Palabras que oía en mi niñez y adolescencia - 2

Por Manito Santana

A los miembros de la Academia Dominicana de la Lengua

Enlace a la primera parte

Con fines recordatorios de los tiempos de la “Alianza para el progreso”, entidad creada por el gobierno de John F. Kennedy, de Estados Unidos, con el propósito de servir de aislante al cable que muchos masticábamos por los años sesenta donde éramos favorecidos con aquellos “quesos enlatados” que por poca costumbre nuestras a comerlos se nos pegaba del caballete de la boca al querer saborearlos. Al queso lo acompañaba la seudo-leche llamada “bambi”, la que se preparaba como la de niños (en polvo) y la famosa “mantequilla”, la cual requería un batido centrífugo para lograr ponerla al punto de consumo.

Este trío (y no de los Panchos), jugaba un papel básico en nuestra escasa dieta diaria. A eso se añadía el trigo que era parte del paquete, pero que pocos comían, a menos que fuera en quipes.

Nuestra clase media–baja tenía un consumo directo sin temor a críticas, pero había otra clase un poco más arriba, la media-complejosa, que al conseguir el trío de contrabando (comprándosela a la media-baja) lo negaba como si hubiese cometido un crimen.

La ingratitud se recrudece a la llegada de la clase media-baja a los EE.UU. donde parte de nuestro vocabulario es olvidado. Por tal razón, quiero rememorarles algunas palabras valiosas y sus significados.

He aquí las palabras y sus significados:

Etericao: se decía del elástico de las prendas íntimas femeninas de fabricación casera (“blumens”) que había perdido tensión; también, al morir alguien se decía “etericó los tenis”.

Pijotero/a: persona que come y no le da a nadie, aunque le pidan.

Atrabanco: persona mala de pasar, odiosa; le contesta mal a cualquiera; propasao, que se cree más de lo que es.

Caizapollo: zapato de fabricación serrana que resolvía el problema.

Tricón: muchacho imitador de movimientos de otro.

Moriqueta: cuando alguien te dice algo en serio y cuando tú das la espalda gesticula con movimientos de burlas. Una expresión muy usada por el pueblo era: “doy peso a moriqueta”, como forma de afirmar lo seguro que era la posición o creencia en algo.

Salameo: algo como “bebeleche”; el salamero es alguien que le gusta pasar la mano o abrazar para conseguir algo.

Atimborao: estómago lleno, preferiblemente habichuela con dulce.

Chiguete: chorro diminuto de agua, de saliva u otro líquido, sin intención.

Etrasendío o trasendío: muchacho propasado, que se mete en conversaciones, que coge confianza sin tú dársela.

Endija: pequeño boquete para brechar cualquier actividad sin ser invitado.

Averao: recostado de una pared.

Puñetero: muchacho que siempre mete la pata, lo mandan a hacer algo y hace otra.