viernes, 28 de octubre de 2011

RELACIONES HUMANAS

LOS TRIUNFADORES
Por Diómedes Rodríguez Martínez
Facilitador de RRHH en Infotep

A veces los triunfadores no son aquellos a los que todo mundo aplaude y reconoce. No son los que construyeron grandes obras, dejaron constancia de su liderazgo o viajaron, en primera clase.

A veces los triunfadores no son los administradores geniales, ni los visionarios del futuro, o los grandes emprendedores. Por ello, tal vez, no los reconoceríamos en medio de tanto pensador, filósofo o tecnólogo, que supuestamente conducen a este mundo por la senda del progreso.

A veces el triunfador no es el negociador internacional, o el hacedor de empresas de clase mundial, o el deslumbrante estadista que asiste a reuniones cumbre. No es el que se afana por exportar mucho, sino el que todavía se importa a sí mismo.

Porque el triunfador puede ser también el que calladamente lucha por la justicia, aunque no sea un gran orador o un brillante diplomático. El triunfador puede ser igualmente el que venció la ambición desmedida y no fue seducido por la vanidad o el poder.

Es triunfador el que no obstante no viajar mucho al extranjero, con frecuencia hizo travesías hacia el interior de sí mismo, para dimensionar las posibilidades de su corazón. Es el que quizás nunca alzó soberbio su mano en el pódium de los vencedores, pero triunfó calladamente en su familia y con sus amigos y los cercanos a su alma.

Es, quizás, el que nunca apareció en las páginas de los periódicos, pero sí en el diario de Dios; el que no recibió reconocimientos, pero siempre obtuvo el de los suyos; el que nunca escribió libros, pero sí cartas de amor a sus hijos. Es el que pensó en redimir a su país a través de la asfixiante aventura de su trabajo común y rutinario, aquel que prefirió la sombra porque, finalmente, es tan importante como la luz.

A veces el triunfador no es el que tiene una esplendorosa oficina, ni una secretaria ejecutiva, ni posee tres maestrías; no hace planeación estratégica ni elabora reportes o evalúa proyectos, pero su vida tiene un sentido, hace planes con su familia, tiene tiempo para sus hijos y encuentra fascinante disfrutar de la hermosa danza de la vida. Aunque sólo vivirá una vez, si lo hace con maestría, con una vez le bastará.

A veces el triunfador no es el que pasa a la historia, sino el que hace posible la historia; es el que encuentra gratificante convencer y no sólo vencer y es el que de una manera apacible y decidida lucha por hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.

A veces el triunfador no tiene que ser el que construyó grandes andamiajes y estructuras administrativas, pero supo cómo construir un hogar; no es el que tiene un celular, pero platica con sus hijos, no tiene correo electrónico, pero conoce y saluda a sus vecinos, no ha ido al espacio exterior, pero es capaz de ir hacia su espacio interior y, sin haber realizado grandes obras arquitectónicas, supo construirse a sí mismo y fue, como dice el poeta, el cómplice de su propio destino.

A veces el triunfador suele ser Teresa de Calcuta, o Francisco de Asís o Nelson Mandela, o tal vez la enfermera callada, el obrero sencillo y el campesino olvidado, porque como personas triunfaron sobre la apatía o el desencanto y, con su esfuerzo cotidiano, establecieron la diferencia.

A veces el triunfador puede ser el carpintero pobre de un lugar ignorado, o una mujer sencilla de pueblo o un niño humilde que nació en un pesebre, porque no había para él lugar en la posada...

Ahora dime tú, ¿te consideras un triunfador? De no ser así, empéñate en lograrlo, tú puedes, persevera……

6 comentarios:

  1. Cualquier comentario sobraria despues de esta hermosa explicación, verdad, integridad, plasmada por mi gran amigo y hermano Diómedes. Magistral descripción sobre el verdadero significado de un hombre de éxito. Genial....nada que agregar. Mi mayor respeto y admiración, mi gran abrazo para ti Diómedes, mi primo de verdad....
    Abrazos....
    Juan Colon

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  2. Diómedes, muy buenas definiciones sobre el triunfador,y tal como dices que " a veces el triunfador no es el que pasa a la historia,sino quien hace la historia ".Es como aquellos grandes héroes y mártires que andan por nuestras calles y descansan en tumbas,ambos olvidados y solo ellos saben que son triunfadores.Pero que bonito fuera que todos sepamos que ellos son los que deben ser reconocidos como "Triunfadores"
    Muy real lo que expresas.

    Manito

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  3. Diómedes:
    Saludo con efusión tus enjundiosos trabajos sobre las relaciones humanas, que andan muy mal hoy, pero suerte que tenemos peritos o expertos como tú, que nos edifican a ese respecto. Yo te declaro desde lo mas recóndito de mi ser como "EMBAJADOR MAEÑO DE LAS RELACIONES HUMANAS MAS GENUINAS", a todas luces eres un triunfador.

    Un amigo maeño tuyo y de varios de tus hermanos con los que estudié, como Paco, que era de los mejores del curso.

    Héctor Brea Tió

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  4. Diómedes, hay estoy leyendo tu trabajo, al igual que el de Evelio y me parecieron muy interesantes ambos porque nos invitan a recordar personas que aunque no han sido mensionados por sus actos y luchas, fueron triunfadores, estos dos artículos, unido a uno que lei de Isaías son los que necesita el comité del Monumento a los Heroes Maeños.

    Mis respetos para ustedes

    Papito Mármol

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  5. Muy bueno para aquellos que se ufanan antes los ojos de las gentes exigiendo y viendo la viga en el ojo ajeno, sin embargo, hay un huracán en sus casas, la higiene, la organización y el amor son los grandes ausentes. Buena enseñanza, el humilde que exhibe y enseña la humildad.

    El afecto reiterado, Valito. Ley S.

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  6. Gracias de corazón por sus valiosos comentarios a mi primo, el maestro Juan Colón, a Manito, Papito Mármol, al Valito Ley Simé, y las gracias a Héctor Brea Tió por su declaración, la que considero inmerecida.

    De ustedes, con afecto,

    Diómedes Rodríguez.

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