lunes, 10 de octubre de 2011

YO ME ACUERDO…

BULÍN COLORA’O
Por Evelio Martínez

En la calle Independencia esquina Máximo Cabral residía un matrimonio de nuestra sociedad de los años 40 y 50, que eran pulcros y finos al vestir y muy elegantes. Ella, Doña Melín, alta y vestida a la moda, con su peinado encapuchado, llevaba lentes con monturas al aire (último grito de la moda) y caminaba parsimoniosamente casi con las puntas de los pies como bailarina de ballet clásico.

Él, Don Bulín, delgado, con porte de soldado nazi, alto y muy blanco, pelo lacio y de color tan amarillento, que le apodaban Bulín Colora’o. Era de apellido Madera.

Don Bulín se contaba entre los hombres de más prestigio y fama en el sector ganadero y de la agricultura. En su casa había un expendio de leche y sus derivados. Era un amante de los animales domésticos, en su residencia se contaban loros, pericos, cotorras, conejos, pajuiles, pero el más simpático de todos estos animales era un cuervo al que Don Bulín enseñó a balbucear palabras y frases. Cuando usted tocaba la puerta de la sala, el cuervo salía al encuentro del visitante, lo observaba y si no conocía gritaba: “Bulín, Bulín, no salga que es un desconocido”.

Esa casa permanece con su misma fachada y casi igual a cuando la ocupaban sus dueños originales. ¡Cosas de mi Mao!

1 comentario:

  1. Don Evelio: en esa casa parece que vivía un presidente. Saludos cordiales de Niño Almonte.

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