sábado, 25 de junio de 2011
YO ME ACUERDO…
ALBERTO SALAZAR (PALUDISMO)
Por Evelio Martínez
A mis compueblanos “Rolando Santana” y “Manito Espinal,” ellos intercambiaron apellidos y simpatías en un “match” que justo merecía un premio mayor de ñapa, de una maleta made by Paludismo. Se la debo.
Esta enfermedad (la malaria) que produce un mosquito (Anospheles aegyptus) y que en Mao se combatió con brigadas que llegaron al pueblo a fumigarlo con un producto químico conocido por la siglas DDT se posó en un personaje de nuestro pueblo, no con sus síntomas, sino como apodo.
Paludismo, un menudo y enjuto hombre de pueblo, de tez amarillenta (como el producido por la malaria o la ictericia), “descolorío” como diría Papito Mármol en su jerga, era un emprendedor y afanoso trabajador de diferentes oficios.
Como se fabrican ahora las célebres maletas Sansonite y otras, en Mao y zonas vecinas fueran tan famosas como las citadas las que fabricaba Paludismo y que fueron su creación y marca, “las Palú”.
Este útil artefacto, la maleta, estaba conformado de un cuadro caparazón de madera delgada, revestido de una hojalata fina, coronada con pintura de diferentes colores, que la hacía muy brillante y atractiva. Su gancho de agarre era un manubrio de metal, y su tapa de cierre la sujetaban dos goznes o bisagras también de metal.
En aquellos tiempos se popularizó la maleta que fabricaba Paludismo y la gente la pedía por su nombre: “dame una Palú”. ¡Entonces, ni tanto les llevan las Sansonite de hoy a las palú de ayer!
Como todo hombre de la Región Noroeste o dominicano, Paludismo era un aficionado a las peleas de gallo y era un asiduo asistente a las diferentes galleras de la región. En uno de estos desafíos que se celebraba en el Cruce de Guayacanes, nuestro personaje casó y perdió una pelea, tratando de jugarle “un ratón*”, a uno de los Chávez (específicamente a Don Pedro), hombre de armas tomar, quien le reclamó el pago. Paludismo, flaco y descolorío le espetó: “No te me aceique que te ecupo. Yo ‘toy tise, sí”. Temeroso de contagiarse, el cacique liniero se retiró y dejó marchar al Paludismo tuberculoso, quien no pagó la apuesta y se fue a Mao, a fabricar sus elegantes maletas.
¡Cosas de mi Mao!
*Ratón, en el argot gallístico: Dícese de quien pierde una apuesta y se da a la fuga (escurre el bulto) con el propósito de no honrar la palabra comprometida y pagar la misma.
Relacionado PALUDISMO EN LA GALLERA
Por Evelio Martínez
A mis compueblanos “Rolando Santana” y “Manito Espinal,” ellos intercambiaron apellidos y simpatías en un “match” que justo merecía un premio mayor de ñapa, de una maleta made by Paludismo. Se la debo.
Esta enfermedad (la malaria) que produce un mosquito (Anospheles aegyptus) y que en Mao se combatió con brigadas que llegaron al pueblo a fumigarlo con un producto químico conocido por la siglas DDT se posó en un personaje de nuestro pueblo, no con sus síntomas, sino como apodo.
Paludismo, un menudo y enjuto hombre de pueblo, de tez amarillenta (como el producido por la malaria o la ictericia), “descolorío” como diría Papito Mármol en su jerga, era un emprendedor y afanoso trabajador de diferentes oficios.
Como se fabrican ahora las célebres maletas Sansonite y otras, en Mao y zonas vecinas fueran tan famosas como las citadas las que fabricaba Paludismo y que fueron su creación y marca, “las Palú”.
Este útil artefacto, la maleta, estaba conformado de un cuadro caparazón de madera delgada, revestido de una hojalata fina, coronada con pintura de diferentes colores, que la hacía muy brillante y atractiva. Su gancho de agarre era un manubrio de metal, y su tapa de cierre la sujetaban dos goznes o bisagras también de metal.
En aquellos tiempos se popularizó la maleta que fabricaba Paludismo y la gente la pedía por su nombre: “dame una Palú”. ¡Entonces, ni tanto les llevan las Sansonite de hoy a las palú de ayer!
Como todo hombre de la Región Noroeste o dominicano, Paludismo era un aficionado a las peleas de gallo y era un asiduo asistente a las diferentes galleras de la región. En uno de estos desafíos que se celebraba en el Cruce de Guayacanes, nuestro personaje casó y perdió una pelea, tratando de jugarle “un ratón*”, a uno de los Chávez (específicamente a Don Pedro), hombre de armas tomar, quien le reclamó el pago. Paludismo, flaco y descolorío le espetó: “No te me aceique que te ecupo. Yo ‘toy tise, sí”. Temeroso de contagiarse, el cacique liniero se retiró y dejó marchar al Paludismo tuberculoso, quien no pagó la apuesta y se fue a Mao, a fabricar sus elegantes maletas.
¡Cosas de mi Mao!
*Ratón, en el argot gallístico: Dícese de quien pierde una apuesta y se da a la fuga (escurre el bulto) con el propósito de no honrar la palabra comprometida y pagar la misma.
Relacionado PALUDISMO EN LA GALLERA
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Evelio :No te has equivocado en nada de tu"yo me acuerdo".Talvez en la comparación de la Sansonite con "la Palú" La primera (la Sansonite) es inferior.La Palú tu podías pegarle una manguera y lavarla y cambiarle el color si quieres.
ResponderBorrarTodavía si te mueves por los alrededores de Mao,encontrarás una "Palú".
Lo único malo de la bendita maleta era si por desgracia,cuando la colocabas debajo de la cama, le quedaba una esquinita afuera y tropezabas con ella,ayyy,para el hospital a ponerte una antitetánica;la herida era como un navajazo.
Las brigadas del DDT con las siglas SNEM(servicio nacional erradicación de la malaria; Jeep amarillos,Negro Pichilinl Enc.)
Quiero complementar con algo mas que fabricaba "Paludismo" y eran las fundas,las cuales las pulperías se las compraban.
¿Su fuente de fabricación? fundas de cemento vacías. ¿cómo? muy fácil.
Antes,la funda de cemento tenía varias capas de papel para protejerla de la llovizna o agua y mantener el material en el medio ambiente adecuado.
Paludismo desbarataba la funda,tomaba el papel central,lo limpiaba,le daba forma de funda un poco mas pequeña que la original de cemento,y las pegaba con almidón y a venderlas se ha dicho.
Tenía un clientela fija en el "Mercado Municipal" ya que generalmente se usan fundas grandes.
Su fuente de abastecimiento era bien barata ,ya que rara vez pagaba,por el contrario,y dependía de las contrucciones en ejecución.
Gracias Evelio
Manito
Emulando a Paludismo, muchas veces nos enviaban a comprar, las mismas fundas que construía Paludismo, pero esta venían más sofisticadas, con doble hojas y entre ellas le colocaban un par de orejas o agarraderas, cuando alguien de la familia iba a viajar e introducir sus ropas y otras cosas. Pero a éstas les llamaban meletas Azuanas, no se por qué. Pedíamos fundas con orejas y el colmadero nos decía, ah, tu quieres maletas Azuanas. Era muy a menudo ver ese tipo de bulto entre los viajeros.
ResponderBorrarMuy bueno Evelio, se que tú recuerdas esas cosas muy bien. Te recuerdas de Goyo (el impedido de los pies) que tejia sillas?, seria interesante que tambien hagas alguna mension de el.
ResponderBorrarCon alta estima
Papito Mármol
Señor Evelio, aunque no le conozca; siempre leo sus anecdotas de nuestro querido Mao. lo felicito por tan buena memoria, aunque, no soy de esos tiempos, pero di disfruto mucho de las anecdotas. Gracias, y siga escribiendo para de esta forma ilustrarno un poco mejor, sobre anecdotas maeñas.
ResponderBorrarPablo Morel
Ramón:
ResponderBorrarMuy bueno. Tu artículo me retro trajo años atrás, y me pareció ver a "Paludismo" entrar a la Tienda Ferreira, a tratar de venderle unas "Palú" de color mamey (anaranjado) brillante a nuestro Viejo. La transacción casi siempre se realizaba exitosamente.
Un abrazo,
Fernan Ferreira.
Muy buen artículo. Quiero comentar que en una ocasión Palú(que tambien era rifero) se libró de caer preso cuando Pablo(Churria) trató de detenerlo, lo asustó diciendole "A que te ecupo, yo toi tise". Y como Palú era flaco y descolorido Churria se lo creyó
ResponderBorrararmogasto@msn.com