera la presencia del foráneo buscando oportunidades que logran y de esta manera se inicia una masiva comercialización que provoca el cambio de los medios de transporte previamente empleados de animales por el motorizado. En ese momento, Valverde, Mao comienza a llevar pintas de ser la capital del Noroeste por su producción agropecuaria, de lo que hoy nos sentimos honrados.
Esta introducción histórica, llena de jocosidad para evitar el aburrimiento, fue hecha con el objetivo de que esta generación y parte de la nuestra conozca lo que vamos a tratar según lo citado en el título.
Le daré inicio al tema sobre los primeros vehículos de motor que transitaron nuestras pocas calles de la época, tales como volteos, camiones, guaguas, carros y otros, y sus propietarios. Al mismo tiempo haré un recuento sobre aquel fatal accidente de Mamey, donde murieron 8 maeños, caso este ignorado creo que por más de un 75% de nosotros.
Fue necesario repartir en dos partes el tema próximo a tratar dada la amplitud del mismo para así evitar una saturación de lectura. Continuará.
(*) Información dada por el Dr. Héctor Brea Tió.
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Apreciado Manito:
ResponderBorrarLos de nuestra edad (superior al medio siglo) pudimos apreciar la evolución de los medios de transporte en Mao. Recuerdo cuando varios ciudadanos maeños respetables se desplazaban en bicicletas Rudge o Ralleigh por las calles pueblerinas. La continuación de tu relato nos deja relamiéndonos de ansiedad.
Un abrazo,
Guarionex Flores Liranzo
guarionexf@gmail.com
Buen trabajo Manito, estas son de las cosas que todo maeño debe conocer, yo mismo desconocia muchas de las cosas que mensionas.
ResponderBorrarCreo que lo que sigue sera tan informativo que este.
Con aprecio
Papito Mármol
Ya era hora de que aparecieras con tus emotivos e interesantes temas que nos educan mas en el conocimiento de los protagonistas Maeños de antaño. Solo la guapeza e intrepidez de Turru de irse a guapiar para los Ranchos de donde habia fama de que en ese lugar no escatimaban para agujerear a cualquiera que fuera a bufar en su terreno. No te pierdas por tanto tiempo, Mella.
ResponderBorrarAfectos de siempre, Ley S.
Manito: Muy buen trabajo, espero que siga escribiendo con más frecuencia, claro no deje el trabajo con que lleva el moro a la casa.
ResponderBorrarTu pana Full
Angel Berto Almonte
Con las historia de Turrú se puede escribir una docena de libros, en una oportunidad, me cuenta mi padre (QEPD) el diminuto personaje llega a mi casa a las tres de la mañama con uno de esos jumos. De repende cmienza a golpear la puerta del frente invitando al hombre que vive ahí que se levante para que se mate con él.
ResponderBorrarMi viejo que era medio nervioso, se levanta cuchillo en mano, arma blanca que uzaba mi padre con permiso legal por su condición de Bombero. Cuando don Turrú nota las intenciones de mi padre, corre al medio de la calle y le grita: "Antonio de por Dios, es que tu no sabe de juego".
Angel Berto Almonte
Mano, que alegría leer tu amena e informativa columna. Y pensar que Doña Camelia no creia en tí. Entre tú y Del Villar, ah! que requerdos más bonitos de nuestro querido Mao. Gracias Papito R. por dirigirme at MEEC. Tu siempre pana. Miguelina Muñoz (Chucho)
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