jueves, 2 de junio de 2011
DAYANARA REYES PUJOLS
DO-RE-MI
Por Juan Colón
Podría llamarla mujer emprendedora, mujer de pasión, mujer de fuerza, de coraje, etc., y no le haría justicia. Al estar delante de su presencia se siente la fuerza de su ser, la bondad de sus valores, la genialidad de su sentido del humor, pero lo más hermoso es que detrás de todo eso se siente el ser humano que ama la soledad, disfruta una buena canción y huye del ruido mundanal de la sociedad.
Es una joven con una madurez fuera de tiempo, de gran entereza y seguridad de saber las razones de haber escogido el ministerio de educar a través de la pantalla chica.
Mirar la belleza física es algo muy fácil; solo basta verla pasar y eso nos dice la gran belleza nuestra que nos enorgullece. Penetrar en su santuario es mucho más complicado porque hay que ir detrás de la personalidad que proyecta, de una mirada profunda, detrás de la mujer que siente angustia, temor, dolor, que ríe, siente pena, rabia, ansias, etc., etc.
La puedo definir en dos palabras: “mujer extraordinaria”, a su temprana edad ha logrado convertirse en una de nuestras más admiradas figuras de la tv y el periodismo de nuestra región y espero pronto verla como un gran icono de los medios informativos del país.
Su personalidad real es inmensamente hermosa. Grandes sueños anida el alma de esta joven mujer cuya aparente fragilidad contrasta con su personalidad.
Dotada de una gran inteligencia y de una fuerza de trabajo al parecer inagotable, de una tenacidad aplastante y de una férrea voluntad.
Al penetrar detrás de su mirada encontramos una gran nobleza que desalma a cualquier ser que la mire. Detenerse en una de sus miradas es sentir su fuerza de vida intacta, es sentir su gran pasión por la vida, su gran compromiso por luchar por el bienestar de nuestra destartalada sociedad.
He seguido con detenimiento su trayectoria para conocerla mejor, y puedo sentir que sus inmensos valores fueron heredados por la educación de sus padres, por lo que presiento que estará muy atenta a la inevitable guerra del ego humano que hay detrás del éxito, cuando uno siente haberlo logrado, lo cual ha sido el causante de estrepitosas caídas de grandes talentos ya que la línea que separa el ego del ser en si es casi imperceptible y mucho más si no le pone uno freno y se deja llevar por sus veleidades.
Es realmente hermoso ver la fuente de sabiduría que emana de Dayanara, la sinceridad en sus palabras; solo basta con mirarla, atender cada gesto suyo, cada movimiento de su cuerpo y con esto logras ir entendiendo sus anhelos, sus metas y la gran confianza en su coraje y pasión.
Inteligente, respetuosa, entiende a perfección la gran diferencia de estar en cámaras y estar fuera de ellas. Tiene la firme conciencia de saber que cuando llega a la casa es la real, la única, la auténtica.
Ojalá que todo este hermoso camino siga su trayectoria teniendo muy en cuenta que cuando alcanzamos el éxito este se convierte al mismo tiempo en nuestro mayor enemigo. Nuestro ego se crece y de manera inconsciente empezamos una ruta errónea que muy fácil nos lleva a un derrotero del cual solo despertamos una vez estamos en el suelo.
Tengo la convicción de que esta joven nuestra está consciente de los pasos que a diario da para poder ir detrás de sus metas.
En nuestra conversación pude observar a grandes rasgos su seguridad en lo que busca y cómo proyectarse, siento que está empezando a ver las estrellas del cielo real.
Ver sus grandes satisfacciones y al mismo tiempo miedo a las férreas críticas de que es objeto todo aquel que está en una posición pública. Un gran futuro le depara a esta gran mujer nuestra que sigue construyendo a pasos gigantescos un brillante camino.
Ser profesional de éxito es difícil en cualquier medio y mucho más en nuestro país donde la inversión de valores profesionales es muy fuerte, deshonesta y no se miden consecuencias para destruir la reputación de otro profesional.
Brindémosle todo nuestro apoyo; apoyemos sus esfuerzos para hacer de su trabajo un apostolado y desearle el mayor de los éxitos en sus áreas profesionales.
Nuestro pueblo necesita jóvenes como Dayanara, de gran coraje, tenacidad y preparación. No es fácil destacarse en un medio donde la preparación es vital para lograr el triunfo, por lo que debemos darle nuestro apoyo incondicional.
¡Enhorabuena, Dayanara!
Por Juan Colón
Podría llamarla mujer emprendedora, mujer de pasión, mujer de fuerza, de coraje, etc., y no le haría justicia. Al estar delante de su presencia se siente la fuerza de su ser, la bondad de sus valores, la genialidad de su sentido del humor, pero lo más hermoso es que detrás de todo eso se siente el ser humano que ama la soledad, disfruta una buena canción y huye del ruido mundanal de la sociedad.
Es una joven con una madurez fuera de tiempo, de gran entereza y seguridad de saber las razones de haber escogido el ministerio de educar a través de la pantalla chica.
Mirar la belleza física es algo muy fácil; solo basta verla pasar y eso nos dice la gran belleza nuestra que nos enorgullece. Penetrar en su santuario es mucho más complicado porque hay que ir detrás de la personalidad que proyecta, de una mirada profunda, detrás de la mujer que siente angustia, temor, dolor, que ríe, siente pena, rabia, ansias, etc., etc.
La puedo definir en dos palabras: “mujer extraordinaria”, a su temprana edad ha logrado convertirse en una de nuestras más admiradas figuras de la tv y el periodismo de nuestra región y espero pronto verla como un gran icono de los medios informativos del país.
Su personalidad real es inmensamente hermosa. Grandes sueños anida el alma de esta joven mujer cuya aparente fragilidad contrasta con su personalidad.
Dotada de una gran inteligencia y de una fuerza de trabajo al parecer inagotable, de una tenacidad aplastante y de una férrea voluntad.
Al penetrar detrás de su mirada encontramos una gran nobleza que desalma a cualquier ser que la mire. Detenerse en una de sus miradas es sentir su fuerza de vida intacta, es sentir su gran pasión por la vida, su gran compromiso por luchar por el bienestar de nuestra destartalada sociedad.
He seguido con detenimiento su trayectoria para conocerla mejor, y puedo sentir que sus inmensos valores fueron heredados por la educación de sus padres, por lo que presiento que estará muy atenta a la inevitable guerra del ego humano que hay detrás del éxito, cuando uno siente haberlo logrado, lo cual ha sido el causante de estrepitosas caídas de grandes talentos ya que la línea que separa el ego del ser en si es casi imperceptible y mucho más si no le pone uno freno y se deja llevar por sus veleidades.
Es realmente hermoso ver la fuente de sabiduría que emana de Dayanara, la sinceridad en sus palabras; solo basta con mirarla, atender cada gesto suyo, cada movimiento de su cuerpo y con esto logras ir entendiendo sus anhelos, sus metas y la gran confianza en su coraje y pasión.
Inteligente, respetuosa, entiende a perfección la gran diferencia de estar en cámaras y estar fuera de ellas. Tiene la firme conciencia de saber que cuando llega a la casa es la real, la única, la auténtica.
Ojalá que todo este hermoso camino siga su trayectoria teniendo muy en cuenta que cuando alcanzamos el éxito este se convierte al mismo tiempo en nuestro mayor enemigo. Nuestro ego se crece y de manera inconsciente empezamos una ruta errónea que muy fácil nos lleva a un derrotero del cual solo despertamos una vez estamos en el suelo.
Tengo la convicción de que esta joven nuestra está consciente de los pasos que a diario da para poder ir detrás de sus metas.
En nuestra conversación pude observar a grandes rasgos su seguridad en lo que busca y cómo proyectarse, siento que está empezando a ver las estrellas del cielo real.
Ver sus grandes satisfacciones y al mismo tiempo miedo a las férreas críticas de que es objeto todo aquel que está en una posición pública. Un gran futuro le depara a esta gran mujer nuestra que sigue construyendo a pasos gigantescos un brillante camino.
Ser profesional de éxito es difícil en cualquier medio y mucho más en nuestro país donde la inversión de valores profesionales es muy fuerte, deshonesta y no se miden consecuencias para destruir la reputación de otro profesional.
Brindémosle todo nuestro apoyo; apoyemos sus esfuerzos para hacer de su trabajo un apostolado y desearle el mayor de los éxitos en sus áreas profesionales.
Nuestro pueblo necesita jóvenes como Dayanara, de gran coraje, tenacidad y preparación. No es fácil destacarse en un medio donde la preparación es vital para lograr el triunfo, por lo que debemos darle nuestro apoyo incondicional.
¡Enhorabuena, Dayanara!
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Letra por letra, palabra por palabra mi amigo Juan ha dado en el clavo. Esa joven es un encanto en persona y un talento en su ser. Cuantas dulzuras ligadas al talento en una sola mujer.. Daya infinito aprecio y a Juan por por no decir palabras ajenas a la verdad. Buen ojo hermano, esa exaltación no tiene desperdicios. Ya eres un verdadero novelista.
ResponderBorrarAprecios de, Ley S.
Cuantas verdades en un solo escrito. Juan a hecho una descripción acrisolada de esta virtuosa mujer de nuestro pueblo.
ResponderBorrarEn DAYA se conjugan su preparación,honestidad, inteligencia y dedicación al trabajo (en especial por las causas sociales)convirtíendola en una de las jovenes ejemplo a imitar de nuestro querido Mao, pero lo que es más importante no ha permitído que sus éxitos obnubile su mente y ha sabido caminar con pié de plomo sin olvidar sus orígenes.
A Juan, muchas gracias por resaltar los valores meritorios de nuestro pueblo. A Daya, muchas gracias por brindarnos tu amistad,de la cuál mi familia y yo nos sentimos orgullosos.
Humberto Perdomo.
Con dos opiniones de dos grandes seres como Ley y Perdomo, me creeré esos dotes de escritor o novelista....Abrazos hermanos....
ResponderBorrarDaya se lo merece,,,excelente trabajadora y ser humano.
Abrazos
Juan Colon
Guaooo!!! primo Juan, no hay desperdicio en tu exaltación de las virtudes que adornan a tan talentosa joven nuestra, digno ejemplo a imitar. Juan, síguenos dando cátedra con tus excelentes escritos, cargados de gran humanidad y sapiencia. Tus temas son muy edificantes y nos sirven de guía e inspiración.
ResponderBorrarCon afecto profundo,
Diómedes Rodríguez (El Ballillito)