miércoles, 23 de noviembre de 2011
TERCER CAMINO
AGRESIONES PSICOLÓGICAS
Por Lavinia del Villar
Resulta inaceptable el rumbo que a toda velocidad está tomando el irrespeto en torno a la figura de la mujer. Toda la vida la mujer ha sido numen para crear poesía y para llenar la lírica de las canciones. Todos los temas alrededor del romance, amor y desamor, han tenido desde tiempos inmemorables, como protagonista a la mujer. En estas composiciones se ha cantado a la belleza, la ternura, y hasta al desdén de vivencias emotivas y amorosas surgidas alrededor de la mujer, con la estima y el respeto que esa figura representa, porque como bien dijera Juan Bosch, “Las mujeres son la mitad del mundo, y las madres de la otra mitad”.
Aunque todavía servimos de fuente de inspiración, hay autores, que se encargan de denigrar la estampa femenina con letras, que con ese desagradable doble sentido, agreden grandemente nuestra moralidad e integridad. “Esa negra quiere que le den candela…”, “A las mujeres les gusta que le abran el pan…”, “Tengo siete locas metidas en la piscina…”, “Dale cotorra y whisky pa’ que se ponga “crazy”, por mencionar algunos temas que circulan en la radio.
Lo preocupante de todo esto es que pensamos que las negras, las mujeres que les gusta…, las locas, y las que se ponen “crazy” con el alcohol, son otras, que pertenecen a otro planeta, y que de ninguna forma tienen nada que ver con usted ni conmigo.
¿Cuál es el mensaje para los niños y jóvenes que escuchan estas interpretaciones? Pues que a las negras hay que darle candela, que ya se sabe lo que le gusta a las mujeres, que es “cool” bañarse con siete locas en una piscina, y que para llevarse a una mujer a la cama sólo hay que darle cotorra y whisky, aunque ellos piensen que dentro de esas negras, esas mujeres, las siete locas, y las que se ponen “crazy” cuando beben, no están incluidas ni su mamá ni sus hermanas.
Todas estas expresiones son agresiones psicológicas que a la larga acarrean consecuencias que afectan no sólo la autoestima de la mujer, sino también la valoración que de ella se forman los que la rodean.
¿Por qué nos extraña entonces tantos feminicidios?
En este mes de la familia, exijamos respeto a la imagen de la mujer, porque como dijeran las espartanas, “Somos las únicas que traemos hombres al mundo”.
Por Lavinia del Villar
Resulta inaceptable el rumbo que a toda velocidad está tomando el irrespeto en torno a la figura de la mujer. Toda la vida la mujer ha sido numen para crear poesía y para llenar la lírica de las canciones. Todos los temas alrededor del romance, amor y desamor, han tenido desde tiempos inmemorables, como protagonista a la mujer. En estas composiciones se ha cantado a la belleza, la ternura, y hasta al desdén de vivencias emotivas y amorosas surgidas alrededor de la mujer, con la estima y el respeto que esa figura representa, porque como bien dijera Juan Bosch, “Las mujeres son la mitad del mundo, y las madres de la otra mitad”.
Aunque todavía servimos de fuente de inspiración, hay autores, que se encargan de denigrar la estampa femenina con letras, que con ese desagradable doble sentido, agreden grandemente nuestra moralidad e integridad. “Esa negra quiere que le den candela…”, “A las mujeres les gusta que le abran el pan…”, “Tengo siete locas metidas en la piscina…”, “Dale cotorra y whisky pa’ que se ponga “crazy”, por mencionar algunos temas que circulan en la radio.
Lo preocupante de todo esto es que pensamos que las negras, las mujeres que les gusta…, las locas, y las que se ponen “crazy” con el alcohol, son otras, que pertenecen a otro planeta, y que de ninguna forma tienen nada que ver con usted ni conmigo.
¿Cuál es el mensaje para los niños y jóvenes que escuchan estas interpretaciones? Pues que a las negras hay que darle candela, que ya se sabe lo que le gusta a las mujeres, que es “cool” bañarse con siete locas en una piscina, y que para llevarse a una mujer a la cama sólo hay que darle cotorra y whisky, aunque ellos piensen que dentro de esas negras, esas mujeres, las siete locas, y las que se ponen “crazy” cuando beben, no están incluidas ni su mamá ni sus hermanas.
Todas estas expresiones son agresiones psicológicas que a la larga acarrean consecuencias que afectan no sólo la autoestima de la mujer, sino también la valoración que de ella se forman los que la rodean.
¿Por qué nos extraña entonces tantos feminicidios?
En este mes de la familia, exijamos respeto a la imagen de la mujer, porque como dijeran las espartanas, “Somos las únicas que traemos hombres al mundo”.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Todos los que acostumbramos nuestros oídos a escuchar las canciones románticas de los años antes de los ochentas, se nos hace difícil asimilar estos cantos despectivos de ahora. Es mucho mas refrescante oír en una canción resaltando los encantos y los valores de una mujer, que escuchar a un bocón maltratando a la mujer, tal si no tuvieran madre o hermana. Cuando el valor y la educación se pierde, se puede esperar de todo. Que respeto le merece una mujer a es esta pléyade de jóvenes de hoy día, que hasta el idioma nos están cambiando. La idea del respeto, la consideración y protección de la mujer se ha ido a pique junto con la indiferencia que muchos que no abrigan ni un ápice del concepto de educación.
ResponderBorrarProfe, lo último que se pierde es la esperanza.
Mis afectos siempre van in couple. Ley S.
Nada de eso es casual. Es solo una cabeza más de la hidra. Mire a su alrededor y vea no más que es lo que valoramos y nos incitan a valorar: el consumismo y su bien montada maquinaria nos hace vanos, maleables, corrompibles, copiones, flojos, estúpidos, primitivos, cómodos, faltos de imaginación, ligeros de juicio, incapaces de dominar los instintos y crear, en fin, seres lamentables que valoramos lo trivial y chabacano.
ResponderBorrarSomos una sociedad que es presa fácil del oropel y por conseguirlo sin mucho esfuerzo es capaz de hacer lo indecible, hasta prostituirse. Y quienes dominan los medios y la política lo saben y nos dan lo que queremos: romo, bachata y circo... emborráchense, bailen sus penas, ríanse para que no sientan la enema... y nosotros felices. Consecuencia: deterioro en todos los frentes.
Necesitamos controles y educación... quizás a alguien como en Singapur ¡qué acabe la vaina y acalle la parte de lagarto de nuestro cerebro!
Los decentes no se pueden dejar ahogar de los de baja vida, aunque aparenten ser más.
Isaías